Zemeckis nos introduce en el laberinto de lo justo y lo correcto aderezado todo ello de una crítica a lo legal con disquisiciones sobre lo bueno o malo, a lo que la persona piensa que es y lo que los demás dicen que puede llegar a ser. Un comienzo trepidante y aterrador (técnicamente correcto y con una tensión narrativa envidiable) que baja en dinamismo y velocidad y se centra en el drama. Puede ser un giro no tan grandilocuente, pero no por ello deja de ser interesante. Denzel logra empatizar, con su lado más oscuro, que llega a ser el más cercano, casi tanto como los planos que logra mantener (quizás para hacerlo cercano y próximo). Historia de personajes, los de la controversia, ese lado que llega a tocar con el correcto, y sobre todo, Zemeckis puede llegar a sensibilizar con el guión sobre uno de los problemas sociales más desesperanzadores de la actualidad. Un drama nada desdeñable.