No recuerdo cuántas veces he visto "Matilda", pero cada vez que lo hago siento la misma sensación que me dejó después de la primera vez que la vi: de haberme divertido de lo lindo.

Mucho de esto tiene que ver con el hecho de que Danny De Vito esté tras la película, imagino que en manos de un director más complaciente o aburrido hubiera presentado la película con un maniqueísmo en los personajes poniéndolos unos frente a otros con los rótulos "buenos" y "malos". De Vito en cambio nos presenta una corrosiva sátira de las historias infantiles donde -por supuesto- hay buenos y villanos pero los presenta de tal forma que terminamos adorándolos a todos por igual.

Sumado al director y al divertido libreto -basado en un relato de Ronald Dahl- parte del éxito se encuentra en el magnífico desempeño del reparto: el mismo De Vito y su esposa Rhea Perlman son los nada ejemplares padres de Matilda, que lejos de alentarla y cuidarla le demuestran un total desdén permitiendo que la niña vaya desde muy pequeña formando su carácter. Por su parte la encantadora Mara Wilson da vida a una Matilda sencillamente adorable, y Embeth Davidtz es la bondadosa Miss Honey, el ángel de la guarda de Matilda y única persona que la entiende y orienta tomando en cuenta el otro gran enemigo que tiene no sólo Matilda, sino prácticamente todo el resto de personajes.

Tronchatoro la malvada directora del colegio es sin duda el personaje más recordado de la película y a la vez el más divertido, interpretado magistralmente por la británica Pam Ferris que hace de su personaje toda una creación y haciendo de cada aparición suya en la pantalla toda una atracción.

En resumen, una película para disfrutar en familia pero más por los adultos que por los niños.