Patty Jenkins, aquella directora de la aclamada y multinominada Monster (2003), se pasó a un género muy difícil por el hecho de que debés no solo cumplir con las exigencias del estudio (Warner) sino también de los fanboys que están con el cómic bajo el brazo esperando el más mínimo error para destrozar a la película. Jenkins estuvo a la altura. No se achicó. Apostó todo y le salió bien. Fue una amazona más.
En cuanto a la película en sí, debo decir que no me consideraba un fanático de Wonder Woman pero eso cambió. Gal Gadot no creo que sea una actriz que pase a la historia ni mucho menos, tampoco creo que haya una mujer que sea más perfecta que ella para el papel de Diana Prince. Tiene una mirada que lastima más que su espada. Por momentos dejás de ver a la Mujer Maravilla y te perdés en ese rostro que emana perfección.
El film comienza con una introducción necesaria para conocer el origen de la protagonista -aunque puede resultar algo lento para los que carecen de paciencia- y nos muestra su entrenamiento para llegar a convertirse en la heroína que todos necesitamos.
La película transcurre entre la isla de las amazonas, Londres, la Guerra Mundial y los cuarteles alemanes. El ritmo es muy llevadero y en ningún momento vas a aburrirte. No faltan chistes ni tampoco sobran. Son los justos y necesarios.
En cuanto a los personajes, Steven Trevor (Chris Pine) es el acompañante perfecto de Diana. La química entre ambos traspasa la pantalla y el humor no falta en ningún momento.
Del villano (Ares, el Dios de la Guerra) voy a explayarme un poco más en la zona spoiler pero debo decir que también está a la altura y quedó muy bien logrado. La batalla final es ÉPICA e incluso te saca una lágrima.
Resumiendo, es una gran película que no solo deja contentos a los fanáticos de DC sino que además nos deja un mensaje que parecemos olvidar todos los días: el amor vence al odio. Y qué mejor que una diosa guerrera para traernos ese mensaje?

Justice League... te estamos esperando...