Haz click aquí para copiar la URL

El milagro de Morgan Creek

Comedia. Romance La tranquilidad de un pequeño pueblo de Estados Unidos se ve alterada después de un baile al que asistieron algunos soldados. Trudy Kockenlocker (Betty Hutton), una hermosa chica, aparece al día siguiente borracha, con un anillo de casada en el dedo y embarazada de un hombre del que sólo conoce el apellido. Había seis soldados, pero no recuerda quién es el padre. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2010
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A muchos les parecerá increíble que -sin haber sido violada-, una chica pueda quedar embarazada… y ni siquiera sepa quien es el padre; o si acaso recuerda su imagen, no tiene idea de cual es su nombre. No es insólito, ocurre con más frecuencia de la que podría pensarse y es una de las causas más comunes que motivan el aborto. La explicación a este tipo de insucesos, con alguna excepción, puede reducirse a dos palabras: Exceso y descuido. Se sobrepasan las copas o los estimulantes, y en el momento de acceder a tener relaciones, no se pone el cauchito donde debería ponerse.

Lo que le ocurre a Trudy Kockenlocker –el apellido quizá les sugiera algo- es todavía más extremo: se ha casado, ha quedado embarazada… y no sabe quién le hizo el regalito. Lo único que recuerda es que, muy solidaria con los soldaditos, estuvo en la fiesta que su pueblo, Morgan Creek, decidió hacerles antes de marchar a la guerra… y fue Norval Jones, el buenazo de su novio quien la condujo hasta allí.

Así comienza la que, enseguida, se convertirá en una de las más desternillantes comedias de la historia del cine. Eddie Bracken, como Norval, recrea al tonto más redomado y divertido con el que uno pueda cruzarse. Y Betty Hutton es una manipuladora por excelencia, con unas argucias que sorprenden al más curtido. Junto a ellos, William Demarest, es excelente como el papá policía dispuesto a salvar el honor de su hija aunque le toque birlar unas cuantas normas. Y Diana Lynn, es la hermanita de rápido razonamiento, con afán de salvar la situación en los mejores términos.

Un cuarteto genial que borda la más hilarante comedia, con unos diálogos irresistibles, con un ritmo ágil pero equilibrado, y con un conjunto de personajes secundarios que solidifican un cuento contado con chispa vigorosa y con toda la magia que puede caber en una comedia.

Desde “El Hermanito” con Harold Lloyd, no me reía tanto con una película que, considero, se merece el más alto reconocimiento para ese brillante guionista y director que fuera Preston Sturges.

A Eddie Bracken y a Betty Hutton, dos maravillosas estrellas con algo de tragedia en sus destinos –como ocurre con tantísimos comediantes- les concedo mi más alto aprecio y los tendré por siempre en el más grato de los recuerdos.

Esto es cine AAA. Una obra maestra.

Título para Latinoamérica: “EL ASOMBRO DEL SIGLO”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de octubre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, cuando uno no es habitué de ver estas comedias, es poco lo que puede decirse, pero en este caso la historia es un tanto original, aunque solo para esa época.
Viene bien para alternar con dramas de otra talla, y en este caso los actores no son los de primera linea, por lo que es más valioso el argumento y la puesta en escena
Sigfrido2
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de septiembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los más grandes, descacharrantes, insólitos y transgresores ejemplos de aquello que se dio en llamar comedia screwball o loca para que podamos entendernos.
Creo que Preston Sturges se encontraba aquí dispuesto a hacer rodar cabezas, cayera quien cayera, y que no descansó hasta haber ridiculizado, caricaturizado, echado el lazo y derribado, a todos y cada uno de los estamentos y convenciones bajo las cuales se regían en el país, atacando la moral, las costumbres, los códigos de honor, la tradición y aun las convicciones de todo un pueblo que debió asistir, entre atónita y escandalizada, a tal despliegue de osadía en un tiempo que, no lo olvidemos, estaba fuertemente maniatado por la censura e inmersa en la IIGuerra Mundial.
Desde luego que esta película es un milagro, un milagro a estudiar y a maravillarse de cómo un director, en su época, pudo burlar así las fuertes restricciones que, ni aun hoy y fijaros lo que digo, conseguiría pasar el filtro, con todo lo que presumimos de libertad, ofreciéndonos al tiempo, un divertimento tan locuaz, bárbaro y desternillante.

