Esta digna comedia de aventuras con tintes de parodia romanticona, no es obviamente Indiana Jones, pero pretende hacer caricatura del género tirando de recursos y trayéndonos a la memoria algunos títulos como “La Momia”, o “Tras el Corazón Verde”. Los hermanos y codirectores Aaron Nee y Adam Nee (BAND OF ROBBERS, 2015) han demostrado que pueden cumplir exactamente lo que promete un guion de los coguionistas Oren Uziel y Dana Fox, sea lo que sea lo que diantres signifique eso.

La ganadora del Oscar Sandra Bullock interpreta a la afligida, melancólica, solitaria y exitosa novelista romántica Loretta Sage; y Channing Tatum coprotagoniza a Adam, su modelo de portada de libro, cachitas, algo cortito, y definitivamente torpe. El amor de Loretta por la arqueología y el fallecimiento de su esposo se han combinado para hacer que ella desprecie los libros que escribe, así como las giras publicitarias a las que debe asistir (especialmente cuando se ve obligada a usar un traje ceñido de lentejuelas fucsia que, en palabras de la actriz, “se le mete por la raja de atrás, y también por la otra”). Por otro lado, al insípido modelo Adam le encanta darle a la audiencia lo que quiere: un pechote lampiño y desnudo y un pelazo de Pasión de Gavilanes que nos recuerda a los rockeros ochenteros.

El trigger de la acción es que Loretta resulta secuestrada por una villano rico (Daniel Radcliffe), obsesionado con la búsqueda de la 'Corona de Fuego' escondida en algún lugar de una isla remota que él mismo compró por este motivo, y de la que, a su vez, Loretta trata en su último libro. Loretta deberá traducir unos antiguos jeroglíficos antes de que el volcán de la isla entre en erupción y el tesoro quede enterrado para siempre. Adam, atraído en secreto por Loreta, está decidido a rescatarla y demostrar que es más que una cara bonita. Mientras tanto, la estresada agente literaria de Loretta, Beth (Da'Vine Joy Randolph), también decidida a salvar su negocio, se embarcará en un largo y risible viaje para ayudar a su amiga.

El cameo de Brad Pitt es de lo mejor de la película. Lástima que esté incluido en el tráiler, seguramente debería haber sido una sorpresa agradable para los espectadores. Tiene un divertido papel como ex Navy Seal, y antiguo compañero de meditación de Adam. Ambos se alían para rescatar a Loretta. El tiempo en la isla combina las secuencias de aventuras con la construcción lenta del vínculo romántico entre Loretta y Adam, incluyendo escenitas de tensión sexual no resuelta, y algunas otras hilarantes (como la de las sanguijuelas). De hecho, forman una pareja prácticamente patética, a la que sucede desgracia tras desgracia, pero que tiene muy buena química en pantalla. Radcliffe, en cambio, parece un poco fuera de lugar a medida que se vuelve grande en su papel de villano con delirios megalómanos algo gratuitos. Con algunas sutilezas, su personaje podría haber funcionado mejor. Por otra parte, en general no hay nada sutil en esta producción, incluidas las escenas de Beth y el excéntrico piloto cuyo fetiche son las cabras, interpretado por Oscar Núñez ("The Office").

En resumen, reconozco que llegué al cine lleno de prejucios, y, aunque procuré no dejarme llevar por el chascarrillo fácil durante los primeros minutos de película, mantuve la mente abierta y traté de disfrutarla. Y, a pesar de sus clichés, o sus bromas facilonas y tontas, la película es entretenida. Me encontré riéndome en diversas ocasiones a carcajadas, y salí del cine satisfecho.

Es una gran película para eso, para comer palomitas y reírte. Normalucha, pero muy divertida.

