Poder sin límites

Película en la que hay un par de sentimientos encontrados. Primero que todo, es un filme que engancha durante su duración al espectador; la naturalidad de sus actores; la forma en que asumen lo que les pasa y el peso del manejo de las cámaras, le dan un inusitado brillo. Mas en segundo lugar, y tal vez por su relación con el primer punto, lo que ata cinematográficamente, hasta en los magníficos efectos visuales y especiales del filme, no se ata con la historia, que cae en el terreno de la fabulación gratuita, que no indaga algún aspecto narrativo que pueda valernos para concederse un espacio de verosimilitud.
Vale la pena ver la película en todo lo inusitado que en su tratamiento plantea. Además, es un singular entretenimiento.

Cuando una película da tanto que hablar los días de su estreno en las salas y cuando se hace mucha caja con un presupuesto no muy elevado ya se tienen los factores necesarios para hacerse eco entre la multitud y esto pocas campañas publicitarias lo pueden igualar. El boca a boca es el mejor modo de publicitar un producto o, en este caso, una película.
En este caso en cuestión así ha ocurrido. Recuerdo que cuando se estrenó mucha gente la recomendaba pero ya por entonces y tras haber visto el trailer supuse que estaría entretenida, que se dejaría ver pero que sinceramente sería para ver en casa en DVD o de algún modo gratuito. Así fue. La he visto anoche y no me arrepiento de haberme esperando, al contrario. Me alegro de no haber pagado por verla ya que tampoco es una obra maestra ni nada digno de ser visto en pantalla grande.
La historia es interesante pero ya muy vista con anterioridad. Chicos con superpoderes que los utilizan primero por diversión y luego cada uno se los toma de un modo diferente. Ahí reside en ''encanto'' de la cinta, el ver como usará cada uno su don y sobre todo hasta que punto llegarán.
Hay muchos momentos en los que parece que estamos viendo una nueva película del Hombre de Acero, es decir, Superman. Los que ya la hayan visto sabrán a lo que me refiero y los que no decirles que tiene alguna similitud con dicho héroe aunque, por suerte, no es una copia barata.
El reparto es completamente desconocido pero esto le aporta más calidad (por llamarlo así) a la cinta. Cuando hay actores conocidos la película apunta a taquillazo casi seguro pero cuando son así con un reparto desconocido parece que las ves con otros ojos.
Los efectos especiales y sonoros son francamente buenos y no tienen mucho que envidiar a las grandes superproducciones. Lógicamente los he visto mejores pero os aseguro que están muy bien hechos y no se nota el ordenador más que en una o dos escenas aisladas.
También deciros que toda la película, de principio a fin, está rodada en el formato ''cámara en mano''. Dicha idea he de reconocer que la detesto. Odio cuando todo pasa por esa cámara inquieta que enfoca bastante mal y que muchos planos son borrosos de tanto movimiento. Cintas como ''REC'' ya nos dan una idea previa de lo que veremos pero en este caso no marea tanto y se deja ver. De todos modos diré que la cinta habría ganado muchísimo más de no haberse hecho de esta forma.

Lo mejor: Entretiene, los efectos especiales y algo de su banda sonora.
Lo peor: La idea ''cámara en mano'' no me convence.

* Os la recomendaría *

Está claro que una de las actuales fuentes argumentales de las grandes producciones de Hollywood son los superhéroes de cómics. La inercia de estas historias incluso ha llegado a la televisión con series como "Heroes", "Inadaptados" ("Misfits") e incluso en el panorama nacional "Los protegidos". Incluso podríamos extrapolar esta tendencia a otros géneros porque no nos engañemos: ¿acaso el lánguido Edward Cullen siendo vampiro no tiene súper poderes? ¿o el musculoso Jacob Black como hombre lobo no los tiene? ¿Se habría enamorado Bella, la protagonista de la saga "Crepúsculo" de estos dos ejemplares de no haber tenido estas características especiales? Pues eso, que más allá de la Marvel -Xmen, Spiderman, Vengadores, etc.- y de la DC -Supermán, Batman...- hay más súper poderes.
Al igual que el género del terror evolucionó para entroncar con la narrativa "doméstica", utilizando técnicas de falso documental con títulos como "The Blair Witch Project", "Monstruoso" y más recientemente "Paranormal activity", el género de los superhéroes también lo ha hecho con este título, mezclándolo además con gran habilidad con el cine adolescente. La ecuación es bastante simple: tres amigos de un instituto son los casuales testigos de la caída de un meteorito. Lo que no saben es que ese meteorito les va a dar una serie de habilidades que van más allá de las leyes de la física.
Llegado de una exitosa serie de televisión, el director realiza un honroso desembarco en la gran pantalla con una historia pretendidamente simple, pero que termina buceando en las motivaciones internas más oscuras de los personajes, planteando la diatriba que es piedra de toque final de este género: ¿Qué haríamos si tuviéramos súper poderes? Más allá del altruismo, más allá de la bondad... ¿cuánto tiempo tardaríamos en atracar un banco, una joyería, o cuánto aguantaríamos de aquel indeseable al que le tenemos ganas? Esta "humanización" de los superhéroes, comenzada por la Marvel hace ya varias décadas, también impregnó a la DC, y ha terminado instaurándose detrás de los colores chillones, los uniformes con logotipos llamativos y los grandes actos humanitarios. Venga, no nos engañemos: si fueras por ejemplo, invisible... ¿no entrarías a curiosear en más de un sitio supuestamente prohibido? si fueras invulnerable... ¿no te enfrentarías a más de un chorizo que viniera a robarte? (SIGUE EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO)

