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Voto de Hermione Granger:
6
7,0
4.615
Drama
Antoine, un publicista de éxito, está casado, tiene dos hijos, vive en una bonita casa no lejos de París y sus relaciones con los vecinos son excelentes. La discreta relación que mantiene con la guapa Marion no es tan seria como para perturbar su equilibrio. Sin embargo, un buen día su vida experimenta un vuelco. Durante una reunión con un cliente importante, pierde los estribos y, de paso, el proyecto. Su socio le propone que se tome ... [+]
12 de octubre de 2008
44 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero decir, que nunca reaccionaría como el personaje de la película, o al menos eso quiero creer, en el caso de que me viera en la misma situación. Y me paso al spoiler porque destripo todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Becker debería suponer que sus espectadores pueden adivinar toda la trama en los diez primeros minutos. Eso nos ahorraría las trampas que hace continuamente para hacer coherente un personaje que no lo es. En el momento en el que hablan sobre el Chateau Haut Brion del 64 que Marion regala al protagonista ("no lo traje del 65 porque es un mal año...") una servidora se empezó a oler todo el percal. Yo podría pensar que un Burdeos de quinientos euros la botella es un regalo que solo se hace a un amante, pero cuando va a dormir a la casa de ella, el director fuerza el equívoco para que el público piense ¿se han acostado juntos o hay habitación de invitados?
No me trago la escena de los dibujos con los niños (yo nunca lo haría, y como yo ningún padre que parezca quererles tanto como Antoine) ni tampoco la bromita de insultar gratuitamente a los clientes de la gasolinera, extraños que no van a "dejar de quererte", porque ni siquiera te conocen.
A su favor tiene esta película la calidad de los actores: Dupontel está perfecto. Cécile, la esposa, me gusto especialmente. Magnifica, elegantísima. Apenas habla y la adivinamos inteligente y llena de encanto. El resto del elenco está formidablemente elegido.
Los otros valores son puntuales pero no por ello menores: la primera escena en la agencia de publicidad no tiene desperdicio. Por un momento pensé que me había metido a ver una comedia. La escena de la fiesta de cumpleaños está magistralmente conducida. La tensión se genera por la cuestión de hasta dónde puede llevar la grosería el protagonista con tal de parecer el hombre más despreciable de la tierra y ciertamente consigue sacar la sensación de violencia como un mago saca la paloma de la chistera, de repente.
El desenlace está bien resuelto, sin retórica, sin que el espectador oiga el diálogo, porque ya lo conoce. Y como todo lo que toca el tema de la muerte me deja siempre un sabor amargo, debo decir que el poema final (muy exaltado en su interpretación, para mi gusto) te hace salir del cine con un "carpe diem" escrito en la frente.
No me trago la escena de los dibujos con los niños (yo nunca lo haría, y como yo ningún padre que parezca quererles tanto como Antoine) ni tampoco la bromita de insultar gratuitamente a los clientes de la gasolinera, extraños que no van a "dejar de quererte", porque ni siquiera te conocen.
A su favor tiene esta película la calidad de los actores: Dupontel está perfecto. Cécile, la esposa, me gusto especialmente. Magnifica, elegantísima. Apenas habla y la adivinamos inteligente y llena de encanto. El resto del elenco está formidablemente elegido.
Los otros valores son puntuales pero no por ello menores: la primera escena en la agencia de publicidad no tiene desperdicio. Por un momento pensé que me había metido a ver una comedia. La escena de la fiesta de cumpleaños está magistralmente conducida. La tensión se genera por la cuestión de hasta dónde puede llevar la grosería el protagonista con tal de parecer el hombre más despreciable de la tierra y ciertamente consigue sacar la sensación de violencia como un mago saca la paloma de la chistera, de repente.
El desenlace está bien resuelto, sin retórica, sin que el espectador oiga el diálogo, porque ya lo conoce. Y como todo lo que toca el tema de la muerte me deja siempre un sabor amargo, debo decir que el poema final (muy exaltado en su interpretación, para mi gusto) te hace salir del cine con un "carpe diem" escrito en la frente.