John Rabe cuenta la historia de este personaje, un nazi envuelto en la guerra entre japoneses y chinos cercana a la Segunda Guerra Mundial, que decide ser el responsable de una zona de seguridad para proteger a los civiles de una muerte segura. ¿Alguien se acordó de La lista de Schindler?

Co producción alemana, francesa y china la cinta bebe mucho de clásicos del cine moderno que tocan esta guerra en diferentes facetas, desde la nombrada obra maestra de Spielberg, El pianista de Polanski hasta El hundimiento. Son esas escenas llenas de violencia, dureza y tristeza las que vuelven a ocasionar una impotencia ante un espectador que sabe que este suceso fue real.

La primera hora de película es bastante europea, con un guion muy bien trabajado, un reparto coral más que notable donde sobresale su protagonista Ulrich Tukur, la factura es impecable y la música se hace presente en momentos precisos para complementar varias escenas de muy buena ejecución. Y luego tenemos una segunda hora muy americana, con escenas muy alargadas innecesariamente, otras que no aportan nada, buscando la lágrima fácil y un final algo trillado.

Lo cierto es que en su afán de querer ser Spielberg al director se le ha escapado la película de las manos, y cuando parece que puede volver por el buen camino, sigue su línea con el fin de buscar seguramente el reconocimiento de todo el público y la crítica. Si la historia es un hecho real, la forma en que nos la plantean es muy falsa en ocasiones.

Sin embargo se trata de un producto notable, con una muy buena cantidad de cine y que merece la pena visionar, una pena que no haya llegado al nivel que pudo haber tenido.