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Voto de Antonius Block:
7
Cine negro. Thriller La historia de un hermético y frío asesino a sueldo. Jeff Costello es un perfeccionista que siempre planea cuidadosamente sus asesinatos y al que nunca han atrapado. Sin embargo una noche, tras liquidar al dueño de un club nocturno, queda a la vista de varios testigos. Sus esfuerzos por construir una coartada fallan y poco a poco es acorralado, tanto por la policía como los clientes que le han traicionado. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2009
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil saber lo que el séptimo arte le debe a Jean-Pierre Mellville. Su rastro no es de los más imponentes y es que ser el precursor de un cine de género en Francia no garantiza un lugar en el panteón de los grandes cineastas; el cine de Melville está además demasiado ligado en su forma al cine de Wise, Welles o Huston, y a los grandes westerns americanos.

Sin embargo su cine sí ha dejado una huella, y el Samurái es el claro ejemplo de una obra faro, de una referencia imprenscidible del cine moderno. Por casualidad, dos semanas antes de ver esta joya del cine negro, visioné Ghost dog el camino del samurái, la aclamada película de Jim Jarmusch . Esta última, que es de por sí una excelente cinta, con una estética envidiable y una de las mejores actuaciones de Forrest Whitaker que haya visto, resultó ser un sincero homenaje a la obra de Melville, una prueba irreprochable de amor al séptimo arte. Las similitudes con Ghost dog no radican únicamente en el parecido de los dos personajes y en un ir y venir de detalles (el canario de Jeff Costello y las palomas del perro fantasma, el uso de guantes blancos, el robos de carros de lujo o la referencia al bushido), Jarmusch recrea completamente la atmósfera embriagadora del Samurái, aunque sea en otra época y por otros medios.

Melville prefiere decir poco para fortalecer esa atmósfera de misterio alrededor de su personaje. El sicario interpretado por Alan Delon en el Samurái, es una figura compleja y misteriosa que impone el rigor del silencio. La genialidad del Samurái es de ser una obra hermética pero con voz propia; si seguramente el guión es corto, cada gesto tiene un significado, y así el universo de Jeff Costello deja de ser el de un mundo mafioso para volver a las raíces del alma humana. Esa estética que tiene la obra de Jarmush, lograda con recursos no propriamente de cine policiaco, reside en la médula de la obra de Jean-Pierre Melville.

Si otros cineastas como Tarantino, Woo o Johnnie To hacen referencia a Jean-Pierre Melville es que éste dejó su huella, tal vez no cinematográficamente, pero sí transmitiendo sus obsesiones y sus miedos. El personaje de Jeff Costello es quizás la primera expresión del individuo violento y solitario en busca de la redención. Y es por eso que la obra de Melville es tan moderna: anticipa problemáticas que son nuestras ahora, aunque igual que en el Samurái no nos bride ninguna respuesta.
Antonius Block
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