Maravilloso descubrimiento.

Un ring de boxeo es el broche y el cierre a una peli sobre boxeo. Pero solo eso. Porque Rocky es mucho más. Es un golpe brutal de inspiración de Mister Stallone, que hace gala de una sensibilidad muy potente, lo cual le hizo albergar la convicción de que esta idea sería un tremendo éxito.

La sintonía con los animales desde el principio, hace que vayamos abriendo nuestros poros poco a poco, con la misma lentitud que las tortugas caseras comen polillas contaminadas. Esa sensibilidad se funde en estrellitas, cuando vemos el carińo y el respeto con el que Rocky se camela a una culta y tímida dependienta, absorbida por la sobreprotección de su hermano.

Stallone nos muestra que no es bueno crear prejuicios, que tras las personas hay algo más, mientras nos va dando lecciones de vida, de lucha, de calle, de lo que se cuece en las olorientas y grasientas calles de Philadelphia.

Finalmente, cabe reseñar la estupenda melodía de este film, que pasó a la historia, y será tarareada en los siglos venideros, cuando muchas cosas sean solo un recuerdo, un vago testimonio de que existieron, pero Rocky siga dando lecciones de lo importante que es la sensibilidad en el mundo en que vivimos.

También yo me enamoré de Adrian.