Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Sandro Fiorito
<< 1 10 19 20 21 75 >>
Críticas 372
Críticas ordenadas por utilidad
7
30 de enero de 2012
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Spielberg sigue siendo alguien que sabe estrujar corazones y arrancar sonrisas. Al menos esa es la fórmula que aquí emplea, mezclando los aspectos más dramáticos con algunas simpáticas escenas que consiguen hacer más cercanos a los personajes que navegan entre las aguas de este guión. Llena de virtudes, secuencias poderosas y cargada de una fuerte emotividad que puede hacer presencia entre nuestros sentimientos, arrastra también a lo largo de toda la duración de la cinta un gran inconveniente: su falta de ritmo. La densidad que maneja el desarrollo del film es un obstáculo que impide que lo dramático se convierta en desgarrador y que durante algunos pasajes, el tedio llame a las puertas de nuestra boca para provocar algún bostezo. Aún con lo citado, ‘War Horse‘ es una película muy bien hecha, de muy interesante argumento, buenas interpretaciones y apetitosa digestión.

El objetivo del realizador resulta evidente, siendo fiel a su estilo e intentando acceder a nosotros por ese atajo que lleva directo a nuestras emociones. Qué mejor forma de hacerlo que con una película en la que uno de los animales más bellos y nobles de toda la evolución es homenajeado para mostrarnos todo lo que ha sufrido por nuestra desagradecida especie. Hablamos sin duda del caballo, ese fascinante animal del que -además de en otros innumerables conflictos y tareas- se contaban sus muertes en millares durante la Primera Guerra Mundial. El argumento de esta cinta nos sitúa ante Albert Narracott (Irvine), un joven granjero entregado en cuerpo y alma a sus padres, y cuya fascinación por los caballos le lleva a desear uno propio. El día en el que su humilde progenitor aparece frente al hogar, casi por error, con un bellísimo ejemplar, Narracott lo recibe con entusiasmo y se dedica plenamente a criarlo, lo que da lugar al nacimiento de una tierna amistad entre el animal y su apasionado dueño.

El dolor y sufrimiento de todos los caballos no sólo se refleja en la película sino que atraviesa la pantalla para instalarse en nuestras almas, pudiendo contemplar desde una perspectiva casi insólita la admirable pasta de la que están hechos estos impresionantes seres. Está el momento antes de entrar al cine, en el que eres consciente de la importancia y aura especial de estos animales; y está el momento en el que terminas de ver la película y terminas enamorándote de ellos. Una de las grandes virtudes del film es también su capacidad para saber montar todas las historias paralelas de las que está compuesto: aunque el cartel principal de la película sólo muestre a uno de los protagonistas la cinta está plagada de personajes e historias perfectamente ejecutadas, y su importancia está muy bien equilibrada respecto al resto de papeles. Si bien se echan de menos frases para la posteridad o momentos de mayor calado, todos los personajes de “Caballo de batalla“ resultan trascendentes.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
9 de diciembre de 2009
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obligado a guardar reposo debido a un accidente laboral, un reportero fotográfico (James Stewart) se vale del ventanal de su casa para hacer menos pesadas sus horas postrado en una silla de ruedas. Pero lo que al principio comienza siendo un simple entretenimiento se convierte en una obsesión, al haber desaparecido repentinamente la mujer de uno de sus vecinos.

Como aliados en su cruzada por la búsqueda de lo que el considera un claro asesinato, cuenta con su preciosa novia (Grace Kelly), su enfermera (Thelma Ritter) y un incrédulo amigo suyo, detective de la policía.

La ventana indiscreta, considerada popularmente como la mejor película de un Alfred Hitchcock que hizo magia en apenas unos pocos metros cuadrados de una habitación, demostrando que para hacer una de las mejores obras cinematográficas de la historia no hacen falta ni grandes efectos especiales ni kilómetros de escenas exteriores. En un palmo se fabrica el mejor suspense con un guión a la altura de las circunstancias.

A través de la querida ventana de Jeff, el personaje principal, podemos ver decenas de pequeños detalles que se suceden entre sí, acompañados todos del suspense mejor producido e impulsados por el simpático clima de vecindario con sus típicas singularidades, algo que consigue que la trama se haga muchísimo más llevadera.

Una película a la que en mi opinión, nada le falta, nada le sobra y en la que el mítico James Stewart es el idóneo para el papel que encarna. Aunque, ¿hay algún papel con el que no haya podido Stewart?

Un film no apto para aquellas personas que no acepten su lado curioso y no se consideren, al menos en parte, unas mironas empedernidas.
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
11 de junio de 2011
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se abre una ventana y encuentro un mundo de silencios y contemplación. Un lugar de bellas imágenes en el que con apenas abrir la boca, se habla mucho, consiguiendo transmitir de esta forma todo un abanico de mensajes y experiencias de una forma directa, pues “El olor de la papaya verde” no afirma, no sentencia, sino que señala directamente con el dedo al sentido de algo, sin necesidad de explicaciones. Famoso es el dicho zen de que “quien habla no sabe, quien sabe no habla”. Y el director Tr&#7847;n Anh Hùng (“Cyclo“, 1995) sabe. Sabe de sentimientos, de humildad, de valorar que lo más pequeño es lo más preciado, que una sonrisa es un tesoro y que una lágrima es la más triste -pero también la más auténtica- expresión humana. Ofrece desde un reducido espacio todo un amor por la naturaleza, por el mundo y por todo aquello que no necesitamos buscar puesto que ya está aquí, lleno de valor y belleza, esperando a recibir nuestra atención.