Fresca, dinámica y atrevida nueva visión del origen de lo que podría considerarse un superhéroe.
Con un empleo de la cámara en mano presente en todo momento, pero sin llegar a marear, como ocurriera con otras tentativas similares. Se presenta como un grupo de chicos encuentra algo especial, que les dota con el tiempo de poderes relacionados con la telequinesia.
El comienzo recuerda un poco al de Los cuatro fantásticos, solo que aquí los protagonistas son tres jóvenes.
Empieza entonces a desarrollarse el clásico hilo argumental, que muestra como van mejorando sus habilidades recién adquiridas, con un empleo gamberro de las mismas, donde el uso de la cámara en mano dota a las secuencias de un realismo llamativo y atractivo.
Como suele ocurrir en estos casos en los que todo parece idílico, empiezan a surgir los primeros problemas, recordando que un gran poder supone una gran responsabilidad.
El poder adquirido se convierte en una droga, componente que eleva el ego y alimenta las ansias de querer más poder, haciendo que pierdan contacto con la realidad, convirtiendo sus vidas en su peor pesadilla.
Los efectos especiales están muy conseguidos y sorprenden en una producción de cine independiente, que con el empleo de la cámara en mano logran hacernos participes de las vivencias y pensamientos de los protagonistas.
No se abusa del empleo de cámara en mano, logrando dar diferentes visiones con el empleo de diversos tipos de cámaras, dando continuidad a las secuencias de acción.
Como si de un día de verano se tratase, nos presenta un día fantástico de playa soleado que acaba oscureciendo para dejarnos en plena tormenta.
Eso ocurre en esta película, que sorprende gratamente.

¿A qué viene que otro chaval quiera grabar todo lo que le pasa?, el primo es el que tiene que tragar, más si la amiga, para colmo, está igual de loca... lo cierto es que lo grabado va a ser visto por millones de personas hasta convertirse en un archivo secreto del gobierno, en el arranque pues lo típico, familia, pocos amigos y vida en el instituto, capullos y abasallados y una rave con un tunel radioactivo del que poco se explica, se sumerge en la juventud y la analiza para perder las fuerzas gravitatorias y conseguir un poder estimulante.

¿Hacia dónde va a desarrollar la trama?, pues esta telequinesia se convierte en divertida, cosas de chavales, marcan unas reglas y tratan de controlarse, pero las capacidades van en aumento, les hace estar arriba, poder volar sin drogas, hacer planes, tener sueños tibetanos y conseguir chicas, cosa en la que afortunademente no se extiende mucho, el concurso de talentos ya lo dispara a la fama, el triunfo es evidente, no así lo que aporta la película al cine, ni impacta ni atrapa, sólo hace mirar como se mueven los coches y demás objetos.

Si se tienen en cuenta todos los recursos que se tenían la película en sí puede resultar un fracaso, pero sólo con la originalidad y el hecho de apostar por algo que pueda serlo ya vale, luego el poder que se apodera no está bien definido pero era lo necesario, el maligno deseo de aplastar el mundo para ser el depredador más fuerte del planeta no es que sea una teoria filosófica para estudiar pero va marcando una tendencia y envuelve a la película en un gran dinamismo, rompe las reglas de la física y del mundo y crea a una especie de delincuente justiciero que se venga de todos sus traumas.

Mami está enferma y necesito dinero, le robo a los listos del barrio, es el comienzo para mover ficha hacia una tragedia supersónica dónde los creadores dejan explotar sus poderes, la rabia frente a un mundo débil, se siente que obedece a una fuerza mayor, la del interior de las peronas que se ha forjado con el odio y la frustración del día a día, pero eso no quita que el objetivo principal haya sido montar un espectáculo bien gordo, una de juveniles que se pudo llevar a mejor puerto, se consigue que sea algo no tan visto, pero a ver, las únicas conexiones entre ellos eran sangrados de narices?..., esta fuerza bruta se les ha escapado a ellos también, este Josh Trank debería viajar al Tíbet a controlar sus ideas.