No me entiendan mal: la serie me ha encantado. Me ha encantado porque los Bulls me encantan; porque Jordan me encanta; porque la NBA me encanta. Pero me ha parecido descafeinada como producto.
Quiero decir: la historia de la NBA ya estaba escrita. La historia de los Bulls ya estaba ahí; la figura gigante de Michael no ha habido que inventarla, ni exagerar nada, ni adornar absolutamente nada. Todo eso ya lo teníamos. Es más, ni siquiera hubo que crear material ambientado en el pasado, porque las imágenes se tomaron en su día con el fin, precisamente, de ser mostradas algún día. Y las imágenes de los partidos... En fin, también se retransmiteron por televisión.
Luego, ¿cuál ha sido la aportación real del director, de los productores? En fin, sí que es verdad que han vuelto a entrevistar a todos los personajes involucrados, y que había que escribir un guión. Pero, a mí entender, dicho guión es muy confuso. La estructura narrativa no es robusta, abusa de los flashback y flash Forward, provocando cierta dificultad para seguir el curso de los acontecimientos. Obviamente, si todo hubiera seguido la cronología típica, habría sido más aburrido. Pero el modo como se salta en el tiempo hacia delante y hacia atrás constantemente me parece que no es efectivo.
El ritmo del documental también me ha dejado a medias. En cada capítulo hemos podido disfrutar de unos diez minutos de ritmo trepidante. No lo niego. Pero también digo que han sido solo 10 minutos. El tema daba para más. Para mucho más. El resto del capítulo es en demasía estático.
Quiero decir, si alguien hiciera una serie sobre Federer, o Schumacher, o Mohamed Alí, muy mal tendría que hacerlo el director para que no fuera interesante. Pero aquí no criticamos lo interesante del tema ni de la figura histórica. Sino el acierto de los productores.
Lo mismo que con el ritmo sucede con el tono narrativo. Me ha resultado neutral, sobrio, un tono "mate". Creo que podríamos haber disfrutado, en cambio, de un tono épico, con brillo, casi todo el tiempo ausente aquí. Podría haber sido una gozada épica. El tema se prestaba a ello. ¿No?
En fin, con todo le doy un seis. Pero conste que el seis es meritorio de Rodman, de Jackson, de Pippen, de los Bulls en general, pero, sobre todo, el mérito del documento es del demiurgo Jordan.
¡Una gozada! Sí.
Pero también una lástima. Quiero decir, para ser el último baile.

Mei y el gatitobús es el spin off de la famosa "Mi vecino Totoro", un corto de apenas 15 minutos en el que Miyazaki vuelve a hacer lo que le da la gana rompiendo las fronteras de la imaginación. En él, un gatitobús visita a la pequeña Mei en su casa rural junto al alcanforero, y la niña, después de ganarse su confianza, se deja llevar con él y el gatobús original a través de la ventana en lo que podría ser la escena más parecida a Peter Pan saliendo por la ventana, mezclado con la madriguera y el conejito de Alicia en el país de las maravillas de toda la filmografía japonesa (con el permiso de El viaje de Chihiro).

Barcelona, 2022. Dos amigas tratan de descubrir quiénes son, cuál es el sentido de su existencia, llevando sus emociones al límite en una vida alocada e indolente.

La serie se estructura en capítulos cortos de unos 15 minutos. Más que una trama compleja, se trata de gags donde se alternan las confesiones entre las amigas y las extravagantes vivencias de ellas con otras personas. En esas situaciones, se nos muestra la jungla personajes cargados de traumas que habitan la sociedad moderna occidental; animales heridos, avergonzados, incomprendidos, extravagantes.

Las protas representan cierto aquetipo moderno de joven desinhibida y loca, pero con un trasfondo de miedo, pérdida, desestructuración. Dos jóvenes sin ataduras, sin reglas, sin horarios, y con grandes desórdenes alimentarios y relacionales que hacen absolutamente lo que les da la gana. Está claro que no son personajes psicológicamente profundos como los de Dostoyévski, pero sí que resultan poliédricos y atractivos desde la primera escena.

De ellas (y de otros personajes) se trasluce también un cierto existencialismo, una sensación de hastío vital. En el capítulo 2, por ejemplo, una de ellas dice: "A veces me planteo si hago las cosas porque me gustan de verdad, o porque quiero ser la más loca y tener las experiencias más heavys".

La figura masculina se nos presenta en ocasiones intimidada. Ellas son poderosas, son rebeldes, están locas; y aquellos que osen acercarse deberán mostrarse temerosos y muy cautos ante sus posibles exabruptos, pues sus reacciones podrían acabar fácilmente con cualquiera que se les antoje.

Quizás los temas principales sean el descubrimiento de uno mismo, la soledad, el carpe diem, el trauma. En general, los "miedos", gestionados mediante comportamientos extravagantes tienen un gran protagonismo.

Autodefensa es provocadora, erótica, rebelde, reivindicativa. Cruel en ciertos momentos, muestra lo grotesco de las personas (con y sin complejos). Pero también nos muestra la cara más indefensa y peregrina del autoconocimiento humano.

