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El regreso de la pantera rosa

Comedia Un valioso diamante conocido como la "Pantera Rosa" ha sido robado, y sólo hay una pista: un guante blanco, la inconfundible firma del mundialmente famoso ladrón apodado "El Fantasma" (Christopher Plummer). Aunque se creía que se había retirado, para el inspector Clouseau (Peter Sellers) es el primer sospechoso. Decidido a limpiar su nombre, "El Fantasma" se lanza a la búsqueda del verdadero ladrón y engaña a Clouseau con una serie de pistas falsas. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
23 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la comedia, el disparate y la parodia, B. Edwards encuentra un camino afortunado en el que el despropósito se convierte en rédito de humor y la pantomima adquiere forma de divertida película familiar.
Adolece de un ritmo irregular y tal vez abusa de ciertos gags que, a fuerza de repetidos, van perdiendo efectividad pero, en general, sus hechuras cinematográficas son excelentes, el tratamiento de la imagen roza la exquisitez y su banda sonora (H. Mancini) posee todos los valores de una pieza inmortal.
Y, además, la vis cómica de P. Sellers se pone de manifiesto una vez más y sus inigualables cualidades como actor vuelven a brillar en la pantalla.
Cine de autor y cine de actor.
ABSENTA
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9 de agosto de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho tiempo ha pasado desde que el famoso diamante "La Pantera Rosa" fuera robado. El inepto agente Jacques Clouseau ha sido trasladado a un destino más acorde a sus habilidades y el sr. Charles Lytton parece haberse retirado de su profesión...
hasta que un accidente los va a volver a unir, y en la más grande de las aventuras.

En 1.964 se estrena "A Shot in the Dark" (prefiero ignorar su título traducido) y es todo un éxito; Blake Edwards captura definitivamente el espíritu del alocado e inútil inspector Clouseau que Peter Sellers había encarnado un año antes en "La Pantera Rosa" (y con el cual robó todo el protagonismo a David Niven, por ello no volvería a interpretar su personaje después). Destaca la arrogancia y la torpeza del francés como medio para los delirantes "gags", además de ser introducidos secundarios de lujo como el sirviente Cato o el desquiciado jefe Charles Dreyfus.
Tras este clásico del humor nunca más se supo. Aparece una tontería realizada por Bud Yorkin con Alan Arkin que nadie relaciona con la saga iniciada por Edwards, quien empieza a meterse en líos por culpa de su inmensamente costosa "La Carrera del Siglo", y los productores no se fían mucho de él; por otra parte Sellers demuestra ser alguien intratable en lo privado además de tener problemas con las drogas. La carrera de ambos, pese a una gran colaboración como "El Guateque", no discurrirá bien en años venideros; el director desea hacer reflotar la saga pero no obtiene el beneplácito de la escéptica United Artist, así que se encargará el productor inglés Lew Grade, quien promete financiarle dos películas.

La primera es el drama "La Semilla del Tamarindo", con Julie Andrews (esposa de Edwards); en la siguiente éste decide hacer las paces con Sellers y unir sus fuerzas para traer de vuelta la fórmula que les diera el éxito casi una década antes (aunque previamente se barajase no un largometraje sino una serie de televisión). Como en "A Shot in the Dark" un suceso impactante en plena noche es el resorte de los acontecimientos, aquí el robo del célebre diamante, cuya firma pertenece sin duda al ya retirado "Fantasma" Lytton, una secuencia de apertura muy bien filmada en la que Edwards marca la diferencia con todas las demás entregas de la saga.
De la ficticia Lugash nos vamos directamente al lado de Clouseau, y el humor empieza a fluir gracias al talento innato de Sellers (y es que pocas escenas de presentación son tan divertidas como la charla con el falso mendigo ciego y el mono). El realizador recupera no la atmósfera sutil de "La Pantera Rosa", sino la más salvaje y disparatada de "A Shot in the Dark" (siendo las peleas entre Cato y el inspector el mejor ejemplo); pero cuando al inepto protagonista le encomiendan recuperar el diamante robado la trama se bifurca centrándose tanto en sus desastrosas hazañas como en la intriga más "seria" que concierne a Lytton.

