Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Iván Roldán:
7
Fantástico. Terror Dos hermanos andan sin rumbo por una ciudad en ruinas en busca de algo de refugio y comida. Cuando entran por casualidad en uno de los pocos edificios que quedan en pie, se encuentran con un hombre muy singular. Este extraño individuo les hará una propuesta de lo más extraña y siniestra para sobrevivir al mundo exterior. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2017
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con influencias del cine de Pasolini, Jodorowsky, Gaspar Noe, Carax y el Borgman del holandés Alex van Warmerdam, Tenemos la carne se erige como una de los filmes mexicanos más controversiales en los festivales de cine (por el número de detractores). Una delirante y caótica visión de la existencia humana, presa de sus pasiones, prejuicios y límites morales. Una historia malsana, violenta y de fantasía, protagonizada por una variante de Adán y Eva en el fin del mundo, persuadidos por la influencia de un hombre, cual serpiente bíblica, personificación de toda la podredumbre y vicios de la tierra.

En un México post-apocalíptico rendido por el hambre y la perversión, los hermanos Lucio y Fauna buscan refugio en un edificio, epicentro de la amoralidad, custodiado por un extraño hombre que sueña con volver al útero materno. Mariano es su nombre. Bajo sus alas y la filosofía que escupe con pérfido histrionismo, envuelve en un espiral de lujuria, sadismo y canibalismo a nuestros jóvenes hermanos. Recreación estilizada de un mundo donde el incesto, la necrofilia, la blasfemia y el asesinato son celebrados en un festín vampírico-orgiástico.

Un título que tal vez pasaría más desapercibido de no ser mexicano, y de no haber sido mencionado durante su presentación el elogio de su coproductor Carlos Reygadas, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y el propio Gaspar Noé (elevando expectativas). No es hasta este momento que me pongo a pensar en “la nueva ola del cine mexicano” del que hablan, como referencia a una generación de realizadores mexicanos interesados en la representación de una violencia extrema (lo cual no siempre conlleva el que sea gráfica), similar a la “nueva ola de cine griego” y su estilo sórdido y crudo. Teniendo entre sus inicios como representante a Carlos Reygadas y su Japón (2002) por la cual se le apodo como “el niño terrible del cine latino” o el “Tarkovsky mexicano”. No había pensado en esto… y la verdad es que no sabría a quién ubicar en esta “nueva ola” o si tal existe. Lo cierto, es que “Tenemos la carne” es un gran debut, ¿por qué no?, osado y pese a tantas negativas: bien pensado. Y no, no estoy calificando de transgresora y trascendental la película de Emiliano Rocha, de hecho la encuentra un tanto hosca e inmadura —y si escucharás hablar al director dirías ¿de verdad es él? vergüenza ajena—. Sin embargo: tiene una factura técnica increíble considerando sus orígenes, la música en retrospectiva me parece astuta (sonidos ambientales irrumpidos por un bonito vals o el tema a capela de "el último" romántico" de los Tepetatles), el manejo del espacio acertado: claustrofóbico, intimista y sobretodo atemporal. La fotografía de Yollótl Alvarado capturando la “belleza” de la capa de grasa y suciedad que cubre los cuerpos, y el onirismo de ahí dentro, apoyado de la iluminación que va del neón a la oscuridad lóbrega. Encontrando así su defecto más visible en la actuación, con un Diego Gamaliel malísimo, Noé Hernández que me deja dudas, pero una María Evoli encantadora y la breve aparición de Gabino Rodríguez a quien tal vez recuerdes como Lucifer en Lucifer (2014) del belga van den Berghe.

Un filme sencillo, metafórico y divertido, tal vez menos novedoso de lo que se podría pensar. Creo que en general es bastante mesurado, de verdad, no cae en excesos. Ni sexuales (que si hay mucho de esto), ni surrealistas en plan pretensioso (se me vienen tantas películas a la mente que no tienen pies ni cabeza), y en cuanto al gore, es bastante puntual. Tal vez estoy equivocado, no me extrañaría estarlo… pero me da la impresión que el público que si suele ver este tipo de cine y reprueba tan rotundamente “Tenemos la carne” tachándole de grotesca, insustancial, excesiva, "porno", gratuita, es porque… no está acostumbrado a observar en pantalla una felación, un pene erecto, una masturbación masculina, peor aún: una eyaculación por demás bufonesca. He visto películas más toleradas con escenas más largas de sexo explícito, masturbaciones femeninas, situaciones más bizarras, grotescas, enfermizas y carentes de sentido, y con menos críticas negativas. De ahí mi suposición, porque realmente no es tan provocadora ni perturbadora ¡pero en fin!

Espero el joven Emiliano continúe su trabajo, me gustaría ver algo más de él.

http://teatro-vandrian.blogspot.mx
Iván Roldán
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow