Veo la séptima entrega de la saga "Fast & Furious 7" y, me hubiera bastado con que el argumento continuara los sucesos de la anterior película (habiendo quedado en coma Owen Shaw, su hermano -interpretado por Jason Statham- comienza una caza moral contra el grupo de conductores) sin meterse en recovecos más oscuros, ya que no entiendo por qué los protagonistas deben robar "El ojo de Dios" para el Gobierno (quien se lo permitirá usar para localizar a Jason, sin necesidad, pues Jason siempre persigue y encuentra al grupo). El que esta cinta sea homenaje a Paul Walker, me permite disculpar, además de ese innecesario lío en la trama, el que Toretto aparezca en una escena del cementerio con camisa blanca y se monte en el coche con una gris, el que figure una pantalla funcionando en un túnel abandonado, el que falte un fash-back de la muerte de Ian, el que se derroche alcohol y haya chicas ligeras de ropa en una fiesta en un país musulmán y, el momento plastilina del epílogo final. La buena elaboración (la cámara gira 360 grados y las persecuciones son fabulosas), las emotivas imágenes de Paul, una música atrayente y una trepidante acción, hacen que merezca la pena ver este espectáculo.

Veo la cuarta película de la franquicia de Parque Jurásico, "Jurassic World", dirigida por Colin Trevorrow y producida por Steven Spielberg. Y, disfruto de su frenético sentido de la composición (el guión tiene ingeniosos destellos), de su riqueza estética, de las escenas tensas y deslumbrantes (valiente papel -netamente spielbergiano- de los niños en la aventura metidos en un vehículo esférico, el ataque de los pterosaurios,...) y de los deslumbrantes guiños (me emociona oir la música de la franquicia, ver las puertas o el merchandising de la primera película y me sorprende la primera escena de la pata del pajarito). Al film, que cuenta con unos efectos especiales fabulosos y una trepidante acción, sólo puedo reprocharle la mala resolución de la escena de las constantes vitales -tan explotada en el cine norteamericano- del equipo de contención y su apagado a medida que van siendo atacados por la Indominus y la falta de química entre la pareja protagonista (no me termina de convencer Chris Pratt como héroe y no comprendo por qué el personaje de Bryce Dallas Howard resulta tan acartonado").

Recomendada, veo "La familia Bélier", la comedia francesa dirigida por Éric Lartigau que ha obtenido 6 nominaciones a los Premios César, entre ellos, el de mejor actriz revelación para la joven Louane Emera. Así, esta obra iniciática acerca del desconcierto e inquietudes que experimentan una familia de sordos cuando se descubren las dotes para el canto de la hija de 16 años, atrapa por su sencillez, por su cuidada fotografía, por la clara ambientación, por sus guiños de humor caústico (la actuación de Karin Viard está en el límite de ser considerada exagerada), por su crítica social y sus chispeantes diálogos, sin embargo el ligero argumento no le permite librarse de su etiqueta de pelicula juvenil con mensaje de superación.

Disfruto enormemente de los 120 minutos de "Relatos salvajes", la película de comedia negra y drama escrita y dirigida por Damián Szifron, que cuenta con unas impecables actuaciones de su reparto coral integrado por grandes actores de la escena argentina, como Ricardo Darín, Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Rita Cortese y Darío Grandinetti. Así, con una atrayente música de Gustavo Santaolalla -que refuerza los momentos clave de la acción-, una clara fotografía, unos virtuosos movimientos de la cámara (muchos planos inclinados y travellings) y unos perfectos diálogos, veo verdadero cine en estos realistas relatos acerca de personas indignadas que, ante una situación cotidiana conflictiva, pierden el control. Dura, brillante, caústica, crítica e impactante.

Veo "El amanecer del planeta de los simios", la película que, continuando la saga anterior, está dirigida por Matt Reeves, quien me presenta un enfrentamiento entre los humanos supervivientes a un virus y un grupo de simios genéticamente evolucionados, en una San Francisco devastada. Así, con un gran despliegue de efectos, una luminosa banda sonora, conocidos secundarios (aunque los personajes humanos no están muy bien perfilados) y muchas dosis de acción, el realizador elabora una película tenebrosa, a ratos absurda (en la escuela los pequeños simios aprenden a leer), creativa, entretenida, puramente comercial, emotiva y que invita a la reflexión acerca del liderazgo, el poder, la desigualdad, el odio y la evolución de la ciencia. De 5,7.