Así vamos a tener tiempo de todo, de reírnos a carcajadas con el humor puramente visual y físico heredado de Keaton, Chaplin, Lloyd y Laurel y Hardy que nos ofrece Sellers y su álter-ego, y de introducirnos en una especie de aventuresco "thriller" con el "Fantasma" de implacable protagonista, un poco en la línea de James Bond, o de otra película de Edwards, "Gunn" (sobre el agente de mismo nombre creado por él muchos años antes para la televisión); dos tramas divididas, comedia absurda y suspense y acción, que sin embargo no se necesitan para sobrevivir por sí mismas.
Por otra parte, restos de humor, romances y ladrones de guante blanco se heredan del clásico de Hitchcock "Atrapa a un Ladrón", al tiempo que una pequeña subtrama nace entre todo este entretenido desaguisado: la cada vez más acusada locura del jefe Dreyfus (y que incluso dará para una película al año siguiente). Seguro que para muchos la historia que atañe a Lytton es sólo un mero paréntesis que interrumpe los sucesivos e hilarantes "gags" de Clouseau, pero Edwards la dota de buen ritmo, absorbente intriga y algunos giros como para resultar medianamente interesante, sin olvidar sus propias dosis de humor (el constante sufrimiento de Pepi).

En lo que respecta a Sellers, un escenario y su arte para la improvisación le bastan para construir toda una historia donde no la hay en ningún sitio (la vigilancia de Claudine Lytton en Suiza, un pretexto nada disimulado...), al igual que sucedía en "El Guateque"; Edwards le deja expresarse y actuar a su aire, incluso adoptar en esta ocasión un acento francés de lo más horrible, origen de todas esas bromas sobre la incomprensión del habla del inspector. Esto dará algunos de los momentos más divertidos no sólo de la saga y de las carreras de ambos, sino de todo el cine de humor de los '70.
Como por ejemplo la manipulación del teléfono en casa de los Lytton, los desastres que organizan Cato y Clouseau en sus peleas, la escena de la bombilla o los avergonzantes intentos de seducción de Claudine, dando pie a que no dejemos de ver la preciosa sonrisa de Catherine Schell, quien no podía dejar de carcajearse con las ocurrencias del actor (y como él, yo también sigo admirando su belleza); con su imponente presencia y forma física, Christopher Plummer sustituye a Niven en su encarnación del ladrón, una versión mucho más refinada de su Eddie Chapman de "Triple Cross". Además tenemos a los impagables Burt Kwouk, Graham Stark, Mike Grady, André Maranne y Herbert Lom (qué tremendo actor cómico).

Con sus ciertas irregularidades argumentales (todo hay que decirlo) y algunas crueles críticas, "El Regreso..." no sólo arrasa en taquilla, sino que relanza las carreras de Edwards y Sellers; tal fue el éxito que otra entrega llegaría poco después, aunque ésta será siempre mi favorita.
Como colofón, aunque parecía imposible, las tres tramas confluyen en uno de esos finales delirantes y surrealistas que tanto le gustan al director, acabando en un epílogo sencillamente magistral (esa zapatiesta en el restaurante japonés).
Chris Jiménez
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22 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta tercera entrega de las aventuras del inspector Clouseau se recupera el argumento utilizado en la primera película, continuando en una clara línea humorística. Concretamente la marcan las chapuzas que causa el protagonista en el desarrollo de sus investigaciones. Al margen de ello, es especialmente destacable es escena en la que Keito sorprende al inspector en su domicilio, teniendo lugar un épico "combate".

El guión no se encuentra tan bien elaborado como las anteriores películas y se echa en falta el haber podido contar con David Niven como El fantasma. De cualquier manera, se trata de una comedia agradable que garantiza risas con un Peter Sellers que demuestra que 9 años sin interpretar al personaje no eran nada, sino que había consolidado su papel. Pero lo más importante es que se profundiza en el personaje de Dreyfus, explotando al máximo sus potencialidades con constantes momentos de ira e idas de olla. Esta aventura culminará, como no podía ser de otra manera, con un sorprendente final.
Rawlico
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19 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertidísima. Vuelve el inspector Clouseau, esta vez como encargado de recuperar el gran diamanete ¨la Pantera Rosa¨, que ha vuelto a ser robado.