Meilin "Mei" Lee (Rosalie Chiang) es la niña chino-canadiense de 13 años que cualquier padre podría desear: estudiosa, servicial y perseverante, trabaja constantemente para ganarse la aprobación de su madre. Una niña 10, vaya. Aun así, tiene algunos secretitos que su madre no aprueba, como que le gustan los chicos, o que ella y sus amigas son fans del grupo de moda, 4Town.

Su familia regenta y cuida un templo en Toronto en honor a una antepasada que se convirtió en un panda rojo para defender a su familia. Mei Mei es una prolongación de su mamá, y hace siempre lo que ella desea, incluido anteponer los deberes del templo al ocio con sus amigas. Pero, tras un mal día con su madre, Mei Mei tiene una pesadilla y, cuando se despierta por la mañana, se ha convertido en un panda rojo gigante (igual que en la Metamorfosis de Kafka). Tratando de esconderse de su madre, Mei le hace creer que ha tenido su primera regla. El panda desaparece cuando Mei se calma, pero vuelve a salir siempre que Mei está pasando por un desbordamiento de emociones.

En la escuela, la madre de Mei aparece con una caja de compresas, provocando tal embarazo en la niña que vuelve a liberarse el panda rojo. Ya en casa, sus padres le revelan el secreto que hay tras el panda, pues todas las hembras de la familia fueron conjuradas por la deidad del panda con el mismo hechizo, que las convierte en un panda rojo al alcanzar la adolescencia. Existe un ritual por el que Mei Mei puede pasar para deshacerse del panda. Desafortunadamente para la pobre Mei Mei, el ritual ocurrirá el mismo día en que se lleva a cabo el concierto de 4Town (cuando hay luna roja), lo que la colocará en el dilema de tener que elegir entre el ritual o el concierto (tradición vs rebeldía), o entre ser quien su madre quiere que sea o quien realmente ella desea ser.

Red es una historia sobre la mayoría de edad, también la de Pixar. Una historia que narra cómo una niña intenta encontrar su camino a través de la pubertad, lidiando con su madre. Además, trae a colación un problema muy presente, el problema del estrés en los niños provocado por padres que desean que sean perfectos, padres que necesitan que sus hijos hagan siempre lo correcto. Mei Mei tiene un gran descontrol emocional en su edad preadolescente (primeros amores, menstruación, etc.). La falta de comunicación entre padres e hijos, o el salto generacional con diferentes objetivos vitales entre ambas queda de manifiesto en el film. El hecho de no poder fallar, no poder tener un aspecto casual (la madre está siempre arreglada, peinada, maquillada, hasta de noche, en su casa), agrava ese estrés, provocando ansiedad.

La madre se nos presenta como una figura esperpéntica y algo exagerada, que se avergüenza de su hija cuando esta no hace o dice lo adecuado. Su hija se acaba de convertir en un panda, y lo único que le preocupa a la madre es que “alguien la vea así”. La película invita a una reflexión acerca de cómo trasladamos nuestras fobias o nuestras obsesiones a nuestros hijos. De hecho, hay una escena en la que observamos cómo la madre está probablemente traumatizada por un complejo similar, puesto que parece que tema hablar con su propia madre (la abuela de Mei) cuando esta la llama por teléfono.

Esta madre tiránica de Mei no le permite ni siquiera que le gusten chicos o que le guste el grupo de música de moda, dictando en todo momento lo que a la hija le debe o no le debe gustar. Toda la opresión deviene, finalmente, en mentiras por parte de Mei a su madre, pues ella no desea otra cosa que reafirmar su libertad y su personalidad. Cada día, al llegar a casa, la niña modifica su peinado, pendientes y ropa, para que sean “adecuados”, convirtiéndose en la niña modélica que desean sus padres. En un azote de rebeldía, Mei les dice a sus amigas “Llevo siendo toda la vida Mei Mei la perfectita”. O también: “Nunca seré suficiente para mi madre, ni para nadie”, mostrando así su falta de autoestima provocada por la presión constante.

Por otra parte, en el largometraje se nos muestra la adolescencia de forma muy sana y natural, con sus particularidades, sus “defectillos”. Las amigas de Mei dejan claro en todo momento que ellas la quieren y la aceptan, “sea como sea”. Otro mensaje de que los jóvenes de hoy, a parte de no estar alineados con lo que sus padres desean de ellos, encuentran consuelo en su círculo de amigos. Las amigas de Mei son la antítesis de la madre: comprensivas, positivas, la apoyan en todo, le dejan ser ella misma.