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Voto de antonalva:
7
Romance. Drama Alex y Sergi, una sólida pareja de Barcelona, acaricia la idea de tener un hijo, pero, inesperadamente, Alex consigue una beca de un año en Los Ángeles, lo que supondría un año de relación a 10.000 Km de distancia. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2014
65 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Ay el amor! Esa inefable experiencia que nos embriaga y deslumbra y que acaba sucumbiendo a las necedades, torpezas y sacudidas: cuando ya no hay un objetivo común y el azar hace que los caminos se bifurquen y ya no hay forma de desandar el camino recorrido y todo queda en suspenso hasta que el castillo de naipes de derrumba… y suele sepultar a uno de los dos, al más débil, al más enamorado, al más egoísta o al más ingenuo. Pocos sabemos leer las pistas que el destino va sembrando a nuestro paso y preferimos la ceguera o el simple enfado fugaz en vez de encarar la adversidad y la decepción. A veces sólo hace falta tiempo o distancia – o ambos – para que poco a poco la realidad cale hondo y quede sellado el desenlace ineludible.

Esta perspicaz cinta explora el proceloso mundo de las relaciones de pareja con detenimiento, paciencia, amor al detalle, perspicacia y sin buscar atajos ni comodidades: no hay respuestas sencillas ante interrogantes complejos. Quizás sólo se le pueda reprochar que la dirección de Carlos Marqués-Marcet es sustancialmente mejor, más imaginativa, intensa y creativa que el guión, que adolece de un exceso de sobrentendidos y opacidades que dejan en suspenso demasiadas incógnitas y si bien su construcción es férrea – a modo de rondó emocional, donde el comienzo y el final se enlazan, pero con un significado bien distinto y distante – y la elaborada simplicidad de los elementos ofrece espacio para el análisis y la escucha, peca de un exceso de soberbia, como si la ingeniosa idea originaria – sólo dos personajes y su devenir – fuera suficiente para sostener el conjunto.

Es de alabar que el cine español ofrezca problemas adultos para un público maduro (o con intención de serlo), que no busque el mero escapismo o la mera anécdota intrascendente para entretener sin explorar la complejidad de la vida. Y que tenga éxito en el empeño. Sobre todo destacaría el prodigioso plano secuencia que abre la cinta – casi un corto en sí mismo – que ofrece un elaborado estudio del amor y su fragilidad. Así como el cierre de la cinta, que con su rotunda sequedad deja al espectador aturdido y turbado. Otro logro a destacar es la excelente presencia e interpretación, valiente, llena de matices e intensidad y planamente satisfactoria de sus protagonistas, Natalia Tena y David Verdaguer, que ponen, literalmente, toda la carne en el asador. Muy potente y recomendable ópera prima.
antonalva
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