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Voto de Alvaro:
8
7,1
12.443
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil
Kiki (o Nicky en el doblaje español) es una joven bruja de 13 años, en periodo de entrenamiento, que se divierte volando en su escoba junto a Jiji, un sabio gato negro. Según la tradición, todas las brujas de esa edad deben abandonar su hogar durante un año para saber valerse por sí mismas. Así, ella descubrirá lo que significa la responsabilidad, la independencia y la amistad. En su camino Kiki (Nicky) y Jiji harán un nuevo amigo, ... [+]
8 de julio de 2011
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos tachan de "simplista", "obra menor", "bonita pero sin argumento" a esta película de 1989 del maestro de la animación Hayao Miyazaki, normalmente considerada a la cola de las películas del director preferidas por los espectadores. Y puede que en parte tengan razón. Solo en parte, porque es muy probable que lo menos bueno de Miyazaki esté a la altura de cualquier obra maestra de cualquier otro director.
'Nicky, la aprendiz de bruja' (originalmente "Kiki", pero en España se aceptó el cambio de nombre en teoría por ser malsonante en nuestro idioma) es ante todo una película infantil, como siempre en el universo Miyazaki apasionante para los niños y tanto o más para los adultos. Este cuento relatado como experiencia vital (y vitalista) nos traslada a una realidad alternativa en la que todo lo real es real y reconocible, y lo que no lo es, es como si lo fuera. No es un trabalenguas, es el imaginario propio de un genio que gracias a películas como esta ha logrado un estilo personal e intransferible.
Es por ello que Nicky, una niña de 13 años descendiente de un linaje de brujas (lo más normal del mundo, vamos), debe irse de casa y comenzar un proceso de aprendizaje por sí misma. Será un aprendizaje como bruja, pero sobre todo como persona.
Su llegada a una ciudad en la que establecerse será el comienzo de una aventura que va mucho más allá del entretenimiento intrascendente: Nos habla de la independencia de una persona, de la vulnerabilidad ante lo desconocido, las inseguridades de empezar desde cero. Un mensaje profundo que cala hondo, que nos lo cuenta entre la aventura y la introspección de la protagonista.
Los detalles vuelven a ser protagonistas mirando mucho más allá de la apariencia de trama sencilla en un paso más de lo que fue 'Mi vecino Totoro', dirigida por Miyazaki un año antes.
Película simpática, con mensaje optimista sin rehuir la realidad (cuando algo va mal no se soluciona por arte de magia, sino que se analizan los porqués a través de las acciones de los personajes), con un trabajo artístico impresionante en la animación y una brillante banda sonora del habitual Joe Hisaishi. Ojalá y todas las "obras menores" fueran tan extraordinarias como esta.
* LO MEJOR: El reflejo sincero de los miedos y dudas de Nicky.
* LO PEOR: Un final algo atropellado.
* LA CURIOSIDAD: Ver detalles como un autobús que luce un letrero de Studio Ghibli, o a la versión animada del propio Hayao Miyazaki en una esquina entre la multitud hacia el final de la película, mirando un escaparate de televisores.
'Nicky, la aprendiz de bruja' (originalmente "Kiki", pero en España se aceptó el cambio de nombre en teoría por ser malsonante en nuestro idioma) es ante todo una película infantil, como siempre en el universo Miyazaki apasionante para los niños y tanto o más para los adultos. Este cuento relatado como experiencia vital (y vitalista) nos traslada a una realidad alternativa en la que todo lo real es real y reconocible, y lo que no lo es, es como si lo fuera. No es un trabalenguas, es el imaginario propio de un genio que gracias a películas como esta ha logrado un estilo personal e intransferible.
Es por ello que Nicky, una niña de 13 años descendiente de un linaje de brujas (lo más normal del mundo, vamos), debe irse de casa y comenzar un proceso de aprendizaje por sí misma. Será un aprendizaje como bruja, pero sobre todo como persona.
Su llegada a una ciudad en la que establecerse será el comienzo de una aventura que va mucho más allá del entretenimiento intrascendente: Nos habla de la independencia de una persona, de la vulnerabilidad ante lo desconocido, las inseguridades de empezar desde cero. Un mensaje profundo que cala hondo, que nos lo cuenta entre la aventura y la introspección de la protagonista.
Los detalles vuelven a ser protagonistas mirando mucho más allá de la apariencia de trama sencilla en un paso más de lo que fue 'Mi vecino Totoro', dirigida por Miyazaki un año antes.
