Luz de luna

Seré de los pocos pero esta película me ha parecido pretenciosa,esta filmada con elegancia y una muy buena actuación de Naomie Harris.Aparte de ella nada mas que destacar,no entiendo el premio a Mahershala Ali. La historia del pequeño Chiron(Ashton Sanders)luchando con su entorno que no lo acepta.Entre tanta miseria se encuentra con Juan (Mahershala Ali)un vendedor de crack que lo acoge como parte de su familia.El pequeño va creciendo y la historia va desluciendo para contarnos un relato de sexualidad que no lleva a ninguna parte.

Llegue a ver "Luz de luna" con la sorpresa previa de tenerla como ganadora en los Oscar. Sin muchas referencias previas, más que algunas críticas que la valoraban como lo mejor desde hace mucho tiempo. Debo decir que me encontré con una película cliché: un protagonista perteneciente a alguna minoría se juega la vida sumergido en todos los pesares propios del ghetto (Precious) mientras intenta descubrirse a sí mismo. Todo esto lo vivimos en tres etapas de la vida del protagonista, bien estructuradas y con buenos momentos para el guión.

Más allá de esos buenos momentos, la película se torna lenta, la fotografía es muy buena, pero también muy obvia en cuanto a la búsqueda de esa belleza, y el otro gran porcentaje del guión se refuerza con silencios que realmente no se sienten necesarios, no acumulan drama, no acumulan fuerza narrativa, son simples silencios en los que sinceramente provoca adelantar la película.

Mi conclusión: vale la pena ver por dos o tres escenas, principalmente de la primera secuencia de la película, con la participación de Mahershala Ali. Vale la pena sentir el descalabro de los estereotipos que logra derriba la película. Aún así lo siento, pero no es la razón por la que voy al cine.

¿Esta es la pelicula del año? Pues apañaos estamos, estos de la academia que se lo hagan mirar, en cuanto hay un tema un poco sensible,Oscars al canto.Me ha dado la sensación todo el rato de estar viendo un tema muy trillado, nada novedoso. Que las actuaciones están bien, pues sí, lo están, pero como muchos dramas que salen a lo largo del año, El personaje que más me gustaba, Juan, de repente desaparece, no entiendo porqué. ya que cuando aparece en pantalla la película gana enteros. No me ha producido ningun efecto, no me he emocionado, no me he disgustado, no he sufrido ni nada que se le parezca, me ha dejado indiferente. Saludos amigos

Sabed, gente del futuro, que bien entrado el siglo XXI el problema racial aún estaba bien lejos de resolverse en los EEUU. Solo así se explica que, por una simple Ley de la compensación, se otorgara el Oscar a esto por encima de La La Land; que un año no hay suficientes negros representados, pues al año que viene hay que darle un premio gordo a algún brother. ¿Tengo algo contra de que las historias intimistas sobre las penurias de las minorías oprimidas?. En absoluto, pero sí que tengo serios problemas con el cine manipulador y en especial con el aburrido. Moonlight es el lánguido relato de un negro pobre y homosexual (no, esta vez no toca un tarado genial), pero sobre todo es un tostón del 15: los gafapastas dirán no se qué del ritmo medido y no se cuántos de la intimidad, pero se hace muy laaarga. Y aparte, por motivos que se me escapan, en el metraje salen como mucho dos o tres blancos: Barryjenkins, ¿de verdad necesitas que todos los seres humanos que vemos en plano sean negros para contar tu historia, no te basta con el guión? ¿En esa zona de Miami no hay NI UN SOLO rostropálido?. Será porque el espectador es estúpido y es incapaz de captar la idea si no eliminas distracciones, y como además no hay películas anteriores que traten la cuestión racial con sutileza e inteligencia, menos mal que a venido a iluminarnos. Y luego está el tema de la homosexualidad... Barryjenkins debe desconocer que hace 12 años (12 AÑOS) hubo una película sobre cowboys gays que le da siete millones de patadas a la suya en ritmo, sensibilidad y talento. Me sorprende leer los cienes de comentarios sobre su valor retratando el conflicto (los conflictos), su sensibilidad, su desgarro... Miradme a los ojos y decidme que no habeis visto un buen montón de películas sobre negros y homosexuales mejores que ésta. En definitiva, producto prefabricado que se ha beneficiado de la tormenta perfecta de gafapastas y políticamente correctos.

