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España España · Madrid
Críticas de loganxxx
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Críticas 65
Críticas ordenadas por utilidad
10
30 de noviembre de 2006
55 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es arriesgado, muy arriesgado, contar historias como ésta; pero también es necesario. Hay que pensar que quizás hablar del lado triste de la vida, de su parte oscura, puede enseñarnos a valorar lo que tenemos y a reforzar nuestra capacidad para salir de la densa oscuridad que a veces nos envuelve.

La primera vez que vi la película la única sensación que tuve fue la de haber presenciado una especie de catársis. El ritmo lento y pausado de Coixet, tan criticado por los detractores de la cinta, fue para mí casi un proceso iniciático, una experiencia casi mística que se va adentrando en el alma hasta aferrarse a ella con fuerza. Los posteriores visionados de la película no hicieron sino reforzar esa sensación y confirmar la grandísima obra maestra que es.

El descubrimiento de la tragedia real de la protagonista aterra y conmociona, es cierto, pero lo más impresionante es el viaje final de Robbins, ese viaje que deslumbra porque supone la esperanza del renacimiento, la superación, aunque sea lenta y paulatina, del horror de lo vivido.

“La vida secreta de las palabras” es cine con mayúsculas; pero es cine para espectadores reflexivos, capaces de escuchar en el silencio, de ver en los gestos y de leer las miradas. El atroz descenso al infierno por el que nos conduce la historia se dibuja entre las olas del mar y se abre paso entre la soledad de unos seres humanos entregados a la rutina de la existencia como único premio a su anhelo por vivir. La tragedia de esa soledad esconde sus vivencias, las pesadillas y el dolor; porque a veces la soledad no es una consecuencia, sino una elección, un refugio, una defensa para sobrevivir, no para vivir.

Coixet construye una historia impecable y de momentos mágicos. Reflexiva, contenida y a la vez desgarradora por su profundidad y su capacidad de emocionar.

La vida es una línea que siempre avanza, que evoluciona sin tregua hacia ese final al que todo ser humano de este planeta se enfrentará algún día: la muerte. Y Coixet habla de la complejidad del viaje de la vida, de cómo escapar de las oscuras simas del pasado y de cómo hacer frente al dolor. De cómo abrazar la esperanza y renacer, y de cómo recuperar la capacidad de amar, aunque ello suponga surgir de los escombros y aprender a nadar…
loganxxx
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8
2 de septiembre de 2005
44 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
No consigo comprender por qué todo el mundo se obsesiona con que las películas tienen que contar historias originalísimas con personajes definidísimos, matizadísimos (y añádense todos los "ísimos" que se quiera). Afortunadamente hay directores, como Kerry Conran, que comprenden lo absurdo e intelectualoide de ese planteamiento.

Hace muchos una serie de señores plantaron todas las raíces de un género a base de dibujar tebeos en blanco y negro y escribir las llamadas novelas "pulp": obras cortas de lectura sencilla donde predominaba la aventura y el romance y que no pretendían otra cosa más que entretener. El señor Conran ha escrito esta película como un profundo y respetuoso homenaje a toda una forma de contar historias, a una forma de crear personajes gracias a la la cual hoy en día existe la aventura y la ciencia ficción. Y gracias a la cual ineptos como George Lucas se dedican a dirigir estúpidas e infantiles trilogías llenas de bichitos y gilipolleces.

Probablemente el guión de "Sky Captain" no sea "sorprendente" y "original", pero ¿y qué más da? Nadie lo pretende (afortunadamente). La historia está narrada de una forma más que digna, con unos personajes encantadores arrancados de otra época y de otra forma de contar historias, y todo ello con una puesta en escena que deja ridícula a muchas otras superproducciones cinematográficas actuales, más que nada por el original tratamiento del color y de las imágenes superpuestas.

