Vergüenza torera es lo que da esta tercer entrega de Jeepers Creepers. Una película que fue una gran sorpresa en su inicio y que vino a dar una nueva bocanada de aire fresco al tan trillado genero de terror.
Es una verdadera pena que una historia que tiene que dar miedo tan solo haga que nos carcajeemos con cada una de las escenas.
Queriendo darle un punto de originalidad nos veremos a este Creepers como si fuera un auténtico guerrillero. Conduciendo una furgoneta blindada, indestructible y repleta de todo un arsenal de armas.
Veremos a la criatura acabar con sus presas con hachas, lanzas con alargaderas, con shuriken. En definitiva un kit de armas que dejaría al ninja más pintado en calzoncillos.
Lo penoso es que las muertes lo único que provocaba es hilaridad.
Victor Salva, su director ha quedado en evidencia con las nuevas entregas de su saga y lo peor de todo es que amenaza con una cuarta entrega. ¡Dios nos pille confesados!.