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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
8
Acción. Thriller John Wick (Keanu Reeves) regresa a la acción, solo que esta vez con una recompensa de 14 millones de dólares sobre su cabeza y con un ejército de mercenarios intentando darle caza. Tras asesinar a uno de los miembros del gremio de asesinos al que pertenecía, Wick es expulsado de la organización, pasando a convertirse en el centro de atención de multitud de asesinos a sueldo que esperan detrás de cada esquina para tratar de deshacerse de él. (FILMAFFINITY) [+]
17 de junio de 2019
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“John Wick: Capítulo 3 – Parabellum” comienza en el instante donde “John Wick: Pacto de sangre” mostraba el final: con nuestro protagonista herido y abandonado por todos, disponiendo de una hora de gracia antes de su excomulgación. La película arranca con nuestro protagonista corriendo de un lugar a otro (¿acaso hace otra cosa que correr?) en busca de alguien que le cure sus heridas antes de que todos los asesinos de la ciudad comiencen su trabajo. El arranque de la película es vibrante, con dos peleas que marcan lo que va a ser el resto de la película: la (fantástica y escalofriante) pelea de cuchillos en la tienda de antigüedades (un prodigio de como utilizar los elementos en una coreografía) y la pelea en el establo donde John Wick utiliza los caballos de forma hilarante para desembarazarse de sus enemigos (imposible desvelar la absurda mecánica de esta escena sin hacer spoilers) . El resto de las peleas que hay a lo largo de su (excesivo) metraje son igual de entretenidas aunque algunas parecen forzadas (como la ridiculez en el planteamiento de una lucha de espadas conduciendo motos a toda velocidad) o incluso menores (como la lucha esperada lucha final con un hilarante Mark Dacascos que se queda en nada) pasando por otras propias de cierta tendencia a eliminar a la figura masculina del centro de la acción y que puede acabar en parodia (como haber convertido a Halle Berry en una action hero ayudada por perros que muerden genitales masculinos).

John Wick está estructurada (traducción: hecha pegotes) en base a las diferentes escenas de acción que son unidas por conversaciones que nos ayuden a comprender de donde viene John y a donde se dirige. Una estructura clásica que funciona aunque, reconozcámoslo, la narrativa es aquí lo de menos porque lo único que quiere el espectador es contemplar a su asesino favorito repartiendo estopa de forma cada vez más original. Y vaya si la reparte: brazos partidos, dedos cortados, cabezas explotadas y cuchichos clavados en cabezas por doquier), en un escenario neo-noir que roza lo ridículo (como la habitación de cristal del hotel) pero que acaba funcionando porque todo es tan ridículo que encaja. Algo así como juntar una novela de Dashiell Hammet, una película de Bruce Lee y un influencer de Instagram y obligarles a hacer una película.

Todo es una locura en “John Wick: Capítulo 3 – Parabellum” y todo funciona. Y vaya si funciona.

¿Las malas noticias? A este tercer capítulo comienzan a notársele las costuras, se le ven las trampas propias de algo que comienza a dejar de ser original. Pero eso no importa porque las escenas de acción son tan apabullantes que se le perdona cualquier inconveniente, incluso que Keanu Reeves tenga el carisma de un geranio al que llevan meses sin regar o que toda la película parezca enfocada en sentar las bases de un cuarto capítulo.

Si no os gustan las películas de acción descerebrada, no gastéis el dinero de la merienda. Si esperáis lógica narrativa o grandes interpretaciones, sacaos un billete de avión para ir a ver una obra de Shakespeare en Londres. Pero si os gusta la hamburguesa del MdDonald’s y no tenéis inconveniente en reconocerlo: ya estáis tardando en ir a verla porque si os gusta el cine de acción y os encantaron las dos entregas anteriores, debéis saber que esta locura multiplica por mil los despropósitos de las dos anteriores entregas, siendo esto una virtud y no un defecto. Por fin hemos encontrado al sustituto de Chuck Norris, por fin tenemos a un James Bond digno del siglo XXI, por fin el cine gañán ha sido elevado a los altares del mainstream. ¡Dios salve a John Wick!
El Criticón
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