Todos o casi todos hemos fantaseado alguna vez con la idea de poder tener algún superpoder para resolver nuestros problemas, y cuando los vemos en pantalla nos imaginamos que somos los héroes que terminan acabando con el villano y salvando a la chica en el último momento.
Este hombre araña que ahora nos presentan es un Spiderman 2.0, es el Spiderman de la generación de hoy, lleva el móvil siempre encima, domina la última tecnología, encima es un experto en logaritmos (de hecho fue uno de los creadores de Facebook) y lleva los pantalones de cintura baja. Al picarle la araña no sufre ningún cambio en su anatomía, sigue siendo igual de enclenque y miope, pero a cambio dispone de un conocimiento en el arte de la lucha y una habilidad fuera de la común.
El villano está bastante conseguido, y esta a la altura de las circunstancias, pues es en su enfrentamiento con el villano, cuando la película gana enteros. La chica también cumple su papel en la parte pastel que le toca. Y los tíos están bastante conseguidos, muy sufridores ellos.
El largometraje en conjunto tiene ritmo, entretiene, tiene su puntito de épica y emoción, y por momentos te hace olvidar el Spiderman de Sam Raimi y Tobey Maguire. Estupenda la banda sonora. Pero se echa de menos, por lo menos yo he echado de menos al Daily Globe, en el que no sé si por guiño o por golpe en la mesa, aparece una tira de periódicos y luego pasa lo que pasa con la famosa cámara.
Recomiendo quedarse al final de los creditos.
Una versión diferente de los orígenes de este peculiar superhéroe, yo le doy un 7/10