Así, el realizador vietnamita dibuja diferentes contrastes entre los personajes de la cinta para que podamos asistir a un recital visual de las emociones vividas desde el corazón de una aparentemente acomodada familia, pues pese a disfrutar de varias sirvientas y un buen hogar, subsisten gracias a las pequeñas ventas que pueden realizar en un puesto del mercado. A esa casa llega como sirvienta Mui (Lu Man San), una joven de diez años dispuesta a atender sin ninguna fisura las necesidades de sus nuevos “dueños”. Aprende a cocinar, limpia la casa y recibe las amables órdenes de su nueva “propietaria”, que muchos años atrás perdió a su hija, que hoy, de seguir viva, tendría la misma edad que Mui. El argumento de la cinta no sigue una línea concreta -excepto la del paso de los años en Mui, de la que vemos la transición directa de su infancia a la edad adulta-, simplemente muestra las entrañas de un hogar vietnamita durante los años anteriores a la famosa guerra que se inició en aquel país, enseñándonos pequeños detalles y situaciones que van desde los hechos más preciosos, enternecedores y románticos, a los más dramáticos y nostálgicos. Desde la afligida personalidad del cabeza de familia, a la detestable actitud de uno de los pequeños y traviesos hijos del matrimonio “amo” de la casa, pasando por la espontánea fascinación de Mui con cualquier elemento natural (una hoja, un grillo…), o incluso con uno de los amigos de la familia. “El olor de la papaya verde” es más un producto de sensaciones e imágenes que una película de extensos y memorables diálogos, haciendo de su auto-limitación en este sentido, un arte logrado con muchísima maestría.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
30 de diciembre de 2009
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conmovedor drama de Vittorio de Sica (Umberto D., Ladrón de bicicletas) en el que dos jóvenes tienen como sueño el poder comprarse un caballo. Por ello, reunirán el dinero necesario para conseguirlo, aunque su inocente plan no salga del todo bien, pues a pesar de lograr cumplir su meta, son internados en una prisión de menores acusados de complicidad en un caso de estafa.

El gran interés de esta película radica dentro del correccional al que son enviados y desde el que nos presentarán de una forma realista y sobrecogedora, los valores de la amistad, entre otras máximas que pasean ante el dramático hecho de ver como una familia prácticamente destrozada antes del desgraciado suceso del ingreso a prisión de uno de los chicos, aumenta progresivamente su sufrimiento y por ende, su deterioro.

Lo liviano de algunas de sus escenas lo compensó su director con creces en su siguiente cinta, Ladrón de bicicletas, capaz de llegar a los corazones más impenetrables. Además hay que tener en cuenta no sólo su año de producción o los pocos recursos con los que se contó para la elaboración de la película, si no que asimismo éste fue el tercer film del mítico realizador italiano.

Una gran forma de demostrar que se puede sorprender “solamente” con una gran historia bañada en realismo, sin la excesiva necesidad actual de algunas producciones que sólo tienen como tirón sus costosos efectos especiales y maquillaje, rodeados de toda la parafernalia del marketing. Eran otros tiempos. Tiempos inmortales para la retina.
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de abril de 2011
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de la crisis, sin duda. Un vivo retrato de la desagradable situación que vivimos en la actualidad, reflejándose en su argumento la historia de aquellos que pasan de tenerlo todo, o al menos una determinada estabilidad que le garantice una vida cómoda y sin grandes preocupaciones, a no tener absolutamente nada (excepto muchas deudas). Puede que algunos no se sientan identificados en su totalidad con lo ofrecido aquí, al estar narrado principalmente desde una sola perspectiva (la de personas de gran poder adquisitivo), pero lo cierto es que hay mucha verdad en las palabras del guión escrito por John Wells (que dirige ésta, su primera película), y el punto de vista escogido es acertado al ser el origen o uno de los lugares en los que se empezaron a detectar los devastadores efectos de uno de los mayores problemas de nuestra generación. No es cuestión de asistir impertérritos ante el desmorone de una persona que baja desde el cielo del club de golf, los buenos vinos y los coches caros a la vida real, sino de contemplar la magnitud y la fuerza de la que dispone la crisis económica, capaz de poder arrasar a cualquier persona y familia con indiferencia de su clase social.

Y algo así es lo que podemos llegar a vivir con esta película, en la que una gran compañía llamada “GTX” reduce su plantilla de manera drástica al notar en el esqueleto de su economía los efectos de una gestión viciosa que deriva en el caos más profundo. Ejecutivos como Bobby Walker (Ben Affleck) ven perder su empleo de buenas a primeras, explotándole en la cara toda una vida que junto a su familia desarrollaba por encima de sus posibilidades (gran hipoteca en una lujosa vivienda, un flamante coche cuya costosa letra se debe pagar fielmente todos los meses…). Al vivir de esta manera la demanda económica para cubrir todos los compromisos firmados es amplia, y eso es lo que le sucede a Bobby, que a pesar de su millonaria indemnización por despido ve como cada uno de sus dólares debe ser utilizado para cubrir las deudas generadas por su anterior forma de vida.

Otros altos ejecutivos, como el vicepresidente de la compañía Gene McClary (Tommy Lee Jones) o Phil Woodward (Chris Cooper) dejan clara su desconfianza sobre el terreno en el que trabajan, oponiéndose McClary continuamente a las desproporcionadas decisiones del despreciable James Salinger (gran Craig T. Nelson) director absoluto de “GTX” (en la que se puede despedir a miles de empleados sin motivo, pero no hacer que alguien del Consejo se prive de lujosas condiciones económicas, jets privados o modernos edificios inútiles para albergar oficinas sin funciones) y Woodward se teme, a sus aproximadamente sesenta años, lo peor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 19 20 21 75 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow