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The Stuff

Terror. Ciencia ficción. Intriga Dos mineros descubren una extraña sustancia que emana de la tierra. La prueban y como tiene buen sabor deciden comercializarla. Su fama se extiende, y la toma mucha gente, pero esta sustancia afecta al cerebro convirtiendo en zombies a sus consumidores. (FILMAFFINITY)
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
13 de agosto de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué sucedería si una sustancia deliciosa y altamente adictiva, resultará ser venenosa y convirtiera a los humanos en una especie de maquinas, que actuaran de forma mecánica y alienante?
Esa es la gran pregunta de ésta película, o mejor dicho, el conflicto de la misma, lo malo, es que una idea tan interesante, fuera llevada a cabo de una forma tan mediocre, con malos actores, diálogos chirriantes, y ciertas escenas que realmente solo generan humor involuntario, la crítica a la sociedad de consumo, se pierde en todas esas variantes, y la película se va desinflando a medida que avanza.
Una pena, porque en si el concepto da para mucho, y por falta de creatividad, presupuesto, y talento echan para atrás todo lo bueno.
Manuel
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16 de octubre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La década de los ochenta fue muy prolífica en cintas de género slasher, películas emblemáticas como ‘Viernes 13’ o ‘Pesadilla en Elm Street‘ hacían las delicias del público adolescente. Con tanto asesino es lógico que alguien decidiera crear un villano distinto que intentara aportar un aspecto novedoso, algo que se apartara del habitual psicópata. Y la respuesta llegó en forma de postre, por extraño que parezca. Una extraña sustancia de color blanco y textura cremosa que brota del suelo y posee a todo aquel que la consume. Claro, lo primero que a uno se le pasa por la cabeza cuando empieza a ver la película es que hay que ser rematadamente tonto para echarse a la boca una cosa blanquecina y burbujeante que emerge de la tierra. Pero de eso va la película, de gente tonta y codiciosa.
A partir de lo expuesto, el argumento se vuelve extremadamente plano y monótono. La sustancia, de venta en todas las tiendas bajo el nombre de “The Stuff”, se convierte de la noche a la mañana en el producto estrella de los supermercados. Y claro, la industria alimenticia pronto comienza a inquietarse ante el tremendo éxito del producto mientras algunos personajes intentan averigurar su secreto...

Francamente considero de un mérito enorme sacarse de la chistera una frikada de historia como esta. Propio de los ochenta, donde los guionistas más freaks eran capaces de sorprender, aunque fuera para mal. Pero ¿Qué falla exactamente en esta película? Pues a mi juicio falla algo muy básico que cualquiera podrá ver. Por un lado no existe el terror por ningún lado, y por el otro la película es un conjunto de buenas ideas, algunas inspiradas en clásicos como ‘Los ladrones de cuerpos’, que en ningún momento llegan a buen puerto. Sí, es entretenida y un producto estrambótico de los ochenta, pero el intento de Larry Cohen de lograr una cinta de terror con una masa viscosa queda muy lejos de lo que lograría tres años después Chuck Russell con ‘El terror no tiene forma’.
Por su parte, los efectos especiales resultan cutrillos pero efectistas, la ración de escenas truculentas tan propias del cine de terror de serie B está servida.

En definitiva: Esta es una de esas raras películas que difícilmente se olvidan. Los críticos se cebaron con ella en su momento y no podemos culparles, pero tras este desastre hay una serie de elementos que pueden salvarla del hundimiento. Mi primera recomendación debería ser que nadie perdiera el tiempo, que hay cosas mucho mejores que ver, lo cual es rigurosamente cierto. Pero para aquellos espíritus nostálgicos curtidos en el cine de serie B creo que es una buena ocasión para degustar ese cine freak que desgraciadamente ya no se hace.

-Lo mejor: El tono satírico que se observa a lo largo de la trama, sutil pero marcado. Y sin duda estamos ante una de esas historias que a poca gente se le hubiera ocurrido.

-Lo peor: Un apartado interpretativo muy justito y una serie de elementos que no terminan de cuajar, muchas buenas ideas pero mal desarrolladas.

-Más en: www.cineycine.com
Cineycine
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11 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Larry Cohen, director curtido en mil y un bodrios ochenteros, nos ofrece su mejor obra al conjugar lo mejor del cine de serie b, de terror y el de comedia negra.

En verdad la cinta es un ácida critica hacia la comida ultra procesada e industrial, siendo el blanco directo hacia Coca Cola y MacDonalds, sólo que en clave de un postre parecido al yogur que brota de las entrañas de la tierra y tiene la propiedad de ser terriblemente adicitivo y a la vez mortal: acaba devorando al consumidor.

