Danza con lobos

Este film “Dances with Wolves” (1990), junto a “Unforgiven” (1992) de Clint Eastwood, son los últimos clásicos del cine “western”. En ambos se demuestran el sentimiento y el coraje por mantener un género que estuvo olvidado y agonizante.

John J. Dunbar (Kevin Costner) en un teniente del Ejército de la Unión de los EEUU, forma parte de una misión militar de conquistar territorios inexplorados del oeste norteamericano. Durante su viaje entra en contacto con una tribu de Sioux y con la naturaleza que lo rodea, este comienza a sentirse atraído por ellos al grado de defenderlos de los propios suyos.

El film es un despliegue de fotografía y sonido. Las escenas de las praderas y sus valles del estado de Dakota del Sur son impresionantes, la escena de la cacería de búfalos es impactante. La bella naturaleza fue el personaje principal del film.

La película tuvo un presupuesto $19 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $424 millones, más $82 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 57 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano 37 de ellos.

Una oda a la amistad. Que es capaz de acercar a dos individuos tan dispares como un soldado y un indio Sioux. Para mí, es el mejor trabajo de Kevin Costner (eternamente aliado a la imponente voz de Ramón Langa). Un soldado recluido en un solitario puesto donde nunca pasa nada se ve impulsado, a causa de la soledad, a establecer relaciones con una tribu de indios. Como se puede suponer en un inicio éstos se muestran reacios a cualquier tipo de amistad, pero el buen corazón del soldado y los gestos acaban dándole la confianza necesaria a los indios para abrirse ante él.

Una película que obtuvo sus Oscars, con justo merecimiento, y que no sólo te hace pasar un buen rato sino que te enseña o, mejor dicho, te recuerda lo bonita y gratificante que puede llegar a ser la amistad (parece mentira que yo haya dicho esta frase). La consabida relación que desde un inicio se veía venir entre "De pié con el puño en alto" y "Bailando con Lobos" tiene momentos repletos de ternura que, a los románticos como yo, gusta.

Le doy un 8. Si nunca la has podido ver, consíguela y disfrutaras tres horas de buen cine.

A finales de 1988 Kevin Costner tenía gran ilusión en un proyecto que habían rechazado seis compañías de Hollywood, era un film ecologista y antirracista sobre la integración de un militar anglosajón en una tribu Sioux, “Dances with wolves” basada en un libro de Michael Blake. En la industria del cine se consideraba una locura realizar un western de tres horas en la que los indios hablaban su lengua nativa con subtítulos en inglés, con un director novel, y en un marco de declive total del género western. Finalmente una compañía inglesa de distribución le financió una parte de la película, el resto lo puso Costner y su amigo Jim Wilson, quizás eso dio total libertad artística a Costner, sin las imposiciones que le hubieran puesto una gran “Major” de Hollywood. El resto ya es historia, la película fue un éxito y arrasó en los Oscars.

Buena parte del magnetismo del film se debe a su impecable guión, un ritmo narrativo pausado y firme, el tono épico, formato majestuoso, paisajes de ensueño en las reservas naturales de Dakota del Sur, indios de las reservas que dominaban el “Lakota” y “Pawnee”, la ambientación, el vestuario, que hacen que el resultado en pantalla destaque por su verosimilitud. La acción transcurre en la última frontera, allá donde la leyenda se confunde con la barbarie. Los rostros pálidos están a punto de arrebatarles el territorio de caza – y de vida – a los nativos americanos. Los soldados de la unión acechan, bisontes e indios están condenados a desaparecer del mapa para dejar paso a la mal llamada civilización, el caballo de hierro se abre paso a sangre y fuego, es el fin de una época y el inicio de otra.

