Once años después de que 'Toy Story 2' dejara el pabellón bien alto, Pixar (apremiados por su matriz Disney, que en esto del negocio no pierden una) lanzaron esta tercera parte que, se supone, cierra la trilogía. Uno no sabía muy bien qué esperarse, además sin John Lasseter en la dirección aunque con un ya consagrado Lee Unkrich y la agradable sorpresa de Michael Arndt en el guión tras dar el pelotazo con la simpática 'Little Miss Sunshine'.

Y salió lo más parecido a una obra maestra del cine animado. Deslumbrante, inteligente, cinéfila, ocurrente, trepidante y emotiva, esta 'Toy Story 3' (que nadie se engañe porque esto sea una tercera entrega) se convertía al instante en una de las mejores películas de animación de la historia y para mi, la mejor que ha dado la tecnología 3D que nos invade desde hace varios años y que precisamente inició 15 años antes la saga de estos juguetes de Pixar.

'Toy Story 3' pule todo lo bueno de unos personajes ya conocidos y logra un engranaje perfecto con un guión repleto de genialidad, acción y un punto de emotividad y reflexión que la elevan por encima del común de películas que se pasean por las carteleras.

Porque el film es ante todo una buena historia, un relato de fondo que llega a cualquier tipo de público y que sin embargo no deja de invitar a la reflexión (¿quién dijo que no se podía hacer cine comercial para todos los públicos contando una buena historia?). Nos habla de la nostalgia y el abandono, de cómo unos fieles compañeros símbolos de infancia como son los juguetes ven como su dueño crece y quedan aparcados en un baúl. Son solo un recuerdo del pasado ya sin utilidad y en el fondo todos sabemos que es inevitable.

El punto de partida del film por tanto ya es de por sí determinante: Ya nada volverá a ser como antes, Andy se ha hecho mayor y se marcha a la universidad. Sus juguetes, unos personajes que ya conocemos bien y que ya por ello se tienen ganado nuestro afecto, ahora no tienen salida. Hay un toque de amargura en todo ello pese a que no es algo que la cinta reivindique ni explote, pero sí está ahí y se palpa en toda la narración.

Por avatares del destino nuestros amigos, un elenco ya conocido (Woody, Buzz Lightyear y cía.), terminan en una guardería infantil. Algo que podría parecer idílico para un juguete que quiere estar eternamente en manos de los niños, no solo resulta una tortura sino que encierra un secreto oscuro, pero altamente disfrutable como cinéfilo. Porque lo que cuenta interesa, sorprende, hace reir y te hace vibrar en el asiento. No muchas películas logran una gama de emociones tan amplia y con tal soltura.

'Toy Story 3' es en definitiva la perfecta conjunción de un colosal conjunto de buenas ideas encuadradas en una gran historia, narrada de manera excepcional y acompañadas de una espectacularidad técnica difícilmente superable, todo dentro de un mismo envoltorio. Rozando la perfección en todos los aspectos, estamos ante un film llamado a ser un gran clásico.