De repente en el verano

Debo de ser yo, no cabe duda. Algunos clásicos se me caen como melocotones podridos. Estoy deseoso de encontrarles enjundia, intensidad, diabluras, lo que sea. Porque en el cine clásico he llegado a encontrar material aprovechable, pero tampoco es que abunde tanto, aunque le doy más posibilidades. En el cine moderno, actual, es muy complicado ver algo que mínimamente valga la pena, muchos usuarios de aquí ya lo dicen.

Mi crítica en diez puntos, no leer si idolatras esta cinta, si no la has visto y no quieres tragarte el rollo, vete al último párrafo:

PRIMERO: Por aquellos años se puso de moda hablar de psicología, todo el mundo era muy psicólogo. Ya vemos aquí que no era una moda casual, espontánea, alguien empezó marcando el ritmo de ese hábito. También se hablaba mucho de los sanatorios, de los nuevos tratamientos. El cine como instrumento para normalizar hábitos, costumbres y nuevas (sanitarias, educacionales, de comportamiento) corrientes... el cine como herramienta del sistema político.

SEGUNDO: Es lo bueno de ver una película con la perspectiva de los años: Ves con más relieve, con más conocimiento. En la presente enseguida te pega el tufo a psicologismo, a planteamiento almibarado, a dibujo con poco rigor pero con pretensión de profundidad. "De repente..." hace hincapié en las emociones, en las intenciones, en los recuerdos... pero sobre todo en las paranoias. La distinción se empieza a fraguar, o estás con los sanos mentales, o estás con los enfermos mentales.

TERCERO: El Director, Mankiewicz, se coloca en la piel del médico protagonista (M. Clift), de hecho pone al actor un nombre de origen polaco (o similar), como el suyo propio. El médico hace preguntas todo el rato, se sitúa como observador, lleva un comportamiento detectivesco a lo Hércules Poirot. Hace por tanto de investigador, de psicólogo, de médico cirujano... un maravilloso ser... cómo no nos vamos a entregar sin resistencia a la voluntad de los doctores, ellos siempre lo hacen todo "por tu bien".

CUARTO: No puedo decir otra cosa, el Sr. Clift, que anda muy templado en la cinta, nunca me transmitió el papel que representaba. Se pasa toda la película con una cara de "estreñío" que echa p´atrás. Medio encorvado, con los brazos sujetándose los "reñones", con una mirada abducida, laxo por momentos... quizás una bata blanca hubiera ayudado...

QUINTO: Elizabeth, Elizabeth... una mujer muy hermosa. Para los más jóvenes, que sepan que esta mujer fue un mito en su época, una sex symbol que se decía entonces. Hoy esta figura ha desaparecido, supongo que por el tema de género. El tema es que a mi querida Elizabeth no la podían poner con una bata guarra paseando por el sanatorio, la tenían que poner de punta en blanco, el público la tenía que ver en todo su esplendor, brillante cual estrella en el firmamento... jajajaja ¿pero cómo quieren que me crea la historia con la forma en que me la presentan?

SEXTO: La película es muy freudiana, el sexo late detrás de todo, es lo que mueve el mundo. Bueno, también el dinero. Eso nos dice la cinta. Entre el sexo y el dinero se mueve el ser humano, no hay nada más. Desde luego que si queremos un mundo más justo, más libre, más equitativo, más respetuoso, tendremos que cambiar los valores. Esta película no te da mucha esperanza. Bueno, sí, el médico Poirot está en otro plano... parece, porque en realidad no sabemos nada de él.

SEPTIMO: ¡Vaya mala imagen la de los locos y las locas! ¿será posible? salvo el papel de Elizabeth (Catherine), aquellos son todos unos tipos o tipas de lo más histriónico, de lo más bufonesco... no me extraña que la película plantee la lobotomización, ¡con esos sujetos se debe experimentar lo que haga falta!.

OCTAVO: "De repente..." está en clave teatral, todo se reparte en cuatro o cinco escenarios de conflicto, creando tensión en los encuentros, o mostrando simplemente momentos emocionales en que se revelan los orígenes de la trama... el cine es cine y el teatro, teatro, por más que aquel haga sus experimentos para incorporarlo; está película pretende ser teatral, como otras tantas, pero no hay teatro ni lo habrá, en todo caso será un sucedáneo, esa es mi opinión como actor de teatro que he sido, como admirador profundo de un arte hoy ya en desuso (parece).

NOVENO: ¿Si veo algo bueno en esta película? pues sí, sobre todo encuentro méritos formales. La fotografía, para lo difícil del argumento, es realmente buena. El buen gusto, la finura, el trabajo con clase, se exhala durante todo el metraje. Mankiewicz se sabía la lección, de eso no cabe duda. El elenco principal es muy escogido, gente con tablas y presencia, para mí destaca la solvente Katharine Hepburn.

DÉCIMO: He visto metáforas visuales que el propio texto se sirve de remarcar (la planta carnívora, la muerte) con lo que se redunda inútilmente; he visto promocionar el tabaco, empleándose los cigarrillos como "medicina" para calmar la mente y aflojar la tensión; he visto personajes caricaturescos, que restan valor al conjunto, que empobrecen, cual manchas, el tapiz; he visto incongruencias varias en la presentación de escenas, en los tempos, en la resolución de situaciones.


Concluyendo, película propia de la época, que envejece mal pues no es sólida ni mucho menos. Si quieres contemplar a varios mitos de la época, échale un vistazo; lo mismo digo si el cine clásico te satisface per se. Un 4,1. Hay un punto undécimo en el spoiler.

Los ingredientes eran perfectos, Mankiewicz, la Taylor, Hepburn, Montgomery Clift, Tenesse Williams y consiguen una buena película. Pero quizá le falta algo que la hubiera hecho ser una obra maestra. Quizá sea el final, lo encuentro un tanto absurdo.

Será Tennesse Williams, Mankiewicz muy oscarizados, pero como española me ofende que traduzcan a la gente del pueblo español como monstruos, porque tampoco creo que mendiguen, son gente normal del pueblo, pobres, a los que llama mucho la atención la presencia deslumbrante de los ricos turistas americanos.

Pues la verdad me esperaba bastante más de esta supuesta obra del cine. Ninguna pega al trio de protagonistas, de lo mejor de la época, incluso Clift con su cara de pájaro.El argumento se queda muy corto, lo que pudo ser y nunca fué. El director tiene la oportunidad de hacer un buen giro argumental y no se atreve, no se atreve a darle otro final al protagonista siempre ausente, Sebastien, el hijo de Hepburn. En resumen, la película tiene un final bastante malo, que además lo visten de estética onírica, estilo Dalí, paranoico y tonto.
Me quedé con las ganas de esperar otro desarrollo argumental, que sín duda habría sido mucho mejor.

Una película muy previsible en la que lo único que entretiene es lo buena que está Liz Taylor. diálogos largos y aburridos y una historia muy tonta a mi gusto.