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Voto de repelentete:
7
Ciencia ficción. Drama. Aventuras Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía años que no asistía a la proyección de una película que terminara con aplausos. Lo recuerdo de mi infancia con ternura y a punto estuve de dejarme llevar por el entusiasmo y sumarme al público que susurraba «qué buena», justo después de que a un despistado se le escapara una pedorreta de desaprobación.

La última película de Christopher Nolan se mueve entre estas dos aguas: la del fiasco y la aprobación, la futilidad y el asombro. Camina entre ellas peligrosamente durante gran parte del metraje, pero no llega a estrellarse en ninguna de ellas por completo.

El planteamiento inicial es más que prometedor: el planeta que conocemos y maltratamos se está volviendo inhabitable y aparece la posibilidad de explorar nuevos destinos susceptibles de albergar vida. Esto se presenta en la película de una manera un tanto abrupta y forzada, cosa incomprensible teniendo en cuenta su metraje. A partir de ahí comienza el viaje de los protagonistas y el nuestro propio a través de nebulosas de tópicos (explicación en spoiler), desfile de supernovas (la proliferación excesiva de caras populares resta credibilidad a la historia) y agujeros negros de emociones. Y es éste precisamente el mayor defecto de Interstellar: querer ser lo que no es. Podría ser una interesante aproximación ficcionada de la posibilidad de descubrir otros planetas habitables, podría ser un escaparate de imágenes efectistas de un viaje interplanetario… Pero elige ser una película de emociones. Y ahí el patinazo es supino y se torna incontrolable hasta el desenlace.

Matthew McConaughey resiste el peso de la película de forma muy digna y comienza a acallar a los que siguen viéndole como unos pectorales. El resto de actores aparecen amputados por un montaje indecoroso e impiden mostrar las aristas de personajes prometedores (destaca lo incomprensible de las motivaciones del de Casey Affleck).

Es, probablemente, la película más larga que se hará más corta del cine rodado hasta el momento, pero el montaje es virulento; los giros, insulsos, y el resultado final, simplemente aceptable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
repelentete
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