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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Drama Finales de los años treinta. Los mejores jugadores de póker compiten por el triunfo en Nueva Orleáns. Un joven jugador (McQueen) se incorpora al selecto grupo de tahúres que se proponen derrotar al rey "Robinson". Popular película con partidas llenas de suspense. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando atrás este tipo de cuestiones que no conducen a ninguna parte, les diré que mi impresión sobre El rey del juego es que se trata de una excelente película de un buen director al que recordamos igualmente por El violinista en el tejado, Jesucristo Superstar, En el calor de la noche ó El caso de Thomas Crown también con Steve McQueen y que recrea a la perfección tanto el ambiente de New Orleans como el mundo del juego profesional, con sus interminables timbas, sus caras de poker, sus faroles, sus odios y sus venganzas. Todo ello aderezado con el suspense de la partida final y decisiva y de esa última carta que va a cambiar el rumbo de la historia para uno de los dos contendientes.

Es cierto que Jewison incorpora elementos melodramáticos como la insostenible relación matrimonial entre Genius (Malden) y Melba (Margret) o la presión ejercida por el magnate (Rip Torn) sobre el débil Malden amenazando con difundir el oscuro pasado de su cónyuge, incluso transformándolo en cuento infantil con que prologar los felices sueños de sus hijos. Pero todo ello, a mi entender, no resta precisión a la película ni distorsiona su íntimo sentido, la eterna lucha por ser el mejor, el campeón frente al aspirante. En este sentido es significativa la frase de Kid (McQuenn): Quienes jueguen conmigo podrán decir que han jugado con el rey.

Llamar secundarios a Karl Malden y especialmente a Edward G. Robinson es un delito, pero me redimiré diciendo que ambos están soberanos en sus papeles. Steve McQueen, bien sin excesos y en cuanto a las féminas, Joan Blondell (Lady Manitas) está unos cuantos pasos por encima del resto en cuanto a lo de profesionalidad, saber estar y buen hacer, pero Anne Margret seguro que saca los ojos a mas de uno, especialmente en la escena de su presentación haciendo trampas a los rompecabezas y donde lo de menos son las trampas. Por su parte, a Tuesday Weld le van los papeles de niña buena un tanto simple, de las que acaban llevándose el gato al agua.

En resumen, muy buena película, con banda sonora interesante y el lujo de voz de Ray Charles. Como verán muchos pros y pocos contras: Por ejemplo ese toque final sicodélico muy propio de los 60 donde las cartas, ojos y rostros de participantes y espectadores se mezclan en alucinógena espiral de sorpresa por el desenlace me parece una frivolité fuera de tono, en el conjunto del resto de la obra. Resta algunas décimas a la película pero esta sigue siendo francamente buena.
FATHER CAPRIO
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