Película simpática, con mensaje optimista sin rehuir la realidad (cuando algo va mal no se soluciona por arte de magia, sino que se analizan los porqués a través de las acciones de los personajes), con un trabajo artístico impresionante en la animación y una brillante banda sonora del habitual Joe Hisaishi. Ojalá y todas las "obras menores" fueran tan extraordinarias como esta.
* LO MEJOR: El reflejo sincero de los miedos y dudas de Nicky.
* LO PEOR: Un final algo atropellado.
* LA CURIOSIDAD: Ver detalles como un autobús que luce un letrero de Studio Ghibli, o a la versión animada del propio Hayao Miyazaki en una esquina entre la multitud hacia el final de la película, mirando un escaparate de televisores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Miyazaki nos enseña aquí a través de Nicky, lo que es enfrentarse a una nueva vida, a un nuevo reto en el que tienes que valerte por ti mismo.
Nicky tiene 13 años y ya tiene que adquirir toda clase de responsabilidades, la primera de ellas encontrar una ciudad donde vivir (esa maravillosa ciudad indeterminada, de diversos estilos y cuyas calles respiran algo del cine italiano clásico). Llegar a una nueva ciudad con 13 años no es fácil, pero hacerlo siendo una bruja lo es aún menos.
Ella es la "rara" y lo sabe, lo que poco a poco va minando su moral. Sin embargo mientras todo el empeño que pone en su propio negocio de repartos a domicilio da sus frutos, el hecho de no encajar socialmente la hunde. Miyazaki lo describe inteligentemente en un guión bien ensamblado, puede que no tan original como otros trabajos suyos, pero de innegable sensibilidad.
La entrada en la trama de Úrsula, la joven pintora, es clave para el sentido del film: Una persona independiente y de espíritu libre que ya antes ha vivido experiencias difíciles hasta alcanzar la estabilidad (y sin negar que aún ahora tiene momentos de dificultad), reflejo de lo que Nicky podría ser con el tiempo y de la que aprende que todo el mundo tiene sus dudas y sus malos momentos, pero saber cómo encararlos y tener ganas para hacerlo termina dando resultado.
El mensaje que nos muestra, sin manipulaciones moralistas de esas tan molestas que se dan tanto en el cine infantil estadounidense, es en definitiva el afrontar el mundo con cierto optimismo y sin rendirse ante las dificultades. Miyazaki no da lecciones morales sino que muestra con sabiduría y sin pretensiones de juzgar a nadie, lo que quiere transmitir.
Y sin duda es de los directores de cine que mejor lo hacen en la actualidad, independientemente del tipo de cine que haga.
Nicky tiene 13 años y ya tiene que adquirir toda clase de responsabilidades, la primera de ellas encontrar una ciudad donde vivir (esa maravillosa ciudad indeterminada, de diversos estilos y cuyas calles respiran algo del cine italiano clásico). Llegar a una nueva ciudad con 13 años no es fácil, pero hacerlo siendo una bruja lo es aún menos.
Ella es la "rara" y lo sabe, lo que poco a poco va minando su moral. Sin embargo mientras todo el empeño que pone en su propio negocio de repartos a domicilio da sus frutos, el hecho de no encajar socialmente la hunde. Miyazaki lo describe inteligentemente en un guión bien ensamblado, puede que no tan original como otros trabajos suyos, pero de innegable sensibilidad.
La entrada en la trama de Úrsula, la joven pintora, es clave para el sentido del film: Una persona independiente y de espíritu libre que ya antes ha vivido experiencias difíciles hasta alcanzar la estabilidad (y sin negar que aún ahora tiene momentos de dificultad), reflejo de lo que Nicky podría ser con el tiempo y de la que aprende que todo el mundo tiene sus dudas y sus malos momentos, pero saber cómo encararlos y tener ganas para hacerlo termina dando resultado.
El mensaje que nos muestra, sin manipulaciones moralistas de esas tan molestas que se dan tanto en el cine infantil estadounidense, es en definitiva el afrontar el mundo con cierto optimismo y sin rendirse ante las dificultades. Miyazaki no da lecciones morales sino que muestra con sabiduría y sin pretensiones de juzgar a nadie, lo que quiere transmitir.
Y sin duda es de los directores de cine que mejor lo hacen en la actualidad, independientemente del tipo de cine que haga.