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Los que se quedan

Comedia. Drama Paul Hunham, un profesor cascarrabias de un prestigioso colegio americano, se ve obligado a permanecer en el campus durante las vacaciones de Navidad para velar por un puñado de estudiantes que no tienen a dónde ir. Contra todo pronóstico, la convivencia le llevará a forjar un insólito vínculo con uno de ellos, un inteligente y problemático muchacho con sus propios traumas, y con la jefa de cocina de la escuela, que acaba de perder un ... [+]
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Críticas 113
Críticas ordenadas por utilidad
6 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece una película del montón, pero "The Holdovers" es una película profundísima, llena de sentimientos encontrados, de momentos simples pero profundamente envueltos de pensamientos existenciales. Son historias de vida, rodeando el vivir de personas completamente distintas pero que tienen algo muy triste en común: una inmensa soledad, un abandono de la vida en distintas formas, pero que las unen 3 corazones gélidos y tristes que intentan sobrellevar sus días haciendo sus deberes, pero que una vez se quedan solos se dan cuenta de cuán complejas son sus vidas y de cómo tienen que dejar el orgullo de lado para encontrar su verdadero yo.

Pese que se disfraza cómo una película cómica y lo es, siendo inteligente y divertido pero también es agridulce, ingeniosa y llena de historias humanas. Además, el hecho de que esté ambientada en época de Navidad nos confirma que será uno de los nuevos clásicos navideños divertidos y conmovedores que tenemos que ver sí o sí cada año.

Lo mejor de todo es que no es tan melodramática y manipuladora como el resto de películas en su género. No son los típicos clichés hollywoodenses, gracias al fino guión que maneja, siendo agradable, cálida y muy profunda.

Las tres principales actuaciones son geniales. Paul Giamatti es maravilloso; sin duda uno de los más infravalorados actores que existen en la actualidad. Su actuación es muy humana, inteligente y perspicaz. (No obstante, dudo que le vaya a quitar el Oscar a Cillian Murphy). Por su parte, Dominic Sessa lo hace muy bien en su papel de adolescente malcriado y frustrado. Y por último, mi actuación favorita de todas; una Da`Vine Joy Randolph absolutamente brillante, con un personaje sumamente conmovedor y triste pero que nunca pierde la esperanza de superar sus dolorosos momentos.

Sin duda, "The Holdovers" es una de las más cálidos largometrajes que nos regaló el 2023 y que sin duda es franca merecedora de cuantas nominaciones tiene.
Diana
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12 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 10 de marzo de 2024 se repartirán los premios Oscar, tan desprestigiados por la corriente 'woke' que cada vez menos gente les presta atención, como así lo demuestra que el Oscar a mejor película de los últimos tres años cuente con cifras mínimas de espectadores en la historia de estos premios [Nomadland (2021); Coda (2022); y Everything Everywhere All at Once (2023)].

“Los que se quedan” es el título español de la película “The Holdovers”, aunque en inglés parece jugarse con la más empleada palabra de “leftovers” (“las sobras” o “los restos”, en español), pues “holdovers” vendría a reflejar que son restos o remanentes al no quedarles más remedio, retenidos por su propio destino.

Alexander Payne, ya logró cinco nominaciones en 2004 con “Entre copas” (Sideways), incluyendo la mejor película y mejor dirección, aunque solo consiguió el Oscar al mejor guion adaptado. Paul Giamatti tuvo el rol principal en aquella película, pero no obtuvo la nominación por su excelente trabajo que, no obstante, otorgaron a sus compañeros de reparto. Payne lo intenta de nuevo en 2023 con Giamatti en “Los que se quedan”, con sólido guion, alcanzando de nuevo las cinco nominaciones, a mejor película, mejor actor principal, mejor guion original, mejor actriz secundaria (Da'Vine Joy Randolph) y mejor montaje. Payne no ha logrado esta vez la nominación a mejor dirección, como tampoco el excelente trabajo de Dominic Sessa como actor secundario.

