Todos tenemos la imagen de un Merlín lánguido y viejo, enérgico, sabio y poderoso. Esta vez nos presentan a un joven y perdido pero no menos poderoso Merlín cuyo destino es proteger a Arturo Pendragón, heredero de Camelot, eso sí, todo ello a escondidas pues todo lo mágico es causa de muerte. Uther actual monarca de Camelot es un hombre cerrado y que castiga la magia con la muerte. Esta serie es una variante extraña de la historia que conocíamos. Hay una bella Morgana, como hija adoptiva de Uther y una Ginebra (mulata), que hace de sirvienta y bebe los ríos por Merlín. También hay un Gaius, no el de Battlestar Galáctica, si no un mentor de Merlín para refrenar sus instintos de juventud, un Lancelot, encarnado por el Isaac Méndez (visionario de la serie Héroes) y una bellísima hechicera de ojos azules tan mona como pérfida (Michelle Ryan), protagonista de la fallida La mujer biónica. En una historia donde el principal ingrediente es la magia, con algún conjuro de tiempo se podría hacer de repente a este joven Merlín más anciano e instar a olvidar a todos los demás con un hechizo lo acontecido en pos de la historia que todos conocíamos, incluso Morgana no tendría muchas dificultades en adentrarse en la magia oscura, pero lo de que Ginebra sea mulata y plebeya es más difícil de resolver a no ser que visite al médico de Jackson y robe un título nobiliario. Como casi siempre, se toman demasiadas licencias, pero en este caso no les ha quedado del todo mal, sólo queda esperar a ver que rumbo toman. De momento está confirmado el rodaje de su segunda temporada por otros trece capítulos, lo mejor será verla sin analizar mucho las diferencias y disfrutar de esos magos corruptos que amenazan y esas bestias que irrumpen en este nuevo Camelot protegido por el nuevo Merlín.