Tengo un amigo que me explicó en cierta ocasión qué ocurriría si el concepto de materia y asimismo el de antimateria se encontrasen el uno frente al otro, y lo hizo con la siguiente explicación; pongamos que “yo” mismo soy una pieza de un rompecabezas cualquiera, materia pues, y que el hueco donde iría dicha pieza del puzzle es la antimateria, mi “antiyo” entonces. En el momento en el que esa pieza (“yo”) encuentra su hueco (“antiyo”) en el rompecabezas…EL UNIVERSO EXPLOTARÍA.
Jamás podré olvidar esta sencilla y breve explicación tanto por su simpleza (dentro de su complejidad puramente científica) como por lo fascinante que subyace de ella.

Lo mismo ocurre con ‘Coherence’.

Huelga decir que mi amigo no es científico pero sí un aficionado de la ciencia, como aquí el presente y huelga decir también que esta película me ha recordado y fascinado tanto como aquella genial explicación porque aunque no vaya a explotar el universo propia ni literalmente en la diégesis de la película (“antispoiler”) y ni tan si quiera se vaya a mencionar la antimateria, sí que parece estar vinculado todo esto a lo comentado, y si no lo podréis comprobar en su visionado, lo digo porque metafóricamente sí que se generará una suerte de explosión/quebradero mental y físico para los protagonistas dentro de la diégesis narrativa, así como mental para el espectador que se enganche y aventure a darle una oportunidad a esta pequeña obra maestra. Personalmente desde los cinco minutos no pude despegar la mirada de la pantalla.

La historia arranca con unos colegas que se reúnen con la excusa de ver pasar un cometa y así disfrutar de una cena agradable (¡con unas micras de ketamina aderezada en la ensalda!) en la que actualizarse sus respectivas vidas, contar chistes, etcétera. Aunque todo da un giro cuando uno de los participantes advierte que en Finlandia, en 1923, el paso de un cometa produjo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados; incluso una mujer llegó a llamar a la policía denunciando que el hombre que estaba en su casa no era su marido…
Con esta misteriosa e inquietante sinopsis arranca esta estupenda película en la que se sumergirán los protagonistas ayudándose de la genial paradoja del gato (bien explicada en la película) creada por Schrödinger en 1935, inquietamente 10 años después del genial también ‘principio de incertidumbre’ de Heisenberg. Y en cierta manera, relacionado también.

Ópera prima de James Ward Byrkit en el mundo de los largometrajes, quien hasta la fecha sólo había ejercido de guionista para películas tan conocidas como “Piratas del Caribe” (2003) o la divertida “Rango” (2011) y poco más, además de tener un corto en su haber. Con esta genial propuesta se reafirma como uno de los grandes de la ciencia ficción de los últimos tiempos que ha conseguido parir un producto tan a la altura de esa otra obra magna de la ciencia ficción más modesta (pero inteligentísima) que es “The man from Earth” (2007).

Película que particularmente me gusta englobar en este más o menos reciente género llamado ’Mumblecore’ conocido básicamente por su escaso nivel de producción y hacer gala de lo que se conoce como cine independiente. Ojo, la película no veo que esté considerada de cine independiente ni de ‘Mumblecore’ por ningún lado, imagino porque no cumplirá exactamente todos los requisitos exactos de este género, pero vamos, bajo mis criterios personales casa muy bien con ese género y con el cine independiente. Incluso casaría también en sus aspectos formales en cuanto a que el estilo a veces roza el humor negro/socarrón propio del ‘Mumblecore’ más puro, así como en los aspectos técnicos que se media de mucha cámara en mano, con mucho enfoque/desenfoque algo arbitrario a priori, aunque justificado bajo la diégesis de confusión entre sus protagonistas y la propia alocada historia. Mención aparte destacar la continuidad de la película, me imagino la cara de la persona encargada del raccord el primer día de lectura de guión…

Un diáfano y perfecto ejemplo de que no es necesario grandes derroches de dinero, ni artificios, ni tiros de cámara montados en grúas gigantes, etcétera, para conseguir un producto final cautivadoramente interesante, estimulante, humilde, inteligente, ágil, y por extensión: sobresaliente. Porque si atendemos además a la ecuación-premisa que dice que la ciencia ficción debe presentar la progresión de lo desconocido a lo conocido por medio del descubrimiento de uno o varios enigmas, esta película se lleva la palma.

