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Voto de AVISPA:
6
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6.568
Drama
Nueva York, 1979. Shane O'Shea, un joven que lleva una vida monótona y anodina, sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54 de Manhattan. Se trata de un local muy exclusivo, donde sólo admiten a famosos. Una noche, el propietario del negocio, ve a Shane en la cola y ordena al portero que lo deje entrar. A continuación, le ofrece un trabajo en el local. Allí, se iniciará Shane en el mundo de las drogas, el sexo y la música ... [+]
28 de marzo de 2007
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida de excesos que llevaban en la disco Studio 54 no es eterna. Y el elitismo que ahí se vivía, era solo un espejismo, en un mundo en el que la droga, el sexo y el codearse con la farándula eran efímeros.
Steve Rubell (Mike Myers) el dueño del lugar, ofrecía un lugar para las fugas de la realidad, que muchos jóvenes querían vivir. Un sueño embriagador, es Studio 54.
Gran actuación de Mike Myers dándole al personaje lo necesario para hacer creíble un personaje sumergido en “la fiesta” y embriagado en el ambiente retro de Studio 54.
Película de agradable ambiente nostálgico.
Sentidos embotados en la bendita juventud.
Sensualidad en la noche Neoyorquina.
Steve Rubell (Mike Myers) el dueño del lugar, ofrecía un lugar para las fugas de la realidad, que muchos jóvenes querían vivir. Un sueño embriagador, es Studio 54.
Gran actuación de Mike Myers dándole al personaje lo necesario para hacer creíble un personaje sumergido en “la fiesta” y embriagado en el ambiente retro de Studio 54.
Película de agradable ambiente nostálgico.
Sentidos embotados en la bendita juventud.
Sensualidad en la noche Neoyorquina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Después de estar en prisión, Steve Rubell es traído nuevamente a Studio 54, y se vuelven a reunir todos sus amigos para la reinauguración… pero esto, es también un espejismo, solo un gancho para iniciar una nueva etapa, que ya no será lo mismo. Y conforme las luces bajan de intensidad y la silueta de Rubell va desapareciendo en lo alto de la disco; así se va extinguiendo una época de glamour, de excesos en la que Steve Rubell era un dios pagano en las noches de Manhattan, allá en los 80´s. Porque los ídolos de barro, la belleza física y los placeres mundanos son pasajeros.