Conran ha creado una película nostálgica, una pequeña joya sólo apta para los amantes de un género casi perdido en el tiempo, pero que muchos recordamos con cariño. Estupenda y cautivadora visualmente, destila inocencia en cada uno de sus planos, casi como leer un tebeo de Tarzán o de Flash Gordon. Muy recomendable, pero sólo si amas la ciencia ficción y creciste con el género, si no, vete a ver "Matrix".
loganxxx
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8
2 de septiembre de 2011
46 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La piel que habito" es una formidable película: arriesgada, excesiva, retorcida, ambigua, casi inverosímil a ratos, pero dirigida con pulso, con ritmo y con una profunda fe cinematográfica en lo que se está rodando. En cada plano, el director derrocha talento y esfuerzo por hacer algo diferente, por dar una vuelta de tuerca a su estilo y dirigirlo a terrenos más pantanosos, más oscuros. Almodóvar filma lo grotesco con gracia, con estilo y, en muchas ocasiones, la combinación de imágenes y música alcanza cimas que ponen los pelos de punta. El guión (discutible hasta la saciedad y que provocará más de una acalorada discusión) está desgranado con maestría en diferentes momentos temporales y acaba desvelando la trama central con esa naturalidad que tan bien maneja el director. Y en esta ocasión, ese distanciamiento emocional frío con el que se narra esta descomunal tragedia no hace sino acentuar su carga de dolor y convertir su visionado en una experiencia extraña, incómoda a veces, cargante en ocasiones, pero que, como ocurre muchas veces con las grandes películas, acaba funcionando en su conjunto. Desafortunadamente, y como consecuencia de lo excesivo y discutible de la trama, mucha gente dará la espalda a la cinta, cosa, por otro lado, lógica, pues no es una película que busque ser analizada racionalmente (se derrumbaría), sino emocionalmente.

"La piel que habito" no es una obra maestra, por supuesto, pero podría haberlo sido si su director hubiera sido más consciente del material que tenía entre manos y de cómo se debe contar esta historia para que funcione al 100%. Pero Almodóvar es él, y tiene un público concreto que busca cosas muy concretas en su cine (Sí, esos que se reían en la película cuando el resto de los espectadores ni esbozábamos una sonrisa). Y al margen del humor subjetivo, la película adolece, además, de algunos momentos clásicamente almodovarianos que, esta vez más que nunca, solo perjudican al conjunto. Yo tengo la esperanza de que algún día este estupendo director descubra que se puede hacer una película sin chistes ni personajes esperpénticos. Casi lo logró con su mejor película; "Hable con ella", y casi ha vuelto a lograrlo con esta "La piel que habito", pero, desafortunadamente, ese día sigue lejos. El director manchego sigue temiendo mudar definitivamente la antigua piel y mostrarnos la nueva.

A destacar, como siempre, las interpretaciones femeninas, tanto de Elena Anaya, la indudable estrella de la cinta, como de una estupenda Marisa paredes, y un Antonio Banderas sorprendentemente convincente en un papel arriesgadísimo y muy difícil. Pero lo mejor, sin duda, los últimos minutos de la película, una escena que solo Almódovar se ha atrevido a rodar y que dividirá a los espectadores a partes iguales de amor y odio. A mí me sobrecogió, y creo que el fundido en negro final está colocado con una maestría que roza la perfección, pero estoy seguro de que no provocará ese efecto en todo el mundo.
loganxxx
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1
24 de septiembre de 2009
43 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más atroz de “Anticristo” es que es atrozmente aburrida.

Es como ver “Saw XXVI” en versión plúmbea y pseudointelectual, es decir, voy a mezclar un batiburrillo de estupideces filmadas con mi estupenda cámara de tropecientasmil coronas danesas mientras le meto ketchup en la polla al protagonista y filmo mutilaciones varias. Eso sí, todo filmado raro y con la cámara torcida, en tonos grisáceos, con música ominosa y opresiva de fondo y medio desenfocado para que no se vean las bragas de la protagonista que colgaban del decorado, por eso de que si enseña el chochete un rato quedo como más trasgresor y tal.

Pues oye, a mí me encantan que se vean chochetes y pollas y penetraciones en las pelis, creo que deberían verse más. Mmmmm, esto de trasgresor tiene poco, la verdad, jeje.

Pero el no se conforma con intentar provocar (cosa que no consigue ni de lejos) y tiene que imprimir su indiscutible y apestoso sello de cineasta independiente, y lo consigue, eso sí. “Anticristo” es tan malísima como toda su filmografía; bueno, un poco más.

