Bastante fatua. Mucha posturita, mucha miradita, mucho diálogo sin sentido. Empieza con cierta fuerza, pero a la media hora ya pierde fuelle. Llega un momento en que se hace aburrida. Todo se basa en primeros planos de la protagonista, poniendo caritas. La acción es irregular, con mucho momento pseudofilosófico que hace perder fuerza a la historia. Menos mal que estaban los tambores. Alguien en la orquesta se lo ha debido pasar genial, porque el de los tambores no ha tenido límite.