Pues sí, así estaba mi culo después de ver esta película
franco-austriaca. Pero mis piernas reaccionaron rápido, y me alejaron
del cine al terminar... cosa que tardó en hacer el feliz espectador
que roncaba (es cierto) durante la proyección...

Ése espectador hizo la mejor crítica posible. Se trata de una
película lentísima y pretenciosa, una obra de "arte" a la europea...
tiene unos planos fijos interminables, diálogos repetitivos, etc.
"Eso sí que agita la conciencia del acomodado ciudadano occidental"
dicen algunos pedantes... que no, hombre, que no, que así no vamos a
ningún lado los europeos. No seré yo el que defienda "king kong", "la
máscara del zorro" o insulsos thrillers tipo yanqui, pero es que
existe un término medio. Este año hemos visto excelentes películas
americanas.

La historia trata de un matrimonio pijo-guay francés, él (Daniel
Auteuil) como presentador de programa literario de TV (¿recordáis a
Sánchez Dragó?...), y ella (Juliette Binoche) como asesora en una
editorial de libros. Tienen un hijo que es mamón. Reciben en su casa
unas cintas de vídeo de un desconocido que les observa desde fuera. El
tío parece que tuvo un pasado oscuro, con un argelino despreciado
como hermano. La mujer no sabía nada. Y así.

No puedo contar el final porque no tiene. Se trata de que cada uno "lo
piense, y medite sobre los males de Occidente". Qué guay es el Michael
Haneke (director y guionista de este engendro).

Por cierto, lo de los vídeos ya salía en "Carretera perdida" de David
Lynch, película muy confusa pero muy entretenida en cambio (y además
con Patricia Arquette...)

LO MEJOR: cuando el moro maneja la navaja. Es lo único entretenido.
LO PEOR: todo.

NOTA: un 1, gracias al argelino, claro. Sin eso sería un 0.