El condón asesino

Uno se espera ver un bodrio infumable, una película típica llena de gags típicos, pero no, sorprende, es una película transgresosa, nada es normal, no es la típica peli de terror o la típica de risa, todo esta llevado hasta límites extremos, incluso los propios personajes y algunos diálogos son realmente buenos y hacen bastante gracia; el problema que le veo es el que creador tenía muy claro todo el concepto y toda la ida de olla, pero cuando había que desarrollar el argumento y darle un final a la peli no tenía ni idea de que hacer, así que la última media hora de película es basura, no hace gracia ni sorprende: aburre.

Una pena porque la película prometía, podría ser una película de culto y se queda en comedia simplona.

Vamos a ver, esta película no será de culto nunca, ni nada reseñable en el cine con mayúsculas, es lo que es, la adaptación en tono cutre y gore de uno de los títulos más conocido de König, gran dibujante de cómic. Deciros que König es uno de los creadores de cómics más desternillante para mi gusto que he encontrado, además sus historias están dibujadas como planos cinematográficos, recomiendo la lectura de sus títulos.
Aparte de esto, deciros que la película es para el personal que le guste este cómic, o le pirre un poco el rollo medio gore casposo, porque en fin, las actuaciones son patéticas (a excepción del prota, y tampoco creáis) la ambientación da grima, y se salva el guión que es diferente y algo sorprendente (en mi humilde opinión), el resto no aporta nada.
Abstenerse los amantes del cine de autor, y en general al personal que no haya visto algo de la obra del tal König este.
¡cuidao pecadores!

El mundo homocómico de Ralf König se topa con un director que merecería ser nombrado Director Español de Honor (por lo casposo,) y de ello resulta un extrañísimo filme sobre un condón colmilludo que va sajando los miembros de sus infortunadas víctimas. Cuando el inspector Maccaroni sufre en sus carnes el ataque del profiláctico homicida, empieza una investigación durante la cual encontrará, literalmente, de todo, incluido un amor fou por un guapo chaperillo -escenas tórridas incluidas-, un reencuentro con un antiguo amor, una conspiración a nivel mundial y una gran cantidad de látex en diversas formas y tamaños.
Los que os decidáis a tragaros este despropósito vais avisados; esto es un bodrio, pero uno de los bodrios más extraños y divertidos que hayáis visto en vuestra vida.

El condón asesino es de ese tipo de películas que gustan o no gustan. Personalmente creo que es una película con diálogos bastante cómicos en muchas ocasiones sobre todo con el personaje de Babette. Los diálogos son típicos del cine policíaco negro del típico policía hastío de su trabajo cansado de vivir todos los dias la locura mundana. Los diálogos sinceramente creo que están escritas de forma tan típica y deprimente a propósito para acompañar a tan singular personaje y hacerle parecer aún más harto de la vida. La cinta pudo llegar a ser una gran película si se hubiera realizado con menos silencios y hubiera tenido más ritmo. Cierto es que algunas frases sobran, pero no deja de ser una película encantadora.

Eso dice el protagonista en un momento y sin haber visto la película terminada. Nada más empezar la película tenemos una muestra clara de la vulgaridad de imágenes cinematográficas, pero no ha pasado ni media hora y ya tenemos vistas todas las posibilidades de vulgaridad, de tema y de imagen. En ese momento he sentido la tentación de no seguir viendo tal bodrio, pero fiel a mis principios no comentaré una película que no haya visto completa. El colmo de la vulgaridad se alcanza cuando se produce la escena de la bañera, la cortina y el cuchillo de “Psicosis”. En ese momento casi renuncio al comentario porque se hubiera limitado a “la película es una mierda” y eso FilmAffinity no permite publicarlo. Lástima que este guión no hubiera llegado a manos de Santiago Segura porque al menos hubiéramos disfrutado de su calva en el papel principal del detective policía y de toda la guía de frikis españoles en los papeles secundarios. ¿Se imaginan al hijo de una cantante famosa cantando canciones de su madre en el papel de Babette, el policía travesti? ¿O a la colaboradora de un programa diario en el papel de la mujer a la que el condón le muerde la nariz? ¿O a “la fantástica” en el papel de amante del futuro presidente de los Estados Unidos? Mejor dejen de imaginar y no sigamos perdiendo el tiempo.