Dentro del tema que toca hay más de buen rollo que de tristeza, y es de agradecer. Las actrices lo hacen bien, sobre todo Toni Collette: su cara es muy expresiva. Me ha gustado.

A mí me ha entretenido, es cierto, pero también lo es que todos eso "giros" que nos intentan colar como forma de abrir la trama, ufff.... uf.... Que no somos tont@s..... Hay algunas escenas de pura vergüenza y otras verdaderamente bonitas, y me estoy refiriendo a las localizaciones gallegas.
Me ha gustado que se alternen las vidas de las dos protagonistas, aunque sus caracteres no podrían ser más diferentes, pero la resolución final da penita. De forma precipitada te explican en el último capítulo lo que te estás preguntando desde el primer momento pero está tan metido a la fuerza, que haces que te preguntes dónde están los cabos sueltos que han ido dejando a lo largo de la serie: ¿por qué este hace esto?;¿qué fue de esto otro?; ¿a qué viene esto?... La estoy destrozando, la verdad.
Para justificar mi 5 diré que no me ha aburrido y que Bárbara Lennie se llevaba mi máxima atención, y eso que me gusta Inma Cuesta, pero aquí no me acaba de encajar.

No es la típica película donde alguien se encuentra de repente con un/una niño/a y pasa de ser una persona egoísta a darlo todo por amor. Las situaciones son relativamente creíbles pero da igual, porque es agradable seguir viendo lo que pasa. Al final te encuentras con que has pasado un buen rato y no te arrepientes de haberla visto. Tampoco soy muy exigente. Hoy por hoy, me siento cómoda con estas pequeñas historias

La primera vez que la vi pase un miedo tremendo. Aquí descubrí a Sigourney Weaver, a Tom Skerritt y me puse en la piel de John Hurt. Con apenas reparto, el director es capaz de hacernos sentir un miedo exacerbado sin saber a qué. Desde entonces no sé cuántas veces más me he deleitado con ese octavo pasajero que es capaz

Inmensa, la película; inmensos los actores. Ese John Wayne con su cadera lesionada; Dean Martin cantante antes que actor; Angie Dickinson, con sus piernas interminables, y el gran, soberbio, magnífico Walter Brennan. Y una fotografía de colores luminosos, con alguna puesta de sol crepuscular... En fin. Cine del bueno, del buenísimo, del mejor. Y tiene medio siglo...