Dirección zafia, actuaciones de vergüenza ajena pero la suma de sus partes y el tono, especialmente irónico, consiguen un clásico de culto siempre agradable de ver. En especial a destacar el retrato de la típica familia americana de los 80's: vícitmas del consumismo agresivo, se obsesionan como jonkies del yogur para "integrar" al vástago pequeño a consumir igual que ellos:

"Hijo aterrorizado por el Stuff: -¡Hay algo que tiene vida en ese producto!-
Padre cabrón:-Jason, hay algo que tiene vida en el yogur, algo llamado bacteria; también hay algo en otras comidas porque son organismos vivos... Hay cosas con vida que son buenas para nosotros!
Hijo aterrorizado por el Stuff:-¡Ya lo sé! ¡Pero eso se mueve!-
Padre cabrón: -¡Los microorganismos se mueven pero eso escapa a nuestros ojos! Son buenos para nosotros, matan nuestras cosas malas...-
Madre florero : - ¡Yo nunca me canso de comerlo!-
Padre cabrón: - No nos cansamos porque comemos apropiadamente-"
Buscapé
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5 de abril de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno lee que, entre los atractivos de una película, el que más se repite, quizás el único a reseñar, es la “nostalgia del cine de aquella época”… malo.

Y no es que uno no tenga edad para recordar, y haber disfrutado, con el cine de terror y fantástico de los ochenta. Es que la memoria es traicionera, y tiende a recordar lo bueno y olvidar lo malo; y si no podemos decir nada bueno del guión, el argumento, la fotografía, la música, los actores y actrices, el director, o cualquiera de las otras variables que hay que considerar al ver –con ojos de adulto- una película, es que seguramente hay poco de bueno.

El caso de “The Stuff”, que vi con diez años, y he vuelto a ver ahora, puede ser un ejemplo de ello. Sólo un crío de unos diez años puede salir del cine –o de la butaca, en nuestros días- con sensación de que ha visto algo positivo.

Para comenzar por el mensaje, se ha querido ver una crítica madura al capitalismo… ¡por favor! Es una película tan infantiloide, de buenos buenísimos y malos malísimos y descerebrados, que sólo los espectadores de muy poca edad o bajo nivel de madurez pueden resistir más de media hora este bodrio, y huelga decir que esos espectadores no van a saber ver ninguna crítica en una historia tan absurda e inverosímil.

Porque eso es otra: el guión tiene fallos del tamaño de Nueva York (estado, no ciudad). No quiero destripar nada, pero baste fijarse de que el “yogurt asesino” es muchísimo más agresivo con los malos que con los buenos… Una y otra vez, cuando acorrala a un bueno, se dedica a sestear hasta que el bueno (casi siempre la narizotas o el niño horrible y repelente) es rescatado por el héroe bobalicón.

Los actores son de asesinar, empezando por el niño espantoso y terminando por los malvados. Nada que decir de fotografía ni música… efectos especiales… bueno, no son muy malos, pero tampoco hay que currárselo tanto para hacer lo que se hace. He leído por ahí el truco de la habitación invertida del motel como el no va más… como si no se le hubiera ocurrido a Leonardo Da Vinci cuatrocientos años antes.

Le pongo un dos, en lugar de un uno, por los dos secundarios que merecen la pena: el negro y el coronel chiflado…
Bobby Lee
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18 de mayo de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tanto Activia y tantos L Casei va a acabar por hacer algo así. The Stuff, esa sustancia de origen incierto que la gente consume sin medida y que es evitada por tres personajes de unas cualidades interpretativas lamentables, hasta el punto de que podría llevarse la película de Larry Cohen a la serie Z sólo por su culpa. Parece que sólo se pueden librar de The Stuff aquellos que actúan entre mal y lamentable.

Pero más allá de los terribles actores que llevan desgraciadamente el peso de la trama, encontramos una película con un punto pseudocómico. También hay cierta crítica al modelo consumista americano, pero eso en verdad creo que lo vemos ahora con el paso del tiempo y no es algo que Larry Cohen quisiera manifestar como mensaje, y es que The Stuff es una película muy estúpida y muy poco ambiciosa, que precisamente cae mejor por ello.

Es una de esas películas malas que, por serlo, son buenas. Hay tropecientas mejores películas dentro de éste género y en esta década, pero The Stuff se muestra como una simpática alternativa para todos aquellos que hayan visto muchas. Ese helado-yogurt asesino que acaba convirtiendo la película en una especie de Invasión de los Ultracuerpos, y que tiene momentos de impacto visual magnífico (la escena del hotel es maravillosa).
NeoJ
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