Perfecto film francés (vuelven a la carga después del éxito de "Intocable"), novela en imágenes que por desgracia pasará desapercibida para muchos. Es difícil afiliar esta película a un género concreto. En un inicio, entrevemos algunos momentos cómicos dentro de la vida de un profesor de literatura que, aunque aburrido, nunca pierde la esperanza en su trabajo. Así pues, ¿se trata de una film sobre el mundo de la educación? No. Ahí es donde entra en escena nuestro niño protagonista, dándole un toque de misterio a la cómica película (ahora thriller). Brillante Ernst Umhauer en el papel de un prodigioso niño escritor de redacciones con mente de adulto, causante de la variedad de géneros (de comedia a thriller, pasando por el miedo más profundo y cierto erotismo no visual, entre otros). Dentro y fuera de la película, él tiene las riendas de nuestros actos y decide qué quiere que creamos.
Sin estar bajo su control, debo reconocer que me encuentro delante de una obra de arte.

Gracias, sr. Burton, por volver a los orígenes. Por dejarnos ese satisfactorio mal rollo en el cuerpo. Por esta soberbia película de animación. Por los guiños a los clásicos del cine de terror. Gracias por compartir esta obra maestra gótica con sus seguidores que, aunque hemos visto una clara falta de calidad en sus últimas películas, nunca hemos perdido la fe en usted. Gracias por recordarnos que el buen cine aun existe.

"Juerga hasta el fin" puede atraer en un principio por su premisa poco común y su elenco de actores gamberriles. Pero no se dejen engañar por el diablo, porque si van a verla irán directos al infierno. El apocalipsis no es el que se muestra en la película, sino el propio film. Y conseguir sobrevivir a este juicio final cinematográfico es toda un proeza.

Poco (bueno) se puede comentar de la película. Acierta en algunos momentos (sobretodo cuando los actores se ríen de sí mismos y en su final), pero su comicidad se va deteriorando a medida que el mundo que nos presenta se desintegra. Es un globo de aire barato que nos quieren vender por helio. Cuando te das cuenta que te han estafado, ya solo te queda un colgajo de plástico.

Y precisamente así me he sentido yo. Estafado. Estafado por creer en el poder infernal de una película cómica, gamberra y original para encontrarme con escenas burdas, zafias y "fálicoinspiradas". Su error no está en mostrar grosería tras grosería, sino intentar hacer de todo eso una "película".

Así pues, si me disculpan, usaré el estilo soez de "Juerga hasta el fin" para acabar mi crítica. ¡Y que me lleve el diablo si miento! Pero esta película tiene menos gracia que hacerle una paja a un muerto.

A simple vista "Transcendence" puede parecer una película con los nombres de “Depp”, “Freeman” y “Bettany” como reclamo. A simple vista lo es, pero en su interior tecnológico guarda varios ases en la manga.

Este debut cinematográfico de "Wally Pfister" coge una premisa tan conocida como la de "máquina supera hombre" y le da la vuelta. No se trata de un mundo postapocalíptico donde prima la supervivencia humana y las máquinas gobiernan sin miramiento alguno, "Transcendence" se centra en el temor a lo desconocido y la desconfianza ante algo nuevo. Y si se adentran más en el film descubrirán que, en el fondo, el film es una inusual historia de amor.

Si bien los efectos especiales están muy logrados y la historia va variando a medida que se desarrolla la trama, hay un aspecto negativo que pesa demasiado: las actuaciones.
“Johnny Depp” no le da ese toque mágico a su personaje que solo él sabe hacer, “Paul Bettany” y “Rebecca Hall” se pasan gran parte de la película con la misma expresión facial, y aún me pregunto qué pintan “Morgan Freeman” y “Cillian Murphy” en el film.

Así pues, "Transcendence" no revolucionará Hollywood, pero en muchos aspectos recuerda a "A.I" (Inteligencia Artificial) de "Steven Spielberg": no todas las máquinas son malas. Tienen sus fallos, pero debe mirarse más allá para apreciarlas como realmente son.


VAYAN A VERLA: si quieren una vuelta de tuerca al mundo de la maquinaria/robótica y algo con lo que darle a sus engranajes al salir del cine.

ABSTENERSE: fans de películas estilo "Terminator" o "Yo Robot".

Álex de la Iglesia nos quiere acostumbrar a sus rarezas. Su particular visión del cine pretende adentrarnos en su retorcida mente dónde un sinfín de ideas macabras, absurdas y divertidas se llevan a cabo con más o menos gracia. "Las Brujas de Zugarramurdi" es de las segundas.

El film empieza bien, presentándonos al trío protagonista (Silva, Casas y Ordóñez), que a pesar de su falta de carisma logran aportar comicidad a la película. Un buen inicio lleno de gags, acción y escenas marca de la casa "de la Iglesia" nos augura entretenimiento. Pero todo se pierde al llegar a Zugarramurdi.

Es al presentarnos a las brujas en cuestión cuando el film empieza a zozobrar hasta hundirse completamente. A medida que se desarrolla la (olvidable) trama uno no tarda en darse cuenta que el director ha pecado de exceso de desmadre , presentándonos un desenfreno que se le escapa de las manos hasta llegar al (más que) aborrecible desenlace.
Mención especial a los efectos especiales. Horrendos.

Así pues, estamos delante de una película que dará que hablar por lo mala que es. Ideas originales no le faltan y puede ocasionar alguna que otra risa ver a Carlos Areces y Santiago Segura travestidos; Pero la incoherencia y falta de cariño que envuelven todo el paquete es evidente.
¡Mucha magia negra necesitará el amigo Álex para arreglar este estropicio!