La supremacía Bourne

He vuelto a ver... El Mito De Bourne (Netflix)...
https://www.filmaffinity.com/es/film517569.html

Un 8. También le subo la nota de 7 a 8 en el revisionado. Pero es que también me ha pillado en buen momento, y el conocer la historia y tener mala memoria, ha contribuido a no perderme y a disfrutar de determinados momentos.

Eso sí, el cariz de la historia, cambia respecto a la primera entrega. La primera empieza con alguien perdido, con una historia de amor, y todo ello en un mundo de espionaje, en que se busca eliminar los cabos sueltos. En esta segunda entrega, se convierte en una historia de venganza y envuelta en el mismo ambiente de espionaje y eliminación de cabos sueltos.

Me ha encantado ver a Karl Urban, que siempre está perfecto. Y es que en la primera entrega estuvo de secundario Clive Owen, y en esta segunda Karl Urban. Así que, también está arropada de buenos secundarios.

Y en esta segunda entrega, desaparece Marie, pero asoma las orejas Nicky Parsons (Julia Styles), aunque no hay historia de amor, pero sí de empatía y simpatía.

Y como me ha emocionado bastante en algunos momentos, se lleva el 8, por encima del 7,1 que le otorga FilmAffinity.

El mito de Bourne es una película mejor que la primera entrega de las aventuras del amnésico Jason Bourne. Y lo es por un motivo principal, con nombre y apellidos, Paul Greengrass.
El es el máximo responsable de que esta secuela sea mucho más vibrante y desprenda más energía que El caso Bourne. En aquella todo era más que correcto pero le faltaba fuerza. Aquí eso cambia, gracias a un guión más complejo, con situaciones mucho más arriesgadas y giros más sorprendentes.
Pero sobre todo, lo que más destaca es una puesta en escena mucho más potente, donde destacan varias secuencias que elevan el tono de la película. La persecución final por las calles de Moscú es un claro ejemplo.
El protagonismo vuelve a recaer en Matt Damon, de nuevo excelente, dando al personaje una complejidad poco habitual en una película de entretenimiento como esta. Junto a él dos excelentes veteranos, Joan Allen y Brian Cox, que tienen también algunos de los mejores momentos de la película.
Está claro que el enérgico sello de Paul Greengrass se hace notar, para bien, en esta película. Veremos que nos depara la inminente El ultimatum de Bourne.

Secuela que cuenta la vida de Jasón Bourne un espía que tiene lapsos de pérdida de memoria y que en este caso tendrá que encontrar porqué lo incriminaron en un asesinato, escapar vivo de sus captores y descubrir quién es él en realidad.
Repite papel Damon encarnando a Bourne y lo vuelve a hacer convincentemente, aunque no tendrá la ayuda de la bella Potente en este film quien sería su dupla es la actriz reconocida Joan Allen que realiza un excelente trabajo.

Paul Greengrass relevó a Doug Liman en ésta emergente como compleja continuación de una de las franquicias de películas de acción y espionaje más atractivas de las últimas décadas sobre el personaje de Jason Bourne, un agente sin identidad, de enérgica vitalidad y que huye de las persecuciones en las que se ve sometida por unos suoperiores que, por intereses, deciden eliminarlos con el fin de no volver a prestarles servicios secretos. Evidentemente Bourne (creado a tavés de la novelas de Robert Ludlum y adaptado por primera en televisión en 1988 con los rasgos de Richard Chamberlain).

Greengrass alarga sus buenas manos y trabaja, complejamente sin prejuicios, la tela de araña desentramada por Liman pero sin dejar de obviar que su atormentado héroe, interpretado nuevamente por el nervioso Matt Damon, es implicado en otra desventura dos años después, refugiado en la India con su novia Marie (Franka Potente). En ésta primera secuela Bourne es objetivo de infiltración en el asesinato de un político progresista ruso con el beneplácito de alguna mano oscura de la CIA y hombres de negocios cercanos al Kremlin. La amnesia no le perdona ni las pesadillas que sufre pero sus superiores, entre ellos Joan Allen, se lo recordarán.

Acción, persecuciones, disparos… Lo propio que se reclama en éste tipo de productos. Aunque la calidad aquí es más que justificada ya que nivela su peso con el argumento. Greengrass traza bien el laberinto que volvería a retomar tres años después con “El Ultimátum de Bourne” (The Bourne Ultimatum, 2007).

Todavía mejor que la primera. En todos los aspectos. La dirección hiperactiva de Greengrass añade personalidad, nervio y tensión a raudales. El guión amplifica la historia. Damon se come la cámara con gusto. La recta final es emocionante. Una impresionante secuela.