Velma no es una serie propia para niños, no es ingenua ni inmadura, es mas bien para jóvenes creciditos pasados los veinte, por su lenguaje claro y directo, oralmente grosero y vulgar. Los seguidores de Scooby-Doo, los ya maduritos entre los que me encuentro, no creo que les convenza mucho pararse ante el televisor para ver esta web series y hacer odiosas comparaciones para valorar o menospreciar Velma, así se evitarán el mal sabor de boca de despotricar esta serie que nada tiene que ver con el clásico de televisión de Hanna-Barbera. La satirización que pretende evocar Velma es muy diferente a los tiempos de nuestra niñez cuando mirábamos dibujos animados, aquí la crítica es agudamente burlesca y de violenta censura por sus animaciones y diálogos. La serie toma conceptos de hechos y situaciones de hoy en día que están en boga, es por decirlo, que las novedades de Velma son tendencia en nuestros días, pero que se esputan en la serie sin estilo y con poca delicadeza para un público poco tierno en las formas que emplea esta serie de servicio streaming designada Velma. La reputación de Scooby-Doo se disminuye en Velma con una fuerza inusitada e insólita, mostrándonos unos misteriosos casos que Velma Dinkley intentará resolver casi sin acierto presumiendo de sabidilla. Scooby-Doo es una franquicia con gran cantidad de series y películas con un éxito rotundo, pero el programa que nos ofrecen en Velma es un desastroso fracaso de animación con unos chistes malísimos y un tono de lo más aburrido, no como su serie madre que era diversión pura para todos los que en su día disfrutemos de ella.

The Witcher : Blood Origin es una serie de ficción del género fantástico, que gracias a libros y videojuegos está en ininterrumpida ampliación y difusión. Estrenada en Navidad por la plataforma Netflix en 2022, es una serie precuela ocurrida antes de The Witcher, en concreto mil años antes del personaje que interpretó Henry Cavill. En esta ocasión, la saga del brujo nacida de la mano del polaco Andrzej Sapkowski, nos cuenta mediante cuatro capítulos, como se fragua todo aquello que ya estaba concebido pero no nos contaron. La dirección que toma Blood Origin es sobre la edad dorada de los elfos, donde el conflicto era habitual entre facciones y que desató el caos y la sed de poder entre naciones. Aquí podremos ojear como la plataforma Netflix modifica a su antojo y gusto una historia extraordinariamente modélica, comenzando sin fuerza alguna y proyectando lo mejor en su tramo final, sin llegar a ser fruto de gran heroísmo ni realizando una poesía digna de hechos legendarios. Su poca veracidad con los libros es inexacta, no conteniendo en cuatro episodios lo más llamativo y resumiendolo todo en una corta serie que no atrae la atención necesaria por su poquísima relevancia y su barato aspecto narrativo. Los elfos, esa raza humanoide que destacan por su longevidad, caen aquí como moscas en una lucha continental por ver quien manda, un reino en declive que progresivamente pierde fuerza como Blood Origin. La serie no ofrece la continuidad y la permanencia en la grilla de programación, porque no es que sepa a poco, es que no aporta nada al brujo y cazador de monstruos en este mundo de fantasía.

High Heat no es una película de gran presupuesto, pero se compone de dos actores capaces de dar un buen recital de diálogos y actuaciones satisfactorias que gustarán a los menos exigentes. Olga Kurylenko y Don Johnson (Ana y Ray) son un matrimonio modélico que inauguran un restaurante francés, todo irá sobre ruedas hasta que los dos sacan a relucir oscuros secretos de su pasado. La película del director Zach Golden, tiene absurdos toques de comedia sin lógica y difíciles de sacar una carcajada, en cambio la acción se resuelve con unos cuantos tiros y una pequeña serie de mamporros y porrazos. La cinta de Golden comete la falta de tener varios defectos de ejecución en el argumento, pecando de no exprimir todo el limón de Kurylenko y Johnson para extraer la esencia característica de estos actores tan curtidos y endurecidos en este sector del entretenimiento que es el cine. El tostón de Zach Golden se aparta a mansalva de ser un producto decente que imprima o deje una marca en el espectador, su medio de procedimiento es bastante pobre e indigente en sus métodos de crear escenas que tengan importancia o influyan de modo resultante. Sin nada más relevante que decir, veo en el filme una recreación nada convincente para el género que toca, si este filme es de algún tipo de modelo de género en concreto, porque lo que he visto yo mas parece un capítulo de Pesadilla en la Cocina pero con menos fogones encendidos. Parece mentira que Kurylenko, siendo joven y guapa, además de tener un gran talento como actriz, se preste a este tipo de bazofias que no aportan nada en su carrera a ella ni a nadie.

Diabolik es un ladrón que roba con excelente y suprema habilidad, es un ratero con elegancia a la hora de dar sus golpes y un distintivo caco muy reptiliano que cambia a su antojo voces y caras para lograr sus delictivos atracos. Procedente de un cómic de culto que llevó a Mario Bava a realizar una adaptación en 1968 a la gran pantalla, quien fue seleccionado por Dino de Laurentis para darle viveza y vitalidad al italiano cómic de las hermanas Giusanni, se convirtió en filme de culto junto con otras películas del maestro Bava. Esta nueva versión ha sido dirigida por los Manetti (Antonio y Marco), situándonos en los años 60, exactamente en la ciudad de Cleville, donde llega una rica heredera de nombre Eva "Lady" Kant con un valioso diamante rosa en su poder que Diabolik tiene apetencia de trincar. De extraña artesanía audiovisual y sin ser una sublime cinta de gran belleza, Diabolik evoca algunas viñetas del cómic pero en parte y en todo su conjunto sin casi relación o parecido, algo que resulta ser un limitado interés para ultimarla de ver. Su ambiente estético es poco ostentoso como para calificarla de exitosa y bastante complicada de puntuar, así que me veo en una difícil situación que me comprometo a realizar de manera casi inexacta o con poquísima precisión para evaluarla. Diabolik no me atrae filmicamente, ni saboreo su realización con buen paladar. Mi razonamiento final puede ser cuestionable y efectivamente vacío pero este Diabolik no alcanza a gustarme.

Película cargada de suspense y misterio, heredera de Seven (1995), que a finales de los 90 fue muy popular y convirtió a la guapísima actriz Ashley Judd en una gran estrella de Hollywood. Basada en la novela Kiss the girls del escritor estadounidense James Patterson, creador del agente ficticio del FBI, Alex Cross. Morgan Freeman interpreta al agente Cross, que ya han sido dos veces que lo encarna, también hizo el papel del mismo agente en La hora de la araña (2001). En este filme se investigarán las desapariciones de varias chicas, que están siendo secuestradas por un demente criminal apodado el casanova y con la ayuda de Kate McTiernan (Ashley Judd), única superviviente de las fechorías del casanova quien escapó de él con vida, se reanudará la investigación, ya que también han secuestrado a la sobrina de Alex Cross. Gary Fleder es el director de este filme de secuestros, quien en 1993 dirigió un premiado capítulo de la antológica serie Historias de la cripta sobre cómics de terror. Este thriller policíaco cuenta una interesante historia bien construida, con sobresalientes giros en la trama e interpretaciones destacables y eficientes. La tensión y la intriga en esta clase de películas son un gran punto a favor, manteniendo en vilo al espectador mas curioso hasta conocer su desenlace final. No es que sea una obra maestra filmada por Gary Fleder, que no le quito el mérito, pero sin llegar a ese extremo de pieza memorable del cine, la película entretiene bastante bien para casi dos horas de duración.