Un hombre lobo americano en Londres

Divertida y entretenida comedia de terror sobre el famoso mito del hombre lobo. Si bien es cierto hay muchas versiones anteriores (Werewolf of London, The Curse of the Werewolf, The Wolf Man, entre otros) sobre el mismo tópico, esta película es un punto y aparte, ya que no solo es terror, si no también combina elementos como la comedia adolescente y un poco de sarcasmo, o sea, un hombre lobo que entra a un cine porno y escucha los pedidos de suicidio de muertos vivientes, por favor, qué tal pastrulada.

Por otro lado, sin usar mucha tecnología, recordar que es una película de los ochenta, convirtieron a David Naughton en un terrible y espeluznante hombre lobo a la perfección, realmente la mejor transformación que he visto en la pantalla grande, impecables efectos visuales y maquillaje. Una cinta que con gran justicia se ha convertido en una película de culto. Por todo lo ya mencionado, de lejos la mejor obra de John Landis.

Aun hoy día para mí tiene la transformación más impresionante que haya visto de un hombre lobo en el cine, no sé porque estaba seguro de que el supervisor de fx había sido Carlos Rambaldi , había insistido en ello, pero fue un tal Rick Baker el encargado de llevarla a cabo, no Carlos Rambaldi, (Patinazo,), pero sí hizo los efectos de "Miedo azul" , otra de hombres lobos bastante mediocre basada en una novela de Stephen King.

Sobre “Un hombre lobo americano en Londres”, John Landis sabe combinar muy bien algunos momentos de humor con la tensión que provocaba ver la película allá por los 80.
John Landis se inspiró en la película de Luis Buñuel, “El discreto encanto de la burguesía” para cierta escena,* película de la que dice que es una de sus preferidas.
Una vez comente que la mirada del T-Rex de Parque Jurásico, era una de las más terroríficas que había visto en el cine, pero si me dan a elegir, creo que es la de "el hombre lobo americano en Londres" , la que más miedo me ha dado.

Este es un film que muestra a la perfección las horribles emociones que puede sentir cualquier persona que se transforme en un licántropo.
Con un buen ritmo, un guion bien escrito y unos escenarios adecuados, John Landis nos ofrece una producción entretenida y bien realizada.
Hay momentos de terror y otros de comedia negra. Todos ellos resultan idóneos y están ejecutados con una maestría digna de mención.
Después de ver como su amigo es devorado, el protagonista es trasladado a un hospital de Londres. Allí, una vez recuperado, empieza a ver a su difunto amigo, que le avisa de lo que pronto le ocurrirá. Cuando sale la luna llena su aspecto cambia y se vuelve un feroz hombre lobo que causará algunas muertes durante la noche en la capital inglesa. La transformación es para muchos lo mejor por su impecable factura técnica. Sin embargo, yo destaco más la lucha del personaje principal, esa lucha interior por no querer hacer daño a nadie e intentar quitarse la vida. No debe ser nada fácil tomar esa decisión tan radical, pero en el fondo sabes que no tienes otra opción. Podrían encerrarte en una prisión, pero nadie te toma en serio. La soledad por no poder acercarte a nadie para no poner ninguna vida en peligro. Sabes que no hay vuelta atrás.
Esta situación lleva a la reflexión más personal y complicada que puede hacer cualquiera. No es que hayan matado a tu amigo o que hayas estado a punto de morir. Todo es muchísimo peor. Te conviertes en un ser monstruoso y sanguinario que mata todo lo que se le ponga delante. Y, además, aquellos a los que has matado te atormentan día y noche porque tú eres el responsable de que ellos estén allí.
Eso es la licantropía, ese terror interno que te atrapa mientras hace de tu existencia una verdadera pesadilla de la que no puedes despertar. Un nivel de estrés psicológico insuperable. Un auténtico drama.
Para mí, no es la mejor película de su (sub)género (...Dog Soldiers), pero, por supuesto, la recomiendo para todos aquellos que seáis amantes de los hombres lobo.
Las pesadillas de David son escalofriantes y un detalle sumamente acertado. El amor con la enfermera es predecible, pero tiene su justificación debido a que se trata de algo que le añade aún más dramatismo al relato. La parte más intensa es cuando los amigos están siendo acechados en los páramos mientras escuchan los aullidos de la bestia que se les acerca.