Adaptación de la novela homónima de Paul Auster y ópera prima del director Philip Haas.
La película es bastante fiel al libro de Auster, no obstante, el final no, es cambiado por otro que está a la misma altura que el de el libro o incluso superior y más acertado.
La pareja protagonista es muy misteriosa y atrayente al espectador, y los personajes secundarios son fichados con acierto (desde un Walsh muy impasible, un Penn muy discreto, hasta una Mathis simpaticorra, e incluso el propio Auster en un cameo final).
Si que es cierto que la película pierde algunos detalles valiosos que en el libro se muestran, por lo que queda reducida a un nivel menos pomposo en su conjunto, empero, no falla por su buena realización, interpretación, banda sonora, etc.

Espero que volvamos a oír hablar pronto del desconocido Philip Haas.

"Defensa", de John Boorman, trata de unos individuos complacientes de clase media enfrentados a una violencia irracional e inquietantemente sexualizada, en una tierra agreste alejada de la civilización, que acaban descubriendo que son asesinos natos.

Película sobrecogedora donde las haya, con unos paisajes preciosos, un ritmo trepidante y una banda sonora acertadísima.

Los protagonistas, con personalidades antagónicas entre sí: el tranquilo Ed (Jon Voight), el duro Lewis (Burt Reynolds), el gordito Bobby (Ned Beatty) y el sensible Drew (Ronny Cox).Todos ellos son personajes muy creíbles y las grandes interpretaciones de cada uno de ellos hacen que el film se consolide aún más en su cúmulo.

No me voy a molestar en dejar una extensa crítica a este fállido, insufrible, histriónico, soez, ñiquiñaque, paupérrimo, inefable, grotesco, engendro, e irrisorio film, que tiene un argumento más predecible que el de una película porno...
Solo se puede rescatar a Rebecca Romijn-Stamos, (y no por su interpretación, sino porque esta buenísima).
Los fans de De Niro (y me incluyo) se sentirán inevitablemente decepcionados.

Fatal.

Desde que vi la originalísima "Memento" y más tarde la oscura "Batman Begins", mi mente albergó rápidamente lo que podría denominar como "cierta admiración" hacia la manera de dirigir y llevar a cabo el montaje de sus películas (el joven director Christopher Nolan). Una forma muy especial, llamativa, efectista y poco usual en el cine coetáneo, y por mor de ello , y entre muchas otras razones, decidí con ímpetu ir a ver su nueva película en la gran pantalla.

Siendo un director nacido en 1970, Nolan demuestra tener un gran talento en su faceta, y no lo digo únicamente por lo comentado a cerca del montaje, sino también por otros apartados técnicos, artísticos, y mayormente por su buen gusto eligiendo y haciendo films.

En "El truco final" Nolan sigue utilizando un montaje rebuscado y puede que algo lioso en momentos puntuales, pero que al fin y al cabo acabas admirando por su perfección, ya que transmite cierta sensación de plenitud artística que compensa algún que otro ¿? que pueda surgir mientras se sigue la historia...Eso si, con un poco de relfexión post-Prestigio, se pueden acalarar esos dos o tres ¿?, y si alguno no se aclara, no creo que sea conveniente echarle la culpa al montaje o a la historia, si es necesario, que se vuelva a ver/disfrutar del film para resolver esos ¿?, los cuales creo que todos tienen su aclaración.

El reparto del film es inconmensurable, y con éste adjetivo me refiero a que los protagonistas yo los vi, simplemente PERFECTOS (quizá me inclíne más hacia la interpretación de Bale, aunque Jackman ha demostrado que no es sólo un Lobezno y un Van Helsing, sino que puede ser un BUEN actor). Pasando a los secundarios, del veterano Michael Caine no tengo nada que decir (perfecto trabajo), Bowie podría haberse aprovechado algo más, pero bueno, es curioso ver a un músico de su talla ejerciendo de actor de nuevo, aunque no sobresale ni mucho menos. Y Scarlett, mi querida Johansson, ¿no te estás repitiendo y encasillando un poquito?, si es cierto que siempre eres bien acogida por mi, empero, el papel se te queda corto y resulta demasiado familiar.

La historia que se nos ofrece es interesantísima y estimulante, a la par que conmovedora vertiginosa y fantástica, a fuer de mágica.

Un fallo bastante gordo es no haber puesto un temita de Bowie en los créditos finales, joder, realmente hubiera quedado perfecto su "Space Oddity" o su "The man who sold the world" e incluso su "Ziggy Stardust".

En suma, el resultado es un film prestigioso, entretenidísimo y genialmente adecuada para dejar "en la cuneta" a la pretenciosa e irrisoria "El ilusionista", que en comparación a ésta, se queda corta.

"El ilusionista" y "El truco final", curiosamente, llegan a compartir salas en algunos cines, pero...¿Cúal es mejor?...Yo lo tengo muy claro, sin duda alguna "El prestigio", por sus interpretaciones, y por su historia, y por su magia y por su maravilloso final y por...