La historia se desarrolla en un colegio estadounidense para niños ricos de Nueva Inglaterra (se rodó en el estado de Massachusetts), la Barton Academy, cerca de Boston, donde Paul Hunham (Paul Giamatti) es profesor de Historia Antigua, un hombre honesto y de la vieja escuela, con un ojo vago, que no se deja doblegar por las presiones del director del centro para aprobar al hijo de un senador y, a la vez, importante donante del centro académico. Su personalidad recta e inflexible le depara el odio generalizado de sus alumnos y también de sus compañeros profesores.

Llegan las frías y nevadas Navidades de 1970 y el centro Barton suspende las clases por vacaciones navideñas y fin de año, aunque algunos alumnos no podrán irse porque sus acaudalados padres, o no pueden reunirse con él, o prefieren no hacerlo. Por ello un profesor deberá quedarse de guardia como responsable durante esos días. Si bien esta vez no le correspondía al profesor Hunham, se la juegan y deberá quedarse él, junto con un pequeño grupo de alumnos con sensación de olvidados, aunque muy pronto sólo quedará uno, Angus Tully (Dominic Sessa), un alumno conflictivo a quien su madre le comunica en el último momento que no podrán reunirse, obligándole a quedarse en el colegio durante el periodo navideño.

En Navidad quedarán en Barton solamente la jefa de cocina Mary Lamb (Da'Vine Joy Randolph), de la que sabemos que su hijo de veinte años acaba de morir en Vietnam (estamos en plena guerra); el profesor Paul Hunham y el frustrado e inteligente alumno Angus Tully.

Las imágenes de los nevados alrededores de Barton contrastan con los lúgubres interiores, espartanos dormitorios y limitada cocina del colegio, pues no parecen ser los más acordes para un colegio de niños ricos (se rodó en cinco escuelas de Massachusetts, pero no con gran acierto, al parecer).

Los vivos, simpáticos y malsonantes diálogos iniciales de los estudiantes mientras preparan sus maletas para las vacaciones irán dando paso al cincelado continuo de las personalidades de los tres protagonistas y a la razón de por qué realmente son los que se quedan porque no han podido irse.

El guion va perfilando los personajes y lo que tienen en común. Los tres están marcados por sucesos de su pasado, arrastran una pesada carga y nada parece poder redimirles y superar el rencor, la injusticia o el azar, que la vida les ha deparado.

El momento crucial se presenta y los tres personajes se apoyarán mutuamente en la medida de sus capacidades. Paul no puede traicionar su integridad y en un acto de honestidad, como buen profesor, se sacrificará en favor de su alumno y de un merecido destino. Mary parece haber encontrado en la familia de su hermana un resquicio de esperanza. Paul seguirá su camino, de la única forma que un hombre como él puede hacerlo.

El film está rodado con pulcritud, con muy buena ambientación de exteriores y de época en esos fríos días de 1970-1971, aunque las imágenes en interiores son francamente mejorables. Las actuaciones son todas magníficas (qué envidia de actores cuando se compara…): Paul Giamatti (cuyos ojos están perfectamente en la realidad) puede tener posibilidades para el Oscar a mejor actor y la secundaria Randolph también. Quien también borda su papel es Dominic Sessa, quizá algo talludo para encarnar a un adolescente preuniversitario, aunque muy creíble. El guion de David Hemingson, aun siendo bastante bueno, deja flecos sin cerrar de la personalidad de Paul, como las razones de su aparente o forzada misoginia o sobre su verdadera capacidad intelectual. La sombra de la guerra de Vietnam planea quizá en exceso a través de Mary, como resulta también algo forzada la excesiva afición por el bourbon de los dos protagonistas adultos, o el innecesario ojo vago para dar a Paul un aire menos atrayente (y que en algunas escenas se exagera hasta la ridiculez).
Deckard
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21 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahí quedan esos náufragos, al principio son unos cuantos hasta que poco a poco el grupo lo forman sólo tres. Cuestión que al empezar la película, si es que no te han contado nada, es difícil adivinar. Lo que me encanta de "Los que se quedan" es que precisamente ante esa ausencia de información todo es un descubrimiento, todo es verlas llegar, el espectador ignora los caminos que durante esas dos semanas de vacaciones invernales van a tomar los que se quedan...

El factor humano es el gran click de Payne, porque podría ir de una avalancha de nieve, meteoritos, psicópatas o cualquier acontecimiento de fácil descripción. Lo realmente difícil es ver lo que se consigue aquí, observar cómo los personajes van conociéndose entre ellos, dejando de lado sus prejuicios, adentrándose más profundamente, atravesando la epidermis y ofreciendo el alma sin adornos. Un personaje brutal como el de Giamatti es esencial, no sólo porque se muestra como un ogro que esconde una sensibilidad mayúscula, él es el epicentro del terremoto humano, es quien guía a su alrededor la historia y quien merece todos los elogios. Es un personaje brutal, que dice verdades como puños, que es honesto y único. Y autocrítico.

Deja huella, definitivamente es una película que deja huella. Los mismos protagonistas jamás olvidarán esa Navidad que sí, que además ayuda y nos pone tontorrones, nos ayuda a ser mejores personas y no es posible escapar de sus valores universales. Ojalá se hicieran más películas en el siglo actual de este calibre. Ojalá la mitad de la mitad de la mitad del cine actual se pareciera a "Los que se quedan" de Payne...
Luisito
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29 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film del director Alexander Payne, reúne a tres imperfectos personajes dentro una estricta escuela en la semana navideña donde prácticamente son abandonados por sus familias y deben convivir en la soledad y la tolerancia mutua.

Para todas las familias hay un ritual sagrado de reunión que los constituye esa semana entre navidad y año nuevo, donde independiente del punto geográfico en donde se este, el núcleo familiar trata de reunirse al menos en esas fechas. El film “Los que quedan” de Alexander Payne(Entre Copas), centra su mirada en tres historias que se suceden dentro de una tradicional escuela o internado. La de un profesor apodado el bizco (Paul Giamatti) con un problema a la vista y que es odiado por sus alumnos por lo inquisidor y poco carismático, un alumno(Angus) considerado un chico problema que es abandonado por sus padres en tan significativa fecha y la jefa de la cocina(Maria) de este enorme colegio que alberga a decenas de estudiantes bajo una tradición irrestricta.
Estos personajes casi abandonados al medio de la gélida nieve y que quedan a cargo del profesor que como castigo de sus pares lo eligen para la particular misión es un ejercicio de moralismo con un tono agridulce que encanta a los que buscan una historias de carne y hueso que conmueve por su sencillez y honestidad del materia soportado por un tremendo grupo de actores que esta nominado a los premios Oscar así como también la película que lo esta en la categoría principal.
El film tiene como telón de fondo ese manto de nieve interminable por un lado a este al profesor Hunham(Giamatti), por su creciente conciencia de que tanto sus estudiantes como sus colegas lo desprecian; Angus, por su disfuncional situación familiar que lo agobia; y María, por la pérdida de su hijo, se siente palpable en cada escena del film.

Paul Giamatti esa sencillamente magistral como un personaje poco querible en un inicio que se esconde detrás de una coraza que se va abriendo a medida que avanza el film. Que decir del principiante actor de Dominic Sessa que parece todo un consolidado actor que sorprende con su rol que no es exagerado, templado o bien medido de un joven de los años sesentas y la revelación de la actriz Da’Vine Joy Randolph que ha ganado ya varios premios como actriz de reparto en diversos festivales de cine.
¿Por que le recomiendo ver “Los que se quedan”?, porque es un film pequeño, honesto, minimalista lleno de detalles y porque aparte de las excelentes actuaciones de su elenco, encandila con su sencillez en cada plano donde el director propone de un cuento de navidad distinto, entrañable y son de esas cintas que hacen bien al corazón ,te hacen mirar mejor a quien tenemos al frente, nos dice que cada persona carga con una historia, ayuda a eliminar los prejuicios sobre el otro y preocuparse menos por las apariencias físicas en una sociedad corrompida. En definitiva es una joyita pequeña, modesta, en consonancia con la inclinación de Payne por hacer que las personas dañadas sean creíbles y identificables tal como en muchas de sus cintas anteriores que me encantaron donde se cuentan “Entre Copas”, “Nebraska”, “Los Descendientes”, “Acerca de Smith” o Electión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dlizana
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8 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya casi cuatro décadas, John Hughes demostró todo lo que puede dar de sí un fin de semana de encierro punitivo en un instituto de cinco jóvenes con vidas muy aparentemente distintas entre sí. El Club de los Cinco se convirtió automáticamente en una película de culto y ha envejecido a la perfección como relato generacional, icono de los ochenta e hito del cine juvenil. En cambio, con esta película Alexander Payne y David Hemingson le dan varias vueltas a una premisa de base parecida pero elementos constitutivos muy distintos y, por tanto, obtienen un resultado notablemente diferente, aunque excelente en la misma medida.

