*Diminutos visitantes

El mundo de la animación cada vez sigue tomando más espacios visibles, logrando que los trabajos de estos artesanos del audiovisual puedan mostrar su talento. En esta ocasión, Gerhard Painter y Paul Meyer reivindican el talento de la animación sudafricana con Me he tragado un extraterrestre. Este film presenta unos personajes muy cercanos al espectador, con una premisa divertida y ligera que gustará a los más pequeños de la casa. Además, se adereza con ese espíritu de amistad que sienta muy bien al film, otorgándole la oportunidad de hacer pasar un buen momento a las familias que acudan a las salas. También hay que subrayar que, a pesar de no ser una cinta con una complejidad en su mensaje, es entretenida y sigue una estructura coherente.

La película presenta a Norman, un adolescente que sueña con conocer algo del mundo intergaláctico. En paralelo, un grupo de la Fuerza de Protección Especial se ve obligado a recalar en el Planeta Tierra, para salvaguardarse del villano Zolthard. Por un lado, se ve el maniqueísmo de los buenos contra los malos, pero cabe decir que el villano logra ser hilarante y tiene ese punto de “malo malísimo” que se disfruta. Asimismo, el grupo de amigos es variopinto y tienen un toque cómico que gusta. Por ende, no es una cinta que busque ir más allá, sino que su principal fin es hacer pasar un buen rato a los espectadores. En resumen, ligera, familiar y agradable, un relato simpático que se degusta sin problema.

*Una animación fresca

Una de las principales virtudes de Me he tragado un extraterrestre es la animación que se muestra en pantalla, viéndose un diseño muy trabajado. Por ello, se agradece que la animación se expanda a las industrias cinematográficas de diferentes partes del mundo, para observar el talento que hay en ellos. La composición de los personajes, así como los escenarios, presenta un trazo con un acabado muy cuidado. A nivel técnico, no se puede negar que presenta un muy buen nivel, un producto de calidad. También es importante mencionar la paleta de colores, dado que se ha utilizado una combinación que mantiene la sintonía en todo momento y no pierde luminosidad, además de identificar rápidamente a personajes y la situación que se está viendo en pantalla.

El ritmo de la pieza es totalmente dinámico, es lo que permite que este film, orientado hacia un público más infantil, no decaiga. En ningún momento se ve que mengue la acción, logrando así captar la atención del espectador en todo momento. El montaje apuesta por una estructura lineal que funciona, al no pretender complejizar el film, como ya se ha podido ver en el guion de la cinta. Por otro lado, el doblaje original cuenta con una selección de voces muy bien elegidas, en especial, la de Zolthard que encaja a la perfección con la personalidad del personaje. Por último, el espacio sonoro y la banda sonora dan un resultado todavía más completo. Una composición acorde a la producción del largometraje.

*Conclusión

Me he tragado un extraterrestre es una película orientada hacia el público más pequeño de la casa, con un resultado agradable y entretenido. Su principal tarea es ofrecer un relato simpático, que logre captar la atención del público y así lo hace. Por tanto, no busca ir más allá, sino quedarse en una ligereza familiar con una misión alienígena bien definida. Técnicamente, logra un resultado de calidad, destacando el diseño de la animación, el doblaje original y la gama de colores. Una aventura intergaláctica que será un buen plan para disfrutar en familia.

Escrito por Diego Da Costa