Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
5
Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2013
112 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta deja bastante insatisfecho, sabe a poco, está hecha con políticamente correctas intenciones, presenta una dolorosa situación de abusos raciales pero todo suena a tópico, a regurgitación trillada, demasiado construida y falta de vigor. Lo que vemos nos impacta (la violencia racial es siempre dolorosa y atroz) y hasta nos conmueve, pero lo que habría sido una película arriesgada o novedosa hace cincuenta años, se queda en un catálogo de buenas intenciones, malas prácticas, mojigatería social y afán de superación donde falta genuino desgarro y verdadero espíritu transgresor. Todo se queda a un nivel superficial, masivo e industrial, pero como confirmando lo que ya sabemos (los negros pasaron las de Caín en el país de las oportunidades) y sin revelar o desvelar nada que nos sorprenda u ofusque con su tono o intensidad.

Y es una pena, porque semejante reparto (por lo general, desaprovechado) daría juego para mucho más, pero se queda en bastante menos, en fuego fatuo de artificio, en salva brillante de tributo institucional… mucho ruido para tan pocas nueces. Como casi todas las películas que recorren ochenta años en la vida de una persona (aquí vamos de 1926 hasta 2008) la narración peca de anecdótica y fragmentaria, sin llegar a atrapar en ningún momento, todo lo que vemos está ‘bien’, pero podríamos haber visto algo diferente y también habría estado ‘bien’, es decir, que es una mera acumulación de episodios que nada aportan a la idea central que se repite machaconamente (¡pero cuanto han sufrido los afligidos negros!), sin importar mucho ni desbaratar nada.

Casi lo más entretenido es ver desfilar al impresionante reparto en cometidos exiguos y decorativos (sobresalen, aunque aportando poca sustancia, John Cusack, Jane Fonda, James Marsden, Vanessa Redgrave, Alan Rickman o Alex Pettyfer) y si bien el protagonismo absoluto recae en un inexpresivo Forest Whitaker, las buenas críticas se las ha llevado, unánimemente, Oprah Winfrey, a mi entender de forma arbitraria y desmedida. Su composición es correcta pero tan superficial y vulgar que apenas remonta el vuelo y tanto elogio parece más circunstancial ('por ser vos quien sois') que sincero.

Lo dicho, se deja ver, no es ofensiva ni produce rechazo pero se queda corta y no aporta nada interesante. Es un merengue a punto de ser indigesto, con un exceso de azúcar (mirando de reojo a la taquilla) y un déficit total de profundidad o intensidad. Bastante superflua y adocenada. Prescindible.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow