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Voto de Sines Crúpulos:
1
4,8
54.271
Acción. Aventuras. Ciencia ficción. Thriller
En el calendario de los mayas aparece señalado el año 2012 como la fecha en la que se producirá el fin del mundo, que irá acompañado de diversas catástrofes naturales: erupciones volcánicas, tifones, glaciares que inundarán el planeta. Cuando el escritor Jackson Curtis (John Cusack) y sus hijos regresan a casa, una intensa actividad sísmica recorre la Costa Oeste de los Estados Unidos.
17 de noviembre de 2009
366 de 453 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trama de esta película es sencilla: la humanidad está en peligro.
Perdón, quería decir: John Cusack y los suyos están en peligro.
Una grieta gigantesca les pisa los talones durante toda la película. Menos mal que Cusack es un tipo con suerte. Y no lo digo porque consiga una avioneta, sino porque la gruta obsesiva se traga rascacielos y campos de fútbol pero se le indigestan las pistas de aterrizaje, que se mantienen lisas y firmes para que puedan despegar tranquilos.
Seguro que recuerdan a Bush el 11-S, que dejó ese libro tan interesante que leía del revés para salir pitando a echar una mano, se cubrió de ceniza, se puso un casco de bombero y empezó a sacar gatos de debajo los escombros. Lo que haría cualquier presidente de los Estados Unidos, claro. U oscuro, como Obama, en la peli, que dan ganas de pellizcarle los mofletes y abrazarlo como a un peluche.
He ahí el gran momento de la cinta: una mujer se incorpora de un salto, se pone tiesa y saluda: "¡señor, presidente, señor!", y no vuelve a aparecer en toda la película. ¿La escena más surrealista de la historia del cine? ¿la más estúpida? No se sabe, pero tiene que ser la más algo, de eso no hay duda.
Total, que La Tierra se sigue destruyendo en un segundo plano y aprecen los tsunamis. Cada vez que Cusack, sus 2 hijos, su ex-mujer y el novio de ésta, ven desde el avión como una ola gigante engulle un estado entero se miran con cara de guasa y levantan los hombros como diciendo: "qué fuerte, jijiji"
Una escena que no entendí bien es aquella en que saliendo de Wyoming o Wisconsin, tiran abajo la torre Eiffel con la panza de la avioneta y se descojonan.
Eso sí: North by Northwest, Stars Wars, A Space Odyssey, Recluta con niño... todas tienen su pequeño homenaje. Hay tantos guiños que parece que la peli tiene un tic.
Perdón, quería decir: John Cusack y los suyos están en peligro.
Una grieta gigantesca les pisa los talones durante toda la película. Menos mal que Cusack es un tipo con suerte. Y no lo digo porque consiga una avioneta, sino porque la gruta obsesiva se traga rascacielos y campos de fútbol pero se le indigestan las pistas de aterrizaje, que se mantienen lisas y firmes para que puedan despegar tranquilos.
Seguro que recuerdan a Bush el 11-S, que dejó ese libro tan interesante que leía del revés para salir pitando a echar una mano, se cubrió de ceniza, se puso un casco de bombero y empezó a sacar gatos de debajo los escombros. Lo que haría cualquier presidente de los Estados Unidos, claro. U oscuro, como Obama, en la peli, que dan ganas de pellizcarle los mofletes y abrazarlo como a un peluche.
He ahí el gran momento de la cinta: una mujer se incorpora de un salto, se pone tiesa y saluda: "¡señor, presidente, señor!", y no vuelve a aparecer en toda la película. ¿La escena más surrealista de la historia del cine? ¿la más estúpida? No se sabe, pero tiene que ser la más algo, de eso no hay duda.
Total, que La Tierra se sigue destruyendo en un segundo plano y aprecen los tsunamis. Cada vez que Cusack, sus 2 hijos, su ex-mujer y el novio de ésta, ven desde el avión como una ola gigante engulle un estado entero se miran con cara de guasa y levantan los hombros como diciendo: "qué fuerte, jijiji"
Una escena que no entendí bien es aquella en que saliendo de Wyoming o Wisconsin, tiran abajo la torre Eiffel con la panza de la avioneta y se descojonan.
Eso sí: North by Northwest, Stars Wars, A Space Odyssey, Recluta con niño... todas tienen su pequeño homenaje. Hay tantos guiños que parece que la peli tiene un tic.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Las tramas apocalípticas, salvan su principal escollo (7.000.000.000 de protagonistas), centrándose en un grupito de protas y sus problemillas personales. En ésta tenemos a John Cusack obligado a trabajar de chófer para un ruso malo, con un hijo que le hiere en el trato y una ex-mujer que sale con un personajillo blandiblú.
Gracias a los Tsunamis se pone a bucear con su hijo (para algo que no tiene importancia: salvar la especie humana) y recupera el cariño de éste (eso sí es importante). Además el ruso cae al vacío y el novio de la otra también muere por ahí en un tifón o en un volcán o yo qué sé, no me acuerdo. Por supuesto su mujer vuelve a enamorarse, y encima el científico héroe y la hija del señor presidente señor admiran su infravalorada obra literaria. En otras palabras: el apocalipsis le viene como anillo al dedo para volver a ser un triunfador, que al fin y al cabo, es lo que Emerich piensa que a todos nos preocupaba. Asia nos da igual, pero ¿Cusack un perdedor?... ¡por encima de nuestros cadáveres! (nunca mejor dicho)
Así que nada, si algún día el planeta se viene abajo, tranqui todo el mundo. No pasa nada.
A la excusa clásica "es una película para entrentener, para no pensar en nada" yo me pregunto: ¿no pensar en nada entretiene? Cómo esta el patio entonces, Serapio. Puede relajar, tal vez, pero entretener...
Lo más triste es que en cierto momento de la película el político gordo y malo (con el que estoy de acuerdo en todo lo que debate al negrito bonachón, así que debo ser un monstruo) señala un grupo de personas y dice: "fueron seleccionados por su condición genética".
Joder... ¡el guión estaba ahí, delante de sus narices!
Gracias a los Tsunamis se pone a bucear con su hijo (para algo que no tiene importancia: salvar la especie humana) y recupera el cariño de éste (eso sí es importante). Además el ruso cae al vacío y el novio de la otra también muere por ahí en un tifón o en un volcán o yo qué sé, no me acuerdo. Por supuesto su mujer vuelve a enamorarse, y encima el científico héroe y la hija del señor presidente señor admiran su infravalorada obra literaria. En otras palabras: el apocalipsis le viene como anillo al dedo para volver a ser un triunfador, que al fin y al cabo, es lo que Emerich piensa que a todos nos preocupaba. Asia nos da igual, pero ¿Cusack un perdedor?... ¡por encima de nuestros cadáveres! (nunca mejor dicho)
Así que nada, si algún día el planeta se viene abajo, tranqui todo el mundo. No pasa nada.
A la excusa clásica "es una película para entrentener, para no pensar en nada" yo me pregunto: ¿no pensar en nada entretiene? Cómo esta el patio entonces, Serapio. Puede relajar, tal vez, pero entretener...
Lo más triste es que en cierto momento de la película el político gordo y malo (con el que estoy de acuerdo en todo lo que debate al negrito bonachón, así que debo ser un monstruo) señala un grupo de personas y dice: "fueron seleccionados por su condición genética".
Joder... ¡el guión estaba ahí, delante de sus narices!