Y esto es un mera excusa para una película llena de sketches unos más tontos, otros divertidos y otros carcajeantes hasta la extenuación.

Peter Sellers como de costumbre hace un papel tremendo, es increíble el nivel de locuras que se le ocurrían a Blake Edwards, y la gran labor de este actor para llevarlas a cabo en pantalla, siempre acompañado de otros secundarios que ayudan con el cachondeo, como el caso de su mayordomo Keito, o el comisario.

Realmente la trama como tan muy allá no es, lo que es el meollo de la peli pasa a espaldas de Clouseau mientras este está en otras cosas, y la parte final de la peli es bastante sosilla, pero todo eso da igual cuando estás pasándolo bien y echando unas risas.
TANOMUERTO
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23 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El regreso de la Pantera Rosa, The Return of the Pink Panther es la tercera película cronológicamente hablando de la archifamosa saga de la Pantera Rosa. Película británica de 1975 de nuevo con Blake Edwards comandando el timón y Henry Mancini a la batuta de la mítica música que todos conocemos.

Esta saga, mitificada por muchos (ego me acuso), ha pasado a la Historia del Cine como una de las más divertidas e ingeniosas dentro del género de la comedia y mucho tiene que ver la presencia del genial Peter Sellers, la gallina de los huevos de oro, el actor que automáticamente hace subir el nivel de calidad de cualquier película en la que actuaba, capaz de hacer comedias disparatadas, descacharrantes y papeles serios, dramáticos, humor ácido (Teléfono Rojo, volamos hacia Moscu, Stanley Kubrick), humor naif (El guateque, también de Blake Edwards), de todo. Actor con mayúsculas.

Su personaje del inspector Clouseau, auténtico hombre-catástrofe que todo lo destroza, timbres, teléfonos, mesas, camas, cristalerías, espejos, todo por su torpeza innata, que amarga la existencia a sus jefes y crea conflictos involuntarios allá donde pone los pies, es todo un icono de la cultura contemporánea. Un personaje genial para un actor genial pero es el personaje quien depende del actor, no al revés.

El Regreso de la Pantera Rosa, paradójicamente, ha envejecido mal, a pesar del talento, de algunos gags hilarantes, de la magia de todos sus componentes. Si no estuviera Peter Sellers, da que pensar en qué se quedaría vista hoy en día.

Lo cierto es que ver a Catherine Shell riéndose, literalmente, del Inspector Clouseau, el encorsetamiento de Christopher Plummer y demás, hieráticos y poco convincentes, sin vis cómica, deslucen una comedia que no puede verse sino como humor absurdo, con gags de dibujos animados (Herbert Lom, que interpreta al sufrido jefe de Clouseau se dispara en la cara y queda chamuscado y dolorido como en algún episodio de dibujos animados de El Coyote y El Correcaminos). De hecho, el personaje de Cato (Burt Kwouk), el "ayudante" de Clouseau que le está permanentemente tendiendo emboscadas a traición que siembran el caos tras violentas peleas de artes marciales (es un decir) es quizá, junto al de Lom, el único personaje en sintonía con el estilo de humor absurdo de la película. Podríamos también incluir en mucha menor medida al botones del hotel y algún otro personaje secundario.

El Regreso de la Pantera Rosa fue durante años un exitazo, una película entrañable para el gran público, idolatrada. Hoy en día, resulta quizá demasiado "setentera" en imagen y estilo, un poco forzada, no del todo bien hilvanada la historia, hay más de complicidad con el espectador, que conoce muy bien la historia central y los personajes, que desarrollo coherente del argumento (para los jóvenes de hoy en día quizá les resulte incluso difícil de entender algunas situaciones).

Aún así, es una película entrañable, que hay que ver de vez en cuando para disfrutar de ese aspirador que se traga un loro, de ese baño inundado tras bañarse Clouseau, esa pistola encendedor que siempre es confundida con la de verdad...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luth
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