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El pájaro de la felicidad

Drama Carmen, una mujer dedicada a la restauración de obras de arte, sufre un ataque sexual poco después de reencontrarse con su único hijo. Pero el trastorno psicológico que ella sufre no afecta al hombre con quien vive. Hondamente decepcionada, decide emprender por su cuenta un viaje al pasado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
19 de diciembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que prometía pero que se quedó en eso, en promesa, una decepción. Porque la idea es buena, empezaba bien, con un argumento que tenía mucho de donde sacar partido, pero la trama me ha resultado soporífera, sin alma, lentísima.
No niego que la interpretación coral es buena, así cómo la fotografía y paisajes muy bellos, también la música del medievalista Jordi Savall me ha encantado, pero eso es todo, película lenta e infumable.
Sonycrockett73
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19 de noviembre de 2023
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alcaine, Pilar, Camus, Sampietro y Savall, quién da más, vaya quinteto, de la muerte.
Preciosa fotografía, el hipo quita, gran dirección, pulcra, minimalista, cuidada, muy buena escritura, preciosa, y delicada música y actriz sobria y altiva, en su línea, interpretación de altura, la pantalla llena como se decía, de qué te quejas si además apenas hablan, lo justo y necesario, y es un deleite para los agitados confusos sentidos, postal y maravilla, sorda algarabía, albricias.
La soledad es derrota y abandono, poder y fuerza, debilidad y dependencia, grandeza y agonía, es un vicio (nefando, todos lo son), adictiva, quiero más de eso, pero nunca es suficiente, la no soledad es carencia, inercia, tendencia, necesaria, te distrae y aburre, cansa y agota, enriquece y entontece, refuta, te llena y entristece, te abre las puertas y después de golpe te las cierra, te hace o vuelve más dependiente, la cola y la sardina, los dos extremos se tocan y potencian y todos queremos casi lo mismo, que nos quieran, que no nos molesten, que nos atiendan, que nos dejen tranquilos, máximo placer o bienestar a cambio del menor dolor o sufrimiento posibles, no me salen las cuentas, esa es la lucha, en eso consiste, en obtener todas las ventajas de la libertad solitaria sin perder ninguno de los privilegios de la compañía más o menos promiscua abigarrada, y todo no se puede, pero se intenta, no se ceja, más unos que otras y viceversa, ahí está la trampa, la pelea, la zanahoria, el malentendido, unos son más caraduras, otros más honestos, los que hay que incluso se hacen trampas al solitario, tan acostumbrados están a engañar al prójimo (el deporte más practicado), y muchos son tan egoístas, brutos o lerdos que no se enteran de que para sacar provecho del otro, hay que fijarse en él, de alguna manera quererlo, tener algún gesto, de lo contrario o tienes todo el poder o la cosa se complica, y también es cierto lo contrario, el timo de la estampita, que hay víctimas tan avariciosas, simples o burdas que facilitan al depredador con su contumaz estulticia la tarea, nada en exceso, cuestión de equilibrio(s), el infierno son los otros y uno mismo, el cielo siempre está a la espera, llamada perdida.
Todos los personajes y las situaciones se mueven en la más pura y absoluta ambigüedad, titubeo y duda, oscilan, se indeterminan, fluctúan, son cambiantes e inestables, desde el hijo que no se sabe si va o viene, si se queda o marcha, si pide dinero o permiso para con viento fresco marcharse lejos, hasta la mujer de este, gorrona o necesaria, madre o ausente, pasando por el ex Homar, esas buenas maneras tras las que se agazapan la tensión y la pena, el ex Dicenta, buena charla, buen actor, perrera, ella parece que escapó, di no a las amorosas cadenas, Sacristán que es su espejo, el gato y el ratón, al escondite o pilla pilla juegan, otro solitario desesperado y con el colmillo retorcido que a duras penas soporta la ansiada reclamada buscada soledad, parajoda, y finalmente ella, la reina de las nieves y de la fiesta y de la casa, tortuosa y torturada, sensible y magullada macanuda, orgullosa y muchas veces borde, atrapada en su propia tela de araña, vulnerable y libre, elevada y rota, fin o no de camino.
Es una de esas películas que intenta por todos los medios marcar paquete intelectual y lo bueno es que puede, se lo permite, se da (el) gusto, onanismo y sexo generoso, amor para todos, y además no resulta pedante, a lo sumo en ese aspecto inocente, cándida en su afán solemne con denuedo, y a pesar de su aparente aridez o frialdad es una obra muy cálida y cariñosa, enjundiosa, que comprende y (se/¿nos?) perdona, que le duele y (se) aguanta, no estalla, es pudorosa, tiene decoro, no monta escándalo ni hace pucheros o se vuelve mártir, sabe que todos pecan o yerran a mansalva y que nadie tiene derecho a juzgar a nadie, se hace lo que se puede y ni por esas.
Este cine ya no se hace, o es demasiado reducido, minoritario o festivalero, se perdió la posibilidad de unir lo culto y lo popular, ahora cunde más lo chabacano y el panfleto, no hay ganas de perder el tiempo, de ilustrar a nadie, mejor adoctrinarlo o sacarle los cuartos (lo cual viene a ser o concluir lo mismo), rápido. Esa es otra, aquí no hay moral reinante que valga la pena ni dirección ni sentido ni Dios ni rey ni patria ni género y hasta las obvias derivas pijo izquierdistas progre socialistas arribistas son cuestionadas, sino directamente ridiculizadas o en el mejor de los casos con cierta nostalgia en la picota puestas, pasados de fecha, caducados, amortizados, ya a esas alturas, hicieron cosas buenas, antes, al principio de todo, no ahora, eso dice ella, perdió la esperanza en sus compañeros de sueños o querencia.
Es un poco ¿o no? como el Fuego fatuo de Malle, cuando todos los caminos llevan a Roma, a la parca, la tumba.
Lo malo, ya puestos a huir hacia ninguna parte y no asumir la debacle, es no estar muerto, ole, bravo, perfecto cierre, la playa de los galgos, el ascetismo esencial un tanto pesimista del guionista Mario, su amor por la literatura, su escepticismo agrio y sabiduría recia, del mundanal ruido rechazo, de la mediocridad y el barullo, la vida entendida como un difícil accesis, más la mirada desgarrada de Pilar siempre herida, escindida entre su deseo de vivir/ser aparte, de imponerse o no plegarse (a todo, a las limitaciones de la vida, del cuerpo, de las ideas y las personas) y la necesidad insoslayable de tener a alguien, algo a lo que como un clavo ardiendo agarrarse mientras al vacío cae, tormento y gracia, un perro que la ladre, un bebé que la acompañe, tras el ruido está la luz, o la supervivencia, desnuda, despojada.
Baroja, cuadros, música barroca, González Ángel, silencios, sutileza, en ese sentido casi que desentona la violación masturbatoria cutre chunga y el viaje efímero a los bajos fondos, a los infiernos más o menos pavoroso descenso, ante un despliegue de tal exquisitez burguesa satisfecha bien pagada y alimentada, será por pasta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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28 de noviembre de 2023
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Pilar Miró, cineasta fundamental para entender el cine de la etapa de la transición y la llegada de la democracia, firmó su obra más personal e íntima con “El pájaro de la felicidad”, un maduro y lúcido guión de Mario Camus que la directora supo plasmar en imágenes a través del periplo vital de una mujer madura por Madrid, Barcelona, Ripoll y Cabo de Gata en la búsqueda infructuosa de una felicidad solitaria.

