Hace justo ahora seis meses, se presentaba en el prestigioso Festival de Sundance una película que dejaba profunda y gratamente impactada a la audiencia allí congregada, se trataba de 'Hereditary', el debut como realizador de Ari Aster, un neoyorkino que apenas supera la treintena, y al que indudablemente, habrá que seguir la pista en un futuro venidero.

Estrenada por fin, tras una larga espera a la que el cinéfilo está desgraciadamente muy acostumbrado, la primera lectura positiva es que el film de Aster se adscribe a esa marca que define a una nueva era dentro del Cine de Terror, cuya principal característica es la absorción que el formato independiente, territorio de mayor libertad creativa, ha ejercido sobre los títulos más destacados de un tiempo a esta parte.

A partir de su propia historia original, el realizador construye un relato dominado por la inquietud, desde el primer instante, algo tenebroso planea en todo momento por un metraje, que presume de una arquitectura narrativa y visual apabullantes, factores que indudablemente, ayudan a potenciar el efecto devastador que la cinta pretende ejercer sobre el espectador.

Al mismo tiempo, el film se plantea como una siniestra metáfora sobre lo que recibimos de nuestros padres cuando se marchan, un profundo grito de dolor que solo oímos nosotros, ahogado en lo más profundo de nuestro ser.

Del reparto, destaca el buen hacer de un Gabriel Byrne siempre solvente, que al igual que Toni Collette, la reina de la función, ejerce labores de productor, siendo sin duda la veterana actriz, la que deja un registro que roza lo impecable, gracias a un personaje del que sale airosa con el máximo esfuerzo interpretativo. Completa, entre otros, la debutante Milly Shapiro, una joven promesa adolescente que porta un rostro impecable para este tipo de producciones.

Finalmente, y con la sensación de haber visto nacer un nuevo clásico, dentro de un género pródigo en títulos notorios, queda recomendar 'Hereditary' como un trabajo que seguro, hará las delicias de todos aquellos que ambicionan el terror de máxima calidad, muchos verán en ella los homenajes a aquellas obras que hicieron grande este concepto, esa categoría en el que se entra cuando se alcanza cierto grado de solemnidad, y no todo queda reducido a presentar una sucesión de imágenes perturbadoras, sino que además, y de forma simultánea, se introducen con habilidad una serie de ideas malsanas en la mente del respetable, configurando en suma, la enorme capacidad del film como sombrío e impactante relato de fantasía.



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