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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Comedia En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2016
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El cine de los Coen es tan irónico y ambiguo que a veces no queda del todo claro cuándo están homenajeando algo y cuándo lo están vilipendiando… Es más, yo estoy seguro de que, desde la nostalgia y la ternura, son capaces de hacer las dos cosas al mismo tiempo. Eso es lo que pasa con “Ave César!” y la mirada que los directores proponen sobre el Hollywood de los años 50. Si te acercas demasiado, todo huele a podrido, a mafia, a engaño… Pero el espectáculo siempre ha de continuar, y la magia se acaba imponiendo. Con este planteamiento tan ambicioso es casi imposible que todo encaje a la perfección. En “Ave César!” se combinan grandes momentos con otros que no lo son tanto. Brolin está magnífico y con su actuación da continuidad a una obra que en muchos momentos parece al borde del naufragio. Los personajes secundarios van y vienen, en un conjunto de historias entrecruzadas que se nos relata a un ritmo vigoroso, siempre rozando el caos. Las referencias a los grupos activistas de izquierda llegan a causar rubor. Algunas escenas hacen que el espectador se sumerja en el juego del cine como gran espectáculo, y la mayoría de ellas tienen un punto divertido, pero también hay algunos momentos fallidos.

El reto de los Coen es transmitir una idea ambivalente y contradictoria de ilusión y asco por lo que se está relatando. Esta dualidad de sensaciones, que sin duda es buscada de forma deliberada por los directores, no es tan fácil de conseguir, y puede hacer que el espectador se implique con lo que está viendo. No obstante, al final prevalece el sentido de ópera bufa, que no es poco. La brillantez y el glamour de las grandes estrellas del cine palidecen y se deforman ante la lente que los Coen colocan ante nuestros ojos. Y, sobre todo, aunque un experimento tan arriesgado funcione de manera desigual, el sentido del humor y la parodia harán que apreciemos el conjunto de forma complaciente.
rober
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