La novedad estriba, esta vez en el punto de vista del protagonista, colocado en esa línea divisoria, solo, con los ojos y oídos bien abiertos. Desde de ese privilegiado lugar John Dumbar (excelente Kevin Costner) nos conduce al corazón del drama. Su mirada, cargada de curiosidad, es también la mirada del espectador. Pocos westerns habían logrado antes borrar las diferencias entre buenos y malos con tanto ímpetu. Pero en realidad la autentica frontera es mental y hace falta ser muy valiente para cruzarla. Costner puso mucho empeño en describir a los indios como individuos apegados a su entorno. A diferencia del hombre blanco, ellos respetaban cada planta y cada criatura. La escena de la caza del bisonte es, a este respecto, significativa: sólo se mata a los animales necesarios para subsistir, comen su carne y se abrigan con su piel. Mientras el hombre blanco arrasa y esquilma sólo por codicia.

Mención especial merece la maravillosa música de John Barry, mientras escribo esta crónica la estoy escuchando, creo que sin ella, la película sería distinta, su emotividad, su épica y su intimismo es difícil de superar. En definitiva la película de Costner recrea el principio de la colonización del Oeste de los Estados Unidos desde el punto de vista indio, lo que la hace singular y renovadora de los clásicos westerns de los años cincuenta: “Apache” de Robert Aldrich, “Flecha rota” de Delmer Daves, o la grandiosa del año 1964, “El gran combate” de John Ford.

Pieza clave en los maniacos al Western, y para los adictos al cine una de las películas que mejor y más explican la Guerra de Secesión de EEUU respetando ambos bandos, sin ser excesivamente patriotas y sin ser excesivamente defensores de los indios, te muestran la faceta buena-mala de cada bando sin contemplaciones y sin que a cada uno se le quite importancia.
El transcurso de la acción sigue una línea plena y armoniosa donde ningún elemento se tropieza con otro, no es ni muy rápida ni muy lenta va a su ritmo como la vida misma.
Por fin podréis gozar de un filme en el que se trata a los nativos americanos de una forma digna y emotiva y ver como su modo de vida no es ni mucho más salvaje que el nuestro en ciertos aspectos, este hecho lo encontrareis en muy pocas películas: como "el último mohicano" o "apocalipto" donde los indios de la zona de América sean son tratados con el respeto que merecen y otorgándoles el protagonismo de toda la película, son civilizaciones que al igual que los camboyanos, los vikingos, los hindúes, los tartessos, los brahmanistas,... han sido olvidados a lo largo del tiempo estando en un segundo plano y resultan una exquisita fuente cultural, fuente cultural que muy pocas películas o series son capaces de mostrarte de buena manera.

Gracias "Bailando con lobos" habéis evitado que una cultura así se muere y caiga en el olvido.

Sin duda, una genial propuesta, aderezada además con la genial mano del primerizo en dirección Kevin Costner y con unas calidades técnicas que todavía mejoran lo genial del guión y puesta en escena.

"Bailando con Lobos" es un trabajo sublime, casi grandioso, que reconstruye el viaje de un militar a una frontera que pronto será invadida y que está rozando con un poblado indio. La tremenda fotografía nos muestra parajes preciosos, idílicos para el romance y la amistad que después se forjará. Kevin Costner hace mantener la atención del espectador con momentos de melancolía, belleza o sutileza incomparables: El lobo, el primer encuentro con la chica... Todos muy bien seleccionados en el montaje.

Me ha parecido que se ha tratado muy bien las costumbres de los indios, sus formas, sus vidas, y que el hecho de que alguien entre en su comunidad y se le acepte me encanta. Los indios tratan a Costner con el mismo respeto que él a ellos. Hubiera sido un fallo si primero (antes de la amistad) los mostraran como salvajes y después como unos santurrones arrepentidos. Muy bien.

He de decir que lo poco que me desagradó fue el excesivo metraje (con media hora menos habría valido) y algún momento que me desentona y chirria un poco del conjunto.

Sin duda, portentosa. Buena película merecedora de su éxito, de sus alabanzas y de sus Oscars.

NOTA MEDIA: 7.4