A diferencia de la película de Hugues, Los que se Quedan proyecta un relato hacia el pasado, lo sitúa en un plano completamente distinto en lo temporal (un período de encierro más extenso, pero, sobre todo, en unas fechas muy significativas, como son las navideñas) y en lo espacial (una escuela privada de élite, en régimen de internamiento). Pero, sobre todo, el principal elemento diferencial de este film es el conflicto intergeneracional entre sus personajes principales, lo cual, unida a las evidentes y marcadas diferencias de clase derivadas del citado marco espacial, dan pie a una sucesión muy interesante de reflexiones y conclusiones.

Este "encierro" navideño supone un castigo para el profesor responsable, solitario y cascarrabias, y una resignación forzosa para el personal de servicios de la escuela, con jornadas extra muy seguramente mal pagadas y, en el caso de la cocinera, sin ni siquiera un sitio al que llamar hogar. Sin embargo, en cuanto a los pocos alumnos -todos varones- que no vuelven a casa por vacaciones lo que se deja entrever, tanto en general, como en especial en el caso del adolescente coprotagonista, es una situación de desapego con respecto a los suyos, incluso diría de "desamparo" emocional, precisamente en unas fechas que van -o eso nos quieren vender, entonces y ahora- de exactamente lo contrario.

Docentes, obreros llanos y niños de papá, todos ellos en su singular "cárcel" (más existencial que física)... pero que también encuentran, en la candidez del tiempo navideño -sea más o menos impostada-, su clima de redención particular. Y lo hacen a través de las relaciones interpersonales, que generan unas conexiones inesperadas en todos ellos, rozando la amistad (accidental) en la medida que el contexto y las diferencias de estatus lo permiten.

Alexander Payne logra su mejor película desde Nebraska. Su principal virtud, una vez más, se encuentra en la dirección de actores, con un trío protagonistas en estado de gracia: Paul Giamatti, ese eterno secundario, borda una de las interpretaciones de su carrera; Da'Vine Joy Randolph (un servidor debe confesar que la desconocía hasta esta película) está formidable como necesario contrapunto a sus partenaires masculinos, desde la posición de un mucho más arduo recorrido vital, y Dominic Sessa, una grata revelación -a seguir de cerca a partir de ahora-. Almas perdidas, cada una a su particular manera y con circunstancias personales totalmente dispares, pero solas, en definitiva. Entre los personajes secundarios destaca el interesante contraste que supone el personaje de Carrie Preston, que a su vez funciona como catalizador del estrechamiento de las relaciones de los tres ya citados.

La otra gran fuerza de Los que se quedan está el guión de David Hemingson, en su primer largometraje tras un largo recorrido en el medio televisivo: su hoja de servicios incluye créditos series tan dispares como Dame un Respiro, Pepper Ann o Cómo Conocí a Vuestra Madre. Su libreto, logradísimo, maneja muy bien los saltos de intensidad en una historia muy lineal, en especial los altibajos emocionales y las revelaciones argumentales que orientan el sentido de la historia.

En definitiva, mientras El Club de los Cinco tenía una vocación icónica y generacional, Los que se quedan tiene toda la madera para trascender como relato universal. ¡Un merecido aplauso para Payne, Hemingson y compañía por conseguirlo!
Skorpio
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