60 años antes de que todo ocurriera, el joven Bilbo Bolsón es arrastrado por el mago Gandalf el gris hacia una búsqueda épica para reclamar el perdido Reino Enano de Erebor, que fue conquistado hace muchos años por el dragón Smaug. Su travesía los sumergirá en un hábitat inhóspito; a través de tierras peligrosas infestadas de aventuras impresionantes.
Vale la pena comenzar por diferenciar en el mundillo del cine de alto presupuesto a los directores que hacen sólo basura (Bay por ejemplo) y los que hacen de la buena. Entre ellos, está por supuesto el amigo Peter Jackson, quien además de la parafernalia ya característica en este tipo de productos, propone casi siempre otros aderezos que mejoran de alguna manera el caldo. Es el caso desde luego de su apoteósica trilogía del anillo, que por muchos años seguirá siendo reconocida como toda una maravilla visual y quizá épica.
Sin embargo, parece ser que los aderezos se acabaron esta vez en la cocina del mencionado y pues al final realizó un caldo de desperdicios.
No queda mucho que analizar después de tragarse entera una fritanga de 3 horas así sin más. Y es que más allá de lo que se puede esperar de las reminiscencias del insipiente Bolsón se puede decir que la peli en mención es mucho tilín tilín y cero paletas.
Un comienzo soporífero e insoportable, pareció haber sido elaborado por el irresponsable creador de crepúsculo. (Mi religión no me permite nombrarlo). El desarrollo lento y sin sentido salvo una secuencia un tanto entretenida de persecución con liebres y perro-lobos, los personajes sin profundidad, sin carisma (el peor fue el mago pardo jajaj de vergüenza ajena). Diálogos malos, buscaban risas y se llevaron todo mi odio. Y como sé que mi crítica no será muy popular pues veo la alta calificación de que tiene el pseudo-film pues no me atreveré a profundizar sobre exabruptos como la escena de los troles o toda la secuencia de los enanos en tierra élfica.
Toda la peli está elaborada con un fin netamente monetario, ya me imagino trayendo personajes de las orejas y poniéndolos en cualquiera de las próximas entregas, buscando crear un poco de emoción a los adeptos. El guión carece de todo interés. Las supuestas aventuras son planas y no tienen mucha magia. Habrá que esperar a que el amigo Jackson recapacite para la próxima, aunque con los bolsillos llenos esto es poco probable.

Es una abominación del cine, de esos que no quisiera que se repitieran, o que de hecho nunca debieron nacer, estos genios han tomado muchas películas de terror y las han mezclado consiguiendo una especie de sustancia vomitiva y de mal gusto.
Es como si tomaras algunos alimentos y los mezclaras sin razón alguna.....
Que torpeza.

El cine de los hermanos Coen ha sido tomado por muchos como una revolución en lo técnico perfectamente combinado con historia, humor y acción. Particularmente, yo los veo como majestuosos a la hora de contar una historia casi siempre con un antihéroe como protagonista.
El caso de Fargo no es para nada la excepción, los Coen, nos presentan una historia con un ritmo frenético pero impecable, contiene diálogos muy bien estructurados, una fotografía memorable (esa escena cuando nos muestran la estatua del leñador del pueblo, es realmente impresionante) la nieve se conjuga con la música, la forma magistral como se presentan los personajes (sobre todo en la habitación cuando nos presentan a Frances McDormand) la angustia de la persecución y del delito, mención aparte merece la inteligencia de la jefe Marge que pone en lo más alto a un personaje sumamente interesante pero aceptado, la actuación de McDormand está en su sitio y resulta bastante agradable, estricto y convincente.
Fargo es un cúmulo de virtudes y aptitudes cineastas poco vistas en una peli de acción, digna de ser apreciada y definitivamente entre las mejores películas con las que me he topado.

A pesar de mi predisposición negativa acerca de las adaptaciones cinematográficas de las tiras cómicas clásicas, he de aceptar que la peli en asunto es medianamente decente. Fui a verla con mi familia totalmente convencido de que mi hija de 4 años se divertiría con el novedoso 3D y las aventuras de las criaturas azules, mientras yo me consumiría por 90 minutos en la llama del sopor comercial muy frecuente por estos días. Comienza la peli y me encuentro con una galería de imágenes agradables, un guión sentimental y sobre todo un ambiente exquisito. Me ilusiono, pasan poco menos de 10 minutos, los pitufos cruzan el túnel de agua, y yo hago fuerza para que caigan en un pueblo Belga o noruego del siglo XVIII. No. Los pitufos caen a la tierra del Tío Sam. Los relaciono un poco con “Sex and the City” y con “Bridget Jones”. Y me exalto. Comienza la feria de chistes de risa fácil: algunos buenos, otros regulares, otros malos, y la escena de la guitarra que sinceramente es de pena ajena. Luego, el film se mueve entre con un ritmo irregular y alguna aventura entretenida, y desafortunadamente finaliza de la manera más predecible posible.
Un Film pasable para los menos exigentes y para los chicos de 10 años hacia abajo. Nada del otro mundo que no se pueda encontrar en cualquiera de los canales infantiles que inundan nuestros artefactos televisivos hoy por hoy. Entretenimiento visual, poco logrado eso sí. Rescato a Azrael, expide más carisma que más de un insoportable personajillo azul.

Ópera prima de un casi desconocido Mendes, quien opta por realizar un entrelazado profundizando en la psicología de sus personajes, espléndida fotografía llena de color y de intensidad. Mendes cuantifica su mérito acompañando el film de una banda sonora inmensa y acertada.
Belleza Americana es una peli honesta y delicada, jamás pretendió ser una obra maestra pero lo consiguió con creces. Explora intensamente los clichés de una sociedad y muestra con crudeza los alcances de la intolerancia y la deslealtad. Su ritmo narrativo es realmente impresionante y la profundidad y desarrollo que el director le proporciona a cada personaje es en un adjetivo “magistral”. Personalmente, alabo la crítica a la basura motivacional Americana “imagen” “ventas” .
Mención aparte merece la actuación del gran Spacey, quien aprovecha el estupendo personaje que le entregan y usufructúa con ingenio cada plano, cada segundo. ¡Estupendo!
En conclusión, un Oscar merecido para esta pieza contemporánea, una maravilla sin duda.