Crítica de “Moonlight”

-No hay forma de expresar con palabras lo hondo que llega a calar esta película. Es cine que se vive y se respira, que se siente.
-Una de las películas más importantes de los últimos años.

Voy a escribir esta crítica de una forma diferente al resto. Normalmente creo que hay que dejar reposar una película, analizar con detenimiento en retrospectiva y seguir extrayendo antes de ponerse frente al teclado. Pero esta es una crítica diferente para una película diferente, especial. Estamos ante la segunda película de Barry Jenkins (“Medicine for Melancholy”), pero nadie diría que un diamante como este, tan pulido, tan sorprendente, inesperado, demoledor y cautivador; pueda ser cosa de un cuasi-debutante. Voy a contaros con las emociones a flor de piel porque esta es una de las mejores películas del año, puede que de los últimos años, y porque estar nominada al Oscar es un logro menor, muy por debajo de lo que va a significar para el espectador. Pero también es cierto que no deseo privaros de su visionado ni corromperlo, así que seré breve.
“Moonlight” es un tríptico sobre la vida de un chico afroamericano criado en un barrio marginal de Miami. El nombre del chico es Chiron, aunque en cada uno de las tres tramos de su vida que le acompañaremos, será llamado por un nombre diferente e interpretado por un actor distinto (Alex Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes). Jenkins pone su cámara al servicio de la historia y a menudo logra el virtuosismo sin buscarlo, por medio de sus travellings circulares, unos hermosos primeros planos y la forma de -literalmente- seguir a su protagonista durante esos momentos clave de su vida que le irán dando forma. Todo funciona porque lo importante siempre son los personajes. No obstante la perfección de las escenas se debe a la suma de las partes.
La increíble fotografía de James Laxton que maravilla en los ambientes nocturnos y en los diurnos, la banda sonora Nicholas Britell, las actuaciones de un reparto sensacional (soberbia Naomie Harris y excelente Mahershala Ali), un trabajo de montaje que acaba de deslumbrar en la escena de la cafetería y un guion dispuesto a romper estereotipos para construir una historia real, humana, compleja y finalmente relevante. Bañada por la azulada -y triste- luz de la luna y por un tímido lirismo que te hechiza desde el principio hasta el fotograma final; sin que sobre ni una sola mirada, ni un solo diálogo, ni una sola caricia, ni un fotograma de esta historia de almas temerosas que esconden sus sentimientos, de este necesario cuento social, universal; sobre el pasado, el amor, la identidad, las decisiones y sobre la dificultad de ser diferente en un ambiente hostil y la necesidad de adaptarse para sobrevivir. Con la sombra de la masculinidad (o el machismo más bien) siempre al acecho, el protagonista debe disfrazarse, crearse una armadura que le proteja de los prejuicios y no deje salir su miedo, su dolor y sus emociones. Una dureza aparente que proteja su verdadero yo, frágil. Un yo que se ve sin problemas en cuanto le miras a los ojos, su alma desnuda.
Barry Jenkins rompe todos los esquemas con esta película tan personal. Ni hay truculencia ni manipulación emocional ni búsqueda de la corrección política. Hay emociones, hay energía, hay ternura, tristeza y también algo fantasmagórico que no sé muy bien como explicar. Es una obra de compleja, incómoda e insondable delicadeza, que alcanza su universalidad desde su insólita intimidad para volverse inmensa. Una obra de arte que te toca el alma y puede cambiarte la vida. Hasta el título es perfecto, “Moonlight”.