Carmen es una reconocida restauradora de obras de arte y, sin embargo, su vida personal es errática. Se reencuentra después de años en Madrid con su hijo, el cual tiene pareja y a su vez ha sido padre de un recién nacido; después Carmen es víctima de una agresión sexual que será el detonante para dejar su relación actual en Barcelona y buscar, primero refugio en su pueblo natal, Ripoll, hasta que entiende que la comunicación con su madre será siempre imposible y decide recomponer una vida nueva en un remoto pueblo andaluz del Cabo de Gata, intentando comenzar a aprender a vivir en soledad. Pero las cosas no transcurrirán como ella había planeado.

Mercedes Sampietro nos regala su mejor interpretación encarnando a ese personaje de mujer dura, correosa y áspera, que sostiene permanentemente un escudo contra quien pretenda acercarse a ella, perfectamente secundada por una joven Aitana Sánchez-Gijón y un José Sacristán siempre ejemplar. Todo contado a través de elegantes planos largos y tendencia discursiva en sus escenas.

La música, con tintes barrocos, de Jordi Savall es maravillosa y se sabe anacrónica en una historia contemporánea, lo cual le regala texturas inesperadas. El director de fotografía es José Luis Alcaine y no tenemos nada más que añadir, especialmente cuando sabe captar la luz tan especial del Cabo de Gata como nunca antes.
Sergio Berbel
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21 de agosto de 2024
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Trata sobre la vida de Carmen (Mercedes Samprieto), una mujer madura sumergida en la inercia de su trabajo y su rutinaria vida como restauradora de arte. Sin embargo, sus relaciones familiares y sociales no son del todo satisfactorias, dando un giro el día que visita a su hijo (Carlos Hipólito) y entonces aparece en su casa la mujer de este (Aitana Sánchez Gijón) con su nieto.

Historias del pasado, aprendizajes voluntariosos y un fuerte sentimiento de melancolía dominan esta película con guión del prestigioso guionista/director Mario Camus, quien en ese tiempo disfrutaba una relación sentimental con Pilar Miró. Se trata de un pasable -pero nada destacable- drama semi-biográfico con grandes interpretaciones, aunque resulta bastante lento, brevemente interesante y un poco aburrido. Este ¨El pájaro de la felicidad¨ forma un díptico con ¨Gary Cooper, que estás en los cielos¨ (1980), ambas con una fuerte carga autobiográfica sobre la vida de Pilar Miró. Con esta digna historia, que tiene un melancólico y triste sentimiento biográfico, la directora Pilar Miró realiza su segunda película más personal, retratando a una mujer peculiar con muchos rasgos de su propia personalidad, que se enfrenta a sí misma, a los demás y a la vida con gran dureza.

