El general que se convirtió en esclavo. El esclavo que pasó a ser gladiador. El gladiador que desafió a un imperio. Una historia asombrosa...

El renacer de Ridley Scott que plasma en su obra el vivo reflejo de la corrupción que asolaba el antiguo imperio romano y lo focaliza en el efímero camino de los gladiadores hacia la muerte. La película narra la historia de un hombre respetable que lo acaba perdiendo todo por ser fiel a sí mismo y acaba siendo arrastrado al sombrío mundo de los gladiadores. Se trata de un argumento sencillo pero lleno de matices, donde cada plano es acompañado por la atmosférica banda sonora que nos sumerge en este respetable film.

En general, el reparto hace un buen trabajo. Cabe decir que nuestro protagonista Máximo, interpretado por Russell Crowe, plasma la tristeza que arrastra un hombre desesperado y abatido por la injusticia de la vida que es capaz de mantenerse firme y liderar a sus hombres para conseguir su ansiada venganza. Sin embargo, Joaquin Phoenix se mete tanto en su papel de villano que hasta te dan ganas de atravesar la pantalla y retarlo a un combate tú mismo. El poder de actuar con la mirada es el mejor de los engaños.

En pocas palabras, "Gladiador" es una de las mejores películas de Ridley Scott, muy recomendable y digna de ser vista, como mínimo, una vez en la vida.