Filmar escenas a cámara lenta en una película que ya parece filmada entera a cámara lenta de lo aburridísima que es, en la que los protagonistas tardan trece mil minutos en abrir una puerta y catorce mil en levantarse de la silla y se pasan un rollo y medio de metraje hablando de tonterías que pretenden ser intelectuales y que no tienen ni pies ni cabeza puede resultar la mar de guay para un determinado sector del público, pero no por eso deja de ser una soberana estupidez. Si hasta hablan los bichitos y todo (es como Bambi en versión gore, jeje)

Trier, cual niño al que sus papis ignoran, ha decidido pillarse un pequeño berrinche para llamar la atención, y qué mejor que tratar de provocar filmando penetraciones y pollas erectas que escupen sangre, y algunas perlillas más que no desvelo para el que se decida a ver este excremento. Vale, duerme tranquilo, irrelevante psicópata, ya te hemos hecho caso de nuevo. Tu peli es un ladrillo con algunas escenillas gore mal filmadas en la que te ensañas en la violencia porque te la pone dura, como haces siempre, y en la que disfrutas del sufrimiento humano porque te corres de gusto cuando lo haces. Vale, eso ya lo sabíamos, encaja con tu patología, ¿es que no vas a ofrecer nada nuevo?

Pues ya sabes, en la próxima fóllate a tu mami disfrazada de tirolesa y lo filmas a cámara lenta con gotas perladas de rocío descendiendo por tu espalda, mientras tu papi, haciendo el pino sobre una banqueta y con una foto de Benedicto XVI clavada con alfileres a la picha, se la chupa un gordo peludo disfrazado de Lady Di. A lo mejor así provocas un poco, porque a este paso.
loganxxx
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10
31 de enero de 2009
31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fragilidad de las relaciones humanas y lo intangible que resulta a menudo la aplastante y dolorosa verdad para muchas parejas son dos de los elementos que se han combinado en esta soberbia película para cristalizar en uno de los análisis más poderosos y desgarrados que nos ha ofrecido el cine sobre un tema universal: el intenso y malsano placer que provoca la ignorancia y la infelicidad consentida.

Durante las dos horas de metraje, Mendes construye un drama agónico, lapidario, epidérmico y a la vez frenético, sustentado en la magistral actuación de dos de los mejores actores que ha dado el reciente cine estadounidense. Impresionante DiCaprio e inconmensurable Winslet.

No hay tregua. No asoma una brizna de piedad. La película discurre tensa, con pulso férreo, y vomita sobre el espectador su pavoroso mensaje, su desgarrada visión de la realidad que destripa sin piedad ese poderoso monstruo que es la sociedad y sus absurdas y desfasadas leyes y convicciones. Esa criatura malsana que ha devorado las vidas de tantos seres humanos a lo largo de la historia y que los ha digerido hasta la mismísima defecación. Convirtiéndolos es excrementos de unas normas sociales intransigentes y dictatoriales, en víctimas podridas de la mentira, la apariencia, el miedo y la cobardía.

Revolutionary Road se erige como un valiente paladín de la verdad y disecciona de raíz las extremidades del poderoso monstruo, los ridículos apéndices de una sociedad que te atrapa y te engulle con las fauces de la falsa moralidad, los forzados y ya decrépitos valores familiares tradicionales, la violencia agazapada tras la burda y falsa hombría, la manipulación a la que nos someten sutilmente los que nos rodean, el miedo a lo diferente, a romper las normas, a ser distinto… y, sobre todo, el pavor que provoca ser tú mismo y ser feliz.

Nada queda en pie. Menders en un contador de historias despiadado, capaz de evidenciar a más de un espectador la miseria que le embargará esa noche, cuando tras salir del cine se acueste junto a una persona que no ama, cuando vuelva a un trabajo que odia, cuando repita una y otra vez interminables retahílas de mediocridades para encajar en un colectivo social que detesta, cuando su pareja le bese y le dé asco, cuando mire a sus hijos y compruebe que nunca quiso tenerlos, cuando contemple su vida y solo sienta ganas de llorar ante tanta represión, tanto miedo, tanta amargura, tanta infelicidad…

Estremecedora, sin duda, una de las mejores películas del año.
loganxxx
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