Pilar Miró dirige esta película intimista, de personajes insatisfechos y con el usual tema de la soledad. Protagonizada por su actriz favorita, Mercedes Samprieto, ella está bastante bien como una experta en restauración de arte que sufre un trauma al poco de reencontrase con su distanciado hijo, y decide emprender un viaje solitario hacia su pasado. Samprieto está acompañada por un nutrido grupo de actores notables y bien consolidados. De hecho, el principal entretenimiento en ¨El pájaro de la felicidad¨ (1980) es contemplar la larga galería de personajes secundarios que aparecen aquí y allá, mientras se intenta adivinar el nombre del que aparecerá a continuación, entre estos podemos incluir a los siguientes: José Sacristán, Carlos Hipólito, Lluís Homar, Daniel Dicenta, Mari Carmen Prendes, Asunción Balaguer, Ana Gracia, Eulàlia Ramon, Antonio Canal, Felipe García Vélez, Josep Maria Pou, Adriana Ozores, Enric Majó, entre otros.

En “El pájaro de la felicidad” destaca la banda sonora de Jordi Savall, ganador de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, el compuso una partitura musical emotiva y sensible. Añadiendo: ¨Cuando me acuesten en la tierra¨ de "Dido y Eneas" escrita por Henry Purcell interpretada por Tatiana Troyanos, dirigida por Charles Mackerras. Además de una maravillosa fotografía de José Luís Alcaine, merecedora del Premio Goya en 1994. Por tanto, la película ofrece una fotografía colorista y lujosa de Alcaine quien fue el primer director de fotografía en utilizar un tubo fluorescente como iluminación "clave" y considerado ser uno de los mejores cámaras españoles. Alcaine trabaja habitualmente con Bigas Luna, Vicente Aranda, y Pedro Almodóvar, ya que ha fotografiado ¨La piel que habito¨, ¨La mala educación¨, ¨Los amantes pasajeros¨, ¨Mujeres al borde de un ataque de nervios¨, ¨Volver¨, entre otras. Rodada en varias localizaciones de El Ampurdán, Girona, Cataluña, Isleta del Moro, Almería, Andalucía, Níjar, Almería, Cabo de Gata-Níjar, Almería, Andalucía y Madrid.

La película fue dirigida de forma irregular pero profesionalmente por Pilar Miró, siguiendo su particular estilo cinematográfico. Ganó algunos premios: José Luis Alcaine 1994 Ganador del Goya Mejor Fotografía, 1994 Nominado al Goya Mejor Sonido Carlos Faruolo. Premios Ondas Mercedes Sampietro 1993 Ganadora del Premio de Cine Mejor Interpretación. Pilar Miró tiene una prestigiosa carrera tanto en cine como en televisión. En 1982 Pilar fue designada Directora General de Cine y de 1986 a 1989 fue Directora General de RTVE. Fue una experta cineasta de series de televisión, de documentales y ocasionalmente largometrajes para el cine. Al principio colaboró ​​en los guiones de Manuel Summers, como ¨Niña De Luto¨ y ¨Juego De Oca¨. Su actriz fetiche, y alter ego, fue Mercedes Samprieto, a quien dirigió en ¨Gary Cooper Que Estas En Los Cielos¨, ¨Werther¨ y ¨Pájaro De Felicidad¨, entre otras. Su debut en el cine fue ¨La Petición¨, consiguiendo algunos éxitos como ¨Hablamos Esta Noche¨, ¨El perro del hortelano¨, ¨Beltenebros¨, ¨El pájaro de la felicidad¨, ¨Werther¨, ¨Tu nombre envenena mis sueños¨ basada en la novela de Joaquín Leguina y sobre todo ¨El crimen de Cuenca¨ (en su época estuvo prohibida), ésta resultó ser un gran éxito y consiguió mucho dinero en la taquilla española. Puntuación ¨El Pájaro de la Felicidad¨: 5.5/10. Aceptable y decente gracias a un buen reparto, una adecuada producción escenográfica y una atrayente atmósfera colorista. A pesar de lo expuesto anteriormente, el resultado es algo mediocre, aburrido, cansino, y se alarga mucho, siendo la mayor parte de ella hablada en catalán, por lo que no atraerá a la mayoría del público.
miguelan
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12 de marzo de 2013
5 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mercedes Sampietro, José Sacristán y Aitana Sánchez-Gijón, junto a la Bnada Sonora (que no es mala del todo) son de lo poco que se salvan de esta infumable película. Le sobra tiempo, entre 30 y 45 minutos diría yo .
Lo que no se es como pude aguantar hasta el final, porque menudo tostón, aguanté más que nada por si la historia daba un giro, aunque fuera pequeño y algo dio pero no suficiente para que me interesará la película.
Pilar Miró podría haberse ahorrado la película, porque es de las peores películas que recuerdo haber visto, no solo de esta directora, sino en general
kachealcorcon
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