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Uruguay Uruguay · Montevideo
Voto de Atilio:
3
Comedia En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con los hermanos Coen me pasa algo curioso: en su labor como guionistas me gustan mucho con algunas reservas especialmente en no redondear con un poco más de síntesis sus libretos que generalmente se alargan demasiado, pero que demuestran gran maestría en la construcción de personajes estrafalarios y dominio absoluto en la redacción de los diálogos (por ejemplo: Bridge of Spies, Unbroken y otras que llevan sus firmas aunque fueron dirigidas por otros realizadores); en cambio como directores nunca llegan a conmoverme ni a emocionarme (la única película que relativamente algo me atrajo fue Barton Fink).

Con la fama y la aceptación que tienen por parte de la crítica mundial que han convertido sus películas en objeto de culto, seguramente mi propia insensibilidad me impide apreciarlos. Y aquí hay otro ejemplo, según mi modesta opinión, de una obra distante, fría y que, más allá del impecable libreto, no llega a seducir. Seguramente a los veteranos que en su juventud hayan sido consumidores de los productos del Hollywood de los '50 y '60 les resultará —supongo— entretenida por las múltiples referencias a la fábrica de sueños.

Hay algunos momentos que podrían haber sido brillantes, por ejemplo el chiste del director que intenta que un pésimo actor diga un parlamento de 3 palabras sería un hallazgo pero repiten esa gracia una y otra vez durante 3 minutos con lo cual más que risa provocan fastidio, o la parodia de los comunistas que han bautizado al perro como Engels y tienen unos devaneos ideológicos ridículos pero que la charla se alarga, y se alarga, y se alarga... provocando un bostezo en el espectador.

Es muy posible que los admiradores de estos artistas disfruten del filme y al igual que la casi unanimidad de la crítica la consideren una muy buena película. Confieso que los envidio porque a mí me aburrió soberanamente.
Atilio
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