Partiendo desde la misma premisa. Una jovencita, adolescente, menor de edad, alocada y con la cabeza a pájaros, consigue, mediante triquiñuelas y engañando a su padre, acudir a una fiesta en honor de los soldados que parten para la guerra.
La parranda le saldrá un poco cara. Al día siguiente y con una cogorza de no te menees, descubrirá que en el transcurso de esa noche se ha casado con un soldado sin saber con quién. Pocos días después, también confirmará su embarazo y, al no disponer de ningún certificado de matrimonio que acredite la legalidad de la situación, deberá buscar una solución por su cuenta, en la que echará mano de un noviete del pueblo que está loco por ella y que será capaz de los mayores sacrificios por su amada.
Aquí comienza un enredo frenético que no descansará hasta el fin, donde Sturges echará mano de todos los mecanismos humorísticos habidos y por haber, slapstick, diálogos ingeniosos, comedia absurda y loca, parodia e incluso alta comedia.
Con una trama magníficamente hilvanada, liosa, ridícula, pero milagrosamente lógica y coherente al mismo tiempo, el director arremeterá contra el ejército, contra las buenas costumbres de la sociedad, contra la institución familiar, contra los padres autoritarios, contra los héroes que parten al frente dejando embarazadas a las chicas aprovechándose de sus borracheras, contra las chavalas locuelas que se divierten sin pensar, contra la doble moral de la sociedad, caricaturizando a toda suerte de personajes, el abogado, el juez de paz, el policía, mostrando la corrupción que salpica a todos los estamentos donde todos demostrarán ser susceptibles al soborno y al favoritismo, la sed de gloria de una nación que olvida oportunamente las faltas si ello favorece a sus intereses.
Madres solteras menores de edad y casi violadas por soldados, bigamia, manipulación, engaño, robos y atracos, suplantación de identidad, complicidad en el delito...Ya no sé qué más añadir, estoy seguro de que me dejo muchas cosas más por el camino.
Sí, la censura debía tener resaca aquel día y se debió quedar dormida viendo la película. Luego despertó a tiempo de ver el "milagro" que aconteció en ese pueblo y que fue responsable de la dimisión de Mussolini y de que Hitler tuviera que rendirse ante el rotundo golpe de autoridad y puñetazo en la mesa que proclamaba "la grandeza" de la sociedad americana.
!Pobre Eddie Bracken!. !Demuestras ser grande al acoger tanta grandeza!.

Finalmente y aunque no venga a cuento, quiero añadir las once reglas de oro que Preston Sturges consideraba que debían estar presentes en toda buena comedia:

-"Una chica bonita es mejor que una fea".
-"Una pierna, mejor que un brazo".
-"Un dormitorio, mejor que una sala de estar".
-"Una llegada, mejor que una partida".
-"Un nacimiento, mejor que una muerte".
-"Una persecución, mejor que una charla".
-"Un perro, mejor que un paisaje".
-"Un gato, mejor que un perro".
-"Un bebé, mejor que un gato".
-"Un beso, mejor que un bebé".
-"Y una buena caída, mejor que ninguna otra cosa".

Sturges, otro grande por siempre jamás.
Izeta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras veía la película me estaba diciendo: pero como la censura lo permitió!!

Primero a los militares tan "locos", luego el quedarse embarazada, estando borracha, lo que podría ser una violación sin consentimiento ya que ella no se acuerda de nada, y según dice ella está casada, pero no lo recuerda, con lo que podría estar casada y estar embarazada.

Sí, la censura sólo dejó libre 10 páginas del guion y con eso Sturges pudo empezar. Se filmó entre finales del 42 y principios del 43, pero no se estrenó hasta el 44, ya que la productora tenía muchas películas para estrenar y quería que esta tuviera su estreno en el momento justo, y lo hicieron, ya que obtuvieron 9 millones de dólares de recaudación, la película más taquillera del año de Paramount de 1944.

Mucha críticas profesionales elogiaron a la censura, comentando incluso esto: "la oficina de Hays (la censura) ha sido hipnotizada en una liberalidad por la que se le debe agradecer, o ha sido violada mientras dormía para permitir que se estrene la película."

También recibió mucha crítica a la censura por dejar que se estrenara. Ya que la prota es una menor y no dejan claro quien es el padre, si de verdad ha existido tal marido. Además... juegan con la censura al tener 6 hijos, que son con los 6 hombres que con los que estuvo ella aquella noche...

