Que Silvestre Stallone emociona en ciertas películas como pueda ser Rocky, Encerrado o este Yo, el Halcón lo tengo clarísimo. No seré yo de esos que lo critican por el mero hecho de ser quien es, el señor Stallone tiene películas muy malas, pero otras que te llegan por un motivo u otro y esta es una de ellas.
No es ni la mejor de las historias ni una película para enmarcar, pero hace lo que quiere hacer que es tocarte la fibra y entretenerte apoyada en una banda sonora como pocas.

Un tipo que se dedicaba a la publicidad y de repente se convierte en un implacable psicópata que no deja apenas rastro de lo que hace. Lo dicho, grandiosa interpretación de Javier Gutiérrez, pero bajo mi punto de vista es un quiero y no puedo de thriller psicológico. Una pena.

Un hombre llamado Otto (me niego a nombrar el título que le han puesto en castellano), me parece muy buena película puesto que ha conseguido hacerme reír y llorar por igual. Hanks y Triviño están espectaculares en la interpretación y es una film que te hace reflexionar sobre muchos asuntos tocando muchos palos de una manera que se hace muy amena. Siendo realista era bastante previsible el final (no conocía la versión europea), pero aún así me ha encantado. Eso sí, al que se le ocurrió el título en español es para empalarlo.