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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
10
Romance. Drama. Aventuras Finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
14 de abril de 2009
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año pasado perdimos a Anthony Minghella y a Sidney Pollack. Estos dos artesanos son los artífices de dos de las historias de amor totems del Séptimo arte: Memorias de África y El Paciente Inglés. Dos historias sobre el amor como fuerza, sobre amor como posesión, y sobre el amor como impulso, voluntad y destino.

En El Paciente Ingles, Hanna, una enfermera francesa, decide cuidar de "el paciente inglés", al acabar la guerra, y se recluye en un páramo aislado del centro de Italia. Poco a poco va descubriendo la línea que ha llevado a su paciente hasta donde está, un pasado vivido en Marruecos, un amor acabado. En una tierra sin mapas, el paciente, el conde Almassy, vive una experiencia más allá del contexto en el que se encuentra con Katherine Clifton, una dama inglesa.

Las heridas en los cuerpos y en el alma de los personajes van apareciendo. Las consecuencias de una guerra en unos humanos. Una enfermera con la muerte como compañera de cama. Y dos amantes con el peso de la fatalidad a sus espaldas. El amor puede ser vivido como epicentro de nuestras existencias. Un sentimiento puede ser más grande que un desierto. Existen santuarios de nuestras pasiones, como La Cueva de los Nadadores una antigua iglesia. Y la pasión no responde a la lógica. Un encuentro furtivo abre la presa de las emociones humanas. Pero no podemos poseer a otros. La propiedad queda aparte, somos seres únicos y bellos, y esa unidad nos hace libres. ¿Pero para qué queremos la libertad? Compartimos lecho, compartimos sol, aire y tierra con los demás, hasta que aparece la persona con la que queremos mirar, respirar y pisar.

El Paciente Inglés hace vivir a cada espectador lo que significa la palabra cine: hace que durante apenas dos horas respiremos ese olor de ese desierto, ese polvo de un país destruido. Y nos hace palpitar, sentir disparos en el alma, por la inmensidad de la felicidad y del sufrimiento de tres personas que, por encuentros inesperados, cambian sus vidas, que al encontrarse, toman rumbos distintos a los que creían tomar. Hanna descubre lo poco que queda en pie de si misma al conocer a Almassy. Almassy y Clifton son todo aquello que los seres humanos queremos ser: dos enamorados por encima de todas las cosas. Él es alguien escéptico y sin apenas sentido vital, que no sea quehaceres propios. Ella es una mujer fascinante y libre, que ancla su corazón en el hombre que ama. Y se aman con todas sus consecuencias.

(Sin Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaly
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