Divertidísima película dirigida y escrita por John Landis, (aunque con algunos evidentes fallos) logra su objetivo de entretener al respetable a base de "buena onda", carismático reparto (la luna incluida), excelente maquillaje, la música del inmortal Elmer Bernstein y por supuesto "Creedence".

Como dije un reparto que fluye como el agua dentro del simpático relato, que a pesar de ser una historia triste, nos muestra una versión bastante efectiva, entretenida y práctica sobre uno de los mitos de la cinematografía: el hombre lobo. Aparecen David Naughton (sorprende su parecido a Robert Downey Jr.) Jenny Agutter, Griffin Dunne (increíblemente gracioso) John Woodvine, Lila Kaye, Brian Glover y por ahí se deja ver Frank Oz.

Es "cortita" y vale mucho la pena se los aseguro.

Combina el género de humor y terror en una extraña mezcla, para algunos magistral, para otros desacertada y para todos, rara. Yo me inclino por la primera, admitiendo su rareza y preguntándome en qué se habría convertido si Landis hubiera hecho un film de horror puro, habida cuenta de la escasez de buenos títulos acerca del hombre lobo. Pero por eso esta obra es única e irrepetible, para lo bueno y para lo malo.

El comienzo, con los dos estudiantes mochileros (Naughton Y Dunne) de excursión por los páramos de Yorkshire y el pub El cordero degollado, con su misteriosa clientela, es sencillamente magnífico, con una ambientación logradísima. Toda esta primera parte que se desarrolla en la Inglaterra rural es uno de los puntos fuertes de la película, pocas veces hemos podido ver unos páramos tan reales y bien captados, con esa densidad y esa niebla.

Hablando de puntos fuertes, de lo que no cabe ninguna duda es de que la transformación de David en hombre-lobo ha pasado a la historia del cine. Sólo por esa escena está justificado ver esta película, sencillamente alucinante, llena de una fisicidad arrebatadora en la que como espectadores atónitos participamos del dolor de David. Pocas veces se ha logrado algo parecido.


De David Naughton no sabe uno si pensar que su personaje requería grandes dosis de indolencia y así lo interpretó o si realmente su interpretación obedece a una falta de carisma que le lleva a quedar difuminado por el asombroso trabajo de los efectos visuales. Repasando su filmografía, constato que no hay nada destacado aparte de esta peli. Su compañero, Griffin Dune, el amigo a media putrefacción, es inolvidable, en gran medida por su maquillaje, aparte de los diálogos.

Por supuesto, la película consiguió el Oscar a mejor maquillaje en 1982, el año en que ganó “Carros de fuego” la mejor película. Antes de este año, el Oscar a maquillaje solo se había dado en ocasiones muy especiales. A partir de “Un hombre lobo americano en Londres”, la Academia consideró que este galardón se concedería todos los años. El responsable del maquillaje, Rick Baker, ha pasado a la historia como todo un maestro.

Como dato curioso, Michael Jackson quedó tan fascinado por la película que hizo contratar al equipo técnico entero para el rodaje del videoclip que sería el más visto de la historia : “Thriller”.

Otra de sus bazas a favor es su duración: sus 97 minutos pasan sin que apenas nos demos cuenta.

Hay unas cuantas secuencias dignas de recordar, sin contar las históricas transformaciones, como la persecución que transcurre en el metro de Londres o las comentadas apariciones del amigo (roba-escenas Dunne), una de ellas en un cine porno, cuya película falsa ´See you next Wednesday´ fue lo primero que se rodó durante la producción.

No cabe duda de que la mezcla de humor y terror no gustará del todo a muchos, pero de lo que no cabe ninguna duda es de la originalidad del planteamiento. Lástima que el final de la película resuelto de una manera tan repentina y “anti-clímax” llega a dejarme perplejo y creo que estropea la puntuación global de la película, impidiéndole haber llegado a ser una película mucho más importante.

Actualmente se considera una película de culto y una de las mejores películas sobre licántropos jamás rodada.