En fin.... una gran comedia, que a día de hoy ha perdido la gracia, ya que es un humor que ya no estamos acostumbrados, pero en su día debió de ser la mejor comedia en años. Y lo entiendo, y es por eso que le doy mis 6 puntos.
edugrn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
68/12(12/03/23) Chispeante y transgresora (apara su tiempo) comedia escrita y dirigida por Preston Sturges, protagonizada por Eddie Bracken y Betty Hutton, y con Diana Lynn, William Demarest y Porter Hall, Brian Donlevy y Akim Tamiroff (estos dos últimos repiten sus papeles de la película de Sturges de 1940 The Great McGinty). Se filmó en 1942 y principios de 1943, pero no se estrenó hasta 1944, nominado para un premio de la Academia de 1945 al Mejor Guión Original, en 2001, fue seleccionado para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso como "cultural, histórica o estéticamente significativa". La película ocupa el puesto 54 en la lista 100 Years... 100 Laughs del American Film Institute de las 100 películas más divertidas de la historia del cine. Todo ello gracias a un argumento delirante, con un desarrollo veloz, diálogos ágiles divertidísimos, giros formidables, delineación de personajes que transpiran humanidad en sus virtudes y muchas falencias, situaciones muy imaginativas en poder proporcionar risas al espectador, hasta desembocar en un final atronador. Y todo ello criticando con bisturí afilado los convencionalismos sociales, el culto a las falsas apariencias, a la institución del matrimonio, a los fatuos políticos aprovechados, contra los banqueros, riéndose de la maternidad, del ejército (que estaba aun en Guerra en la WWII), de la bigamia, del sexo sin amor, de la policía, y todo esto deriva en el gran misterio de como pudieron superar la censura del Codigo Hays, pero si hasta hace coña del suicidio!

En el inicio vemos a dos personajes que corren hacia un teléfono para llamar al gobernador del estado y narrarle el extraordinario suceso que ha ocurrido en Morgan Creek. El gobernador se muestra escéptico ante lo que le quieren contar, pero finalmente accede a que le cuenten la historia desde el principio. A partir de ahí se nos narra en forma de flashback la historia. Trudy Kockenlocker (Betty Hutton) es la hija del policía de la ciudad de Morgan's Creek, Edmund (William Demarest). En contra de las órdenes de su padre, asiste a una salvaje fiesta de despedida de un grupo de soldados en la que se golpea la cabeza con un candelabro mientras baila. A la mañana siguiente, Trudy está aturdida y lentamente comienza a recordar los eventos de la noche anterior, y con ello el argumento traspasa cualquier línea que yo haya visto en los 40 en Hollywood. Se había casado con un soldado, pero no recuerda su nombre, excepto que "tenía una ‘z’ Como Ratzkywatzky... o era Zitzkywitzky?" Ella cree que ella y el novio usaron nombres falsos, por lo que no sabe cómo ponerse en contacto con él y no puede recordar su apariencia. Ella tampoco tiene la licencia de matrimonio. Trudy se entera de que… (no quiero spoliear más de la cuenta). Norval Jones (Eddie Bracken), un chico local que está enamorado de Trudy durante años, interviene para ayudar, pero el padre sobreprotector de Trudy se involucra y complica las cosas.

Hay unas actuaciones que resultan adorables la mayoría en su desaforado histrionismo neurótico, sobre todo unos impagables (miembros de la llamada ‘Sociedad Anónima de Sturges’, eran un grupo de actores recurrentes del director) Eddie Bracken y William Demarest, el primero como potencial yerno tartamudo, adorable en el amor puro que destila por su amada, impregnando a su rol de una simpatía adorable en su torpeza e ingenuidad (Homérico cuando el ‘suegro’ le insinúa que escape de la celda y este no se entera); y el segundo el suegro cascarrabias (genial el running gag de perseguidor violento de sus hijas lanzando una patada al aire y cayendo de culo) con corazón de oro, tras su fachada de duro hay un padre que ama a sus hijas. Fulgentes en su sobreactuación en cada escena desbordan la pantalla con su arrolladora vis cómica. Humor que se basa en los enredos, en los equívocos, en los engaños, en los slapsticks, y todo ello con una pátina de absurdo que otorga una deliciosa pátina de ligereza, con mucho de elegancia Lubitsch en los fuera de campo y en las elipsis, desprendiendo una grácil mordacidad que cala en el espectador; También buena Betty Hutton como la joven extrovertida fiestera y manipuladora Trudy, que sin quererlo encuentra un problemón y de rebote el amor de su vida que no esperaba, buena química con Bracken; Diana Lynn como la hermana menor adolescente de Trudy está magnífica como una racional chica que intenta ayuda a Trudy; Entre el resto destaco a Porter Hall que con un pequeño papel de Juez de Paz desborda con su carácter fuerte.

Es impresionante como unos temas tan serios son abordados con una pátina de humor tan descacharrante, provocando todo tipo de sonrisa y alguna carcajada. En este sentido tenemos momentos como es la forma en que Trdy se camela a Norval para que este no solo no la delate si no que aguante toda la noche en un banco esperándola a ella que está de fiesta, y con su coche, apareciendo en el amanecer con el auto golpeado; está un intento de boda; tenemos el intento de robo de la caja fuerte del banco; la fuga estrafalaria de la cárcel; y en el rush final incluso aparecen Mussolini y Hitler asustados ante lo